Marina Muñoz Torreblanca - Tesis

Según se expone en el texto que se acaba de citar, nos encontramos ante
varios motivos para la celebración de la Exposición de Filipinas. La
primera de las causas, de política internacional, atañe a la defensa del
territorio colonial ya que otras naciones, como por ejemplo el imperio
japonés, 196 amenazaran entonces con implantar su bandera en territorio
español. En segundo lugar, como misión filantrópica con la finalidad de
dar a conocer a los habitantes de la Península los lejanos territorios que se
poseían en el Pacífico. De este modo, también se reforzaban los
sentimientos nacionalistas y de poder, difundiendo la idea colonial en la
metrópoli. Derivada de ésta, la tercera de las causas: si se conocía las
riquezas de las que se disponía en Filipinas, podían reactivarse los
intercambios comerciales con la colonia, lo que era interesante entonces
para activar la economía española. Cabe recordar, también, el carácter
privado de las primeras exploraciones coloniales a través de compañías
creadas para este fin, aunque para el caso de España, las primeras
exploraciones y el control inicial de la colonia puedan atribuirse a los
religiosos. Y por último, los deseos del gobierno por derivar a los
emigrantes españoles a territorio colonial. 197
Un proyecto tan costoso como era el de traer desde Filipinas los
productos, animales y personas que se expusieron en la muestra tenía un
importante objetivo que cumplir, que era el de dar a conocer las islas a los
españoles, tal y como se expone en un artículo fechado el 8 de julio de
1887 de la revista La Ilustración Española y Americana: “[…] es un
concurso de grandísima importancia por muchos conceptos, y
especialmente porque da a conocer los ricos y variados productos
naturales e industriales del archipiélago filipino y el estado de la
196 La era Meiji en Japón fomentó un nacionalismo que favorecía la expansión
imperialista por varias causas. Por una parte, por la dinámica de la época, como
sistema para lograr prestigio internacional y poder ante el resto de las potencias.
Y, por otra parte, la voluntad de una poderosa clase militar inclinada a emprender
acciones exteriores. Dada la escasa presencia comercial, militar y naval de
España en la zona, las autoridades españolas en Filipinas y, en consecuencia. el
gobierno español temían la posibilidad de una acción de conquista por parte de la
flota japonesa a costa de las posesiones españolas del Pacífico. Es lo que en la
época se llamó “terror amarillo”.
197 “[…]la gran masa de numerario que sale de la metrópoli para adquirir en
países extranjeros algodón, azúcar, cacao, tabaco y otros productos vaya a
nuestras posesiones de Oceanía, donde comerciantes extranjeros los acaparan con
daño evidente de los intereses materiales del país” real decreto fechado a 19 de
marzo de 1886, citado en SÁNCHEZ GÓMEZ, Luis Ángel, Un Imperio en la
vitrina…, p. 43.
- 174 -