Marina Muñoz Torreblanca - Tesis

organismo oficial sólo para este fin, 381 las dos muestras funcionaron en la
práctica por separado y nunca acabaron de complementarse en un
proyecto de exposición común a nivel estatal, por más ganas que el
gobierno de Primo de Rivera pusiera en ello y aunque oficialmente viniera
determinado por el real decreto del 7 de junio de 1926.
De todos modos, algunas muestras en prensa de crónicas referidas a las
dos exposiciones tratadas bajo la óptica de acontecimiento expositivo
común sí se producen. Por ejemplo, en La Ilustración mundial: revista
Hispano-Americana, editada en Madrid, describe en un artículo titulado
“Lo que son y significan las Exposiciones de Barcelona y Sevilla” lo
siguiente:
[…] La Exposición Internacional que se celebra actualmente en
Barcelona, ciudad emporio de la industria y el comercio nacionales, en
cuyo certamen se refleja la enorme potencialidad económica del país, con
aquella seria faz de los grandes negocios, de las iniciativas científicas, de
la labor intensa del trabajo en todas su amplísimas manifestaciones […] es
heraldo que lanza al aire el pregón de la grandeza presente y futura de
España […] Es el augurio de un mañana próximo, feliz y abundoso; […]
La Exposición de Sevilla es la espiritualidad de la raza, el amor a la
leyenda y a la tradición, la consagración de nuestra Historia, el espejo de
nuestro gloriosísimo pasado […] Barcelona es la cabeza del
movimiento evolucionista de la nación; Sevilla es el corazón, el alma,
la concreción de la evolución. Son la acción y la idea, la realidad y la
ilusión, la vida y su ensueño. 382
El patriótico discurso que muestra el texto pone de manifiesto la
concepción de la Exposición Internacional de Barcelona como el lugar
para los negocios, por el carácter industrial de la capital, y la Exposición
de Sevilla como la conservadora del espiritu de la raza para conmemorar
grandes y pasadas gestas españolas. Pero los orígenes de cada una de las
muestras no son cabalmente “espirituales” para el caso de Sevilla e
“industriales” para la ciudad de Barcelona. La Exposición de Sevilla
empieza a concebirse como tal en 1905, después de una exposición localcomercial
“muy aplaudida”, con la intención de “renovar o despabilar el
381 “Los trabajos preparatorios de la Exposición de Barcelona, se vienen
efectuando concertadamente con los de la Exposición Ibero-Americana de
Sevilla, y a este fin se ha creado en Madrid, bajo la presidencia del Excm. Sr.
Ministro de Trabajo, Comercio e Industria don Eduardo Aunós, un consejo
superior de enlace de ambos certámenes” Exposición de Barcelona, abrildiciembre
1929, Organismos directivos, Barcelona: Imprenta de la Casa de
Caridad, 1929. [el destacado es nuestro]
382 Madrid, La Ilustración mundial: revista Hispano-Americana, 1929, vol.único,
sin paginar.
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