Marina Muñoz Torreblanca - Tesis

d) La exhibición de personas en la Exposición
Universal de Barcelona con finalidades
científicas: Succi, “el ayunador”
Por último, debemos mencionar que en la Exposición de Barcelona de
1888 hubo “exhibición de personas”, aunque tan sólo se conociera una y
con fines “científicos”. En esta ocasión no se trataba de individuos
procedentes de territorios coloniales, sino de la vecina Italia. El 22 de
septiembre de 1888 comienza en un espacio llamado “sala del ayuno” 311
en las instalaciones de la Exposición Universal de Barcelona una
abstinencia de ingesta de alimentos de manera controlada por un individuo
llamado Succi:
Durante treinta días el dormitorio de Succi será punto de cita de los
forasteros; Succi queda esclavo de la ciencia y de la observación popular;
Succi deja de pertenecerse: ya no será Succi, será un expositor que se
expone a sí mismo exponiendo la resistencia de su estómago
privilegiado; Succi se vestirá, desnudará y dormirá vigilado por
centenares de miradas afanosas de averiguar si el voluntario ayuno es roto
por alguien tan listo como pueda serlo el secretario del ayunador. 312
El objetivo era demostrar que el señor Succi, “célebre ayunador” según la
prensa de la época, podía mantener treinta días de dieta con la ayuda de un
“licor”, con su consecuente disminución de peso y sin perder su potencia
vital. El reto consistía en seguir manteniendo sus constantes físicas dentro
de los parámetros adecuados, como si se tratase de cualquier otra persona
que disfrutara de una alimentación diaria. 313 Este experimento fue
presentado en la Sección de Ciencias del Ateneo Barcelonés para estudiar
311 “Habían dicho que anoche á las diez comenzaría el célebre Succi el público
ayuno de treinta días a que se ha comprometido durante su estancia en Barcelona
[…] Succi habitará la parte de local destinada al mamparo [sala de los ayunos a
espaldas del salón de Congresos]; su cama y mobiliario podrán ser vistos por todo
el mundo; […] La instalación del hambre, como algunos llaman al pabellón
Succi, no ofrecerá secreto alguno a sus visitantes […]” “En la Exposición: La sala
de ayuno”, Barcelona, La Vanguardia, n º 447, viernes 21 de septiembre de 1888,
edición tarde, año VIII, sin paginar [el destacado es nuestro]
312 Ibíd. [el destacado es nuestro]
313 “[…] comenzará su nuevo ayuno, tomando antes de empezarlo, una pequeña
cantidad de un licor que posee que es como un narcótico astringente y
antiespasmódico. Durante el ayuno puede hacer toda clase de ejercicio, andar más
de diez kilómetros por hora, nadar, ejecutar ejercicios gimnásticos, etc. Es decir,
que si enflaquece y pierde una parte de su peso (de doce a quince quilos), no
disminuyen sus fuerzas. […]” “Succi en el Ateneo”, Barcelona, La Vanguardia,
nº 443, miércoles 19 de septiembre de 1888, año VIII, sin paginar.
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