Marina Muñoz Torreblanca - Tesis

1914 la actividad religiosa en torno a las misiones, entre las que se
encuentran las exposiciones misionales, tienen un importante papel en el
acercamiento entre la colonia y los habitantes de la metrópoli. Además, la
propaganda de la tarea misional que se desarrolla en aquel momento en
nombre de la filantropía y las labores humanitarias llega incluso a
implicar a aquellas personas que habían desestimado cualquier
implicación con la religión. 160
Sin embargo, la opinión de Annie Coombes en su trabajo sobre la imagen
de África y de los africanos que proporcionaron las sociedades misioneras
anglicanas (London Missionary Society y Church Missionary Society) a
través de sus acciones propagandísticas y que acabaron beneficiando los
intereses imperialistas en la empresa colonial, es difícil de aplicar para el
caso de España. La autora se refiere en su estudio al modelo anglosajón,
de carácter protestante, que difiere sustancialmente de la Iglesia católica
española y, en consecuencia, del hecho misional. Para el caso español las
actuaciones de la Iglesia siempre estuvieron muy ligadas a la política de la
Corona y del Estado en cambio, en el caso inglés de carácter protestante,
la Iglesia se “autofinanciaba” y era más independiente, por lo que las
sociedades misioneras también lo fueron, aunque sus acciones acabaran
beneficiando al Imperio, tal y como sugiere Annie Coombes. Recordemos
también que las misiones españolas han colaborado ampliamente con el
hecho colonial desde tiempos del descubrimiento de América. La acción
de la Iglesia española en el Nuevo Mundo es ampliamente conocida. Para
el caso de Filipinas, la presencia de la Orden de los Agustinos, quienes
llegarán a ser conocidos como “Agustinos Filipinos”, está muy ligada a la
Corona desde el prinicipio. El agustino padre Martín de Rada, por
ejemplo, ya viajó a China como embajador de Felipe II en 1565.
La tradición misionera de los padres agustinos de Valladolid data de 1565,
cuando fray Andrés de Urdaneta 161 y otros cuatro agustinos acompañaron
Michigan. FIELDS, K.E. “Christian Missionaries as Anti-colonial militants”,
Theory and Society, nº11, 1 de enero de 1982, pp. 95-108; COMAROFF, J. and J
“Christianity and Colonialism in South Africa”, American Ethnologist, nº13, 1 de
febrero de 1986, pp. 1-22.
160 Véase COOMBES, Annie E., Reinventing Africa. Museums, material culture
and popular imagination in late Victorian and Edwardian England. New Heaven:
Yale University Press, 1994, p. 162.
161 Fray Andrés de Urdaneta (1508-1568): fue cosmógrafo, sacerdote, marino y
explorador. En 1925, junto a Juan Sebastián Elcano, forma parte de la expedición
de García Jofre de Loaisa. Al fallecer Elcano es uno de los testigos que firman su
testamento. Tras la campaña de las Malucas, regresa a España, donde visita al
emperador Carlos V y le entrega una memoria sobre estas islas. De España pasa a
México, donde profesa la Orden de San Agustín. A pesar de estar ordenado,
Felipe II exige a Velasco, segundo virrey de México (entonces Nueva España),
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