Marina Muñoz Torreblanca - Tesis

esclavas sometidas a la voluntad del rey y la imagen del harem custodiado
por los también conocidos eunucos.
Todo lo que tiene que ver con la figura del monarca de los ashantis parece
sufrir un castigo severo según las crónicas consultadas, desde el adulterio
con una mujer del rey hasta el fallecimiento de éste. Para el primer caso se
castigaba al culpable con la muerte pero, según el cronista, “se trata de
una muerte dulce”, 356 suponemos entonces que la ironía del autor
pretendía ensalzar las mujeres ashantis, de tal modo que el castigo con la
muerte compensaba el delito cometido. Ésta se describe con detalles
concretos y un tanto cruentos:
Los verdugos martirizan al delincuente desde la salida hasta la
puesta de sol, y paseándolo por la ciudad y parándole delante de las casas
de todos los jefes y de los extranjeros de nota, le van arrancando
pedazos de carne a cuchilladas, hasta que por último lo conducen á
presencia del rey y lo descuartizan. Tan horrible pena no se aplica sino al
expresado delito [el adulterio] y al del asesinato. 357
Para el segundo hecho, la muerte del rey, el cronista Juan Roca también
repara en detalles mortíferos, describiendo “sangrientas saturnales”:
Cuando muere el rey, se suicida cierto número de magnates y
cortesanos para servirle de escolta en su viaje por el país de las tinieblas.
[...] En tales ocasiones celébranse también sangrientas saturnales, se
inmolan centenares de hombres y los criados de la casa real corren
por la calle matando a quien se les antoja, hasta los personajes más
notables. 358
Tanta descripción en torno al castigo y al sacrificio alimenta en cierto
modo la imagen preconcebida de “salvajes” que, inevitablemente, algunos
cronistas de la época tenían sobre el pueblo ashanti y las tribus africanas.
Pero hay otros, en cambio, que no dudan en explicar a sus lectores la
buena actitud de los ashantis, quienes se “muestran corteses con el
público” y lo que “agradecen con expresivos ademanes cualquier atención
que de que se les hace objeto”. Incluso, según narra el comentarista de La
Ilustración artística:
[…] revelan una cultura y educación muy superiores á las que
muchos esperaban encontrar en individuos de un pueblo de tal
procedencia. 359
356
“El adulterio con una mujer del rey se castiga con la muerte; pero ¡con qué
muerte tan dulce!”, ibíd., portada.
357
Ibíd., portada.
358
Ibíd., portada.
359
“Muéstrense en extremo corteses con el público, agradecen con expresivos
ademanes cualquier atención que de que se les hace objeto, y los padres
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