Marina Muñoz Torreblanca - Tesis

otra parte, según el arquitecto Ignacio de Solà Morales, Josep Puig i
Cadafalch, en un proyecto formulado en 1915 (hubo un primer proyecto
de Exposición de las eléctricas en 1917), ya se refería a la existencia de un
primer esbozo de esta idea de conjunto arquitectónico. En el número de la
revista Mirador del 29 de agosto de 1929 se afirma que el proyecto de
construir un pueblo similar al Pueblo Español venía de lejos. En 1915 el
arquitecto Francesc de P. Nebot finaliza un proyecto arquitectónico donde
quería reconstruir un pueblo formado por elementos arquitectónicos
utilizados en Catalunya. Antes de la inauguración del Pueblo el Diario de
la Exposición afirma que buena parte de la idea recae sobre LLuis
Plandiura, que confía la ejecución a Xavier Nogués. Por otra parte, Miquel
Utrillo presenta un proyecto al alcalde de Barcelona, Fernando Álvarez de
la Campa en 1923 para construir un “pueblo español” en la Exposición al
que llamará Iberiona, de propósitos muy similares a lo que acabará siendo
en 1929.
El gran entusiasmo de los cuatro artífices del Pueblo Español los llevó a
organizar diferentes expediciones de trabajo, entre 1927 y 1929, para
recoger material fotográfico sobre la arquitectura más representativa de la
mayoría de las regiones españolas y el sur de Portugal. Los constructores
del Pueblo Español pretendían edificar un recinto que fuera la esencia de
los pueblos de España, querían construir un conjunto representativo de la
diversidad de las diferentes regiones. No se trataba de reconstruir una
colección de obras maestras de la arquitectura española, sino una síntesis
de la España monumental. El complejo arquitectónico reconstruye con
detalle la vida de pueblo en diferentes épocas y regiones de distintas
partes de España. El recinto reconstruye una imagen global y abstracta de
los pueblos españoles. Por eso se le dota de plaza, ayuntamiento, iglesia,
calles, fuentes, comercios…, en total 117 edificios, representando todos
los estilos, desde el románico hasta el barroco, con reconstrucciones de
todas las regiones españolas en una superficie de 23.000 metros
cuadrados.
Como el Pueblo Español se construye en época de la dictadura de Primo
de Rivera y dentro de la Exposición que el régimen dictatorial capitaliza,
el recinto se ha visto siempre como un claro exponente españolista y
anticatalanista, pero Soledad Bengoechea sostiene que, en sus orígenes, el
proyecto nunca estuvo formulado desde una política anticatalanista y que
es la utilización y la trayectoria de alguno de sus impulsores lo que
Nación, y marca con sello austero grave e inconfundible las civilizaciones por
que ha pasado y lo que en el han influido […]” Diario de Barcelona, 25 de
noviembre de 1928, citado en BENGOECHEA, Soledad, Els secrets del Poble
Espanyol 1929-2004, Barcelona: Poble espanyol de Montjuïch, 2004, p. 38.
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