Marina Muñoz Torreblanca - Tesis

hubiera detenido, España presenta sus productos lo mismo que once años
atrás, dentro de un edificio que reúne los estilos gótico, mudéjar y árabe”
con lo que obtiene tres premios del jurado por distinguirse entre los
mejores pabellones extranjeros. 322 Por lo que podríamos concluir que
desde el inicio de la presencia de España hasta la pérdida de los restos de
su imperio colonial a finales de siglo, el país acude a las exposiciones
extranjeras presentado por medio de estilos orientalistas para su
representación. Para el caso de la presencia de las colonias hispanas a
través de pabellones de España en exposiciones fuera del país y, en
consecuencia, posibles exhibiciones de objetos etnográficos, parece que la
representación fue más bien escasa.
En último lugar, en lo que acontece a la identidad y el exotismo, debemos
destacar dos recintos expositivos de la Exposición Internacional de 1929.
El primero, conocido como Pueblo Español, sigue siendo un espacio
singular, entre diorama y cuadro abigarrado de estilos escultóricos, y el
segundo, el espacio efímero que vino a llamarse Pueblo Oriental y que
imita otros recintos parecidos instalados en exposiciones anteriores en las
que se buscaba la representación de lo exótico.
a. El Pueblo Español de la Exposición
Internacional de 1929
El Pueblo Español sigue siendo uno de los atractivos de la ciudad de
Barcelona para los que visitan en la actualidad la montaña de Montjuïch.
Su apariencia ha cambiado muy poco desde 1929; en cambio, su uso
como recinto desde que se empezó a urbanizar la montaña ha sido muy
diverso. En el proyecto inicial de la Exposición Internacional, el Pueblo
Español iba a ser una construcción efímera, pero los acontecimientos
históricos por los que ha atravesado el recinto y su singularidad lo han
hecho pervivir hasta hoy. Además, en los ochenta años que lleva
construido sus usos han sido muy diversos y las identidades que
representan los edificios que alberga han convertido el conjunto, en varias
ocasiones, en ideario de corrientes nacionalistas de discurso españolista
aun cuando en origen no fuese proyectado con tal fin.
322 Además “su arquitecto, Arturo Mérida, es distinguido con la medalla de oro
de la Academia Francesa y la Gran Cruz de la Legión de Honor” BLANCO
GARCÍA, Julio, Historia de las Exposiciones Internacionales (Londres 1851-
Zaragoza 1908), Zaragoza: Nelson-Historia, 2007.
- 138 -