Marina Muñoz Torreblanca - Tesis

parte, William Rubin menciona que las colecciones de objetos de Derain o
Matisse fueron a menudo “desacertadas”, refiriéndose a su baja calidad
“[…]the majority of objects owned by all the major painters early in the
century was in fact very mediocre as compared to the best examples of the
same types we know today, most of which were brought out of Africa in
later years” 27 . Por lo que cabe apuntar que no siempre, entre el volumen de
piezas arribadas a Europa a principios del siglo XX, los objetos primitivos
fueran de calidad o, incluso, “auténticos”.
William Rubin, en la introducción al catálogo de la exposición
Primitivism in XXth century art define qué arte primitivo es auténtico y
cuál no: “[…] an authentic object is one created by an artist for his own
people and used for traditional purposes. Thus, works made by African or
Oceanic artist for sale to outsiders such as sailors, colonials or ethnologist
would be defined as inauthentic” 28 . Por lo que llegados a este punto y
entre los objetos que hoy se encuentran en diferentes colecciones (museos
de arte, museos de etnología/antropología, colecciones privadas…) hay
que distinguir, a menudo, entre “arte” y “artefacto”. La primera
calificación se reserva a las piezas que son enmarcadas como modelo de
un estilo y que se conservan, generalmente, en un museo etiquetadas
como masterpieces. La segunda se refiere a todas las piezas que dentro de
un estilo determinado del arte primitivo no son consideradas como
auténticas. Shelly Errington, en su libro The Death of authentic primitive
art and other tales of progress 29 , aclara, en parte, esta cuestión. En su obra
27 RUBIN, William, “Modernist primitivism, an introduction”, En: Primitivism in
20th century art, Nueva York: MOMA, 1984, p. 13.
28 “[sigue] The problem begins when and if a question can be raised –because of
the alteration of tribal life under the pressure of modern technology or Western
social, political, and religious forms- as to the continuing integrity of the tradition
itself”. RUBIN, William (ed.), Primitivism in 20 th century art, Nueva York:
MOMA, 1985, p. 76, nota 41.
29 En la primera parte la autora intenta desarrollar la apreciación y categorización
del arte primitivo de África, Oceanía y las Américas a través de coleccionistas y
artistas americanos del período de entreguerras, la validación institucional del
género con la apertura del Museo de Arte Primitivo de Nueva York en 1957 y
cómo declina la autenticidad del arte étnico a finales del siglo XX con la
comercialización occidental y el turismo. Expone las discusiones sobre la
perspectiva antropológica sobre el auténtico arte primitivo y la noción de
progreso a lo largo del siglo XX. Proporciona una definición de ‘arte primitivo’
considerando la división entre folk art y high ethnic art, preguntándose sobre los
límites que pueden definir las dos categorías. En la segunda parte, examina el
impacto del nacionalismo, la modernización y el desarrollo de las actitudes
culturales en México y Java. Véase ERRINGTON, Shelly, The death of authentic
primitive art and other tales of progress, Berkeley: University of California
Press, 1998.
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