Marina Muñoz Torreblanca - Tesis

apoyada en el tronco y era objeto de viva curiosidad por el numerosos
público que visita el concurso”. 239
La misma revista es la que también pone de manifiesto, a la semana
siguiente, que los visitantes no quedan contentos más bien desilusionados
de “no encontrar el salvajismo en el grado sumo que esperaban”:
La ranchería de los igorrotes es el sitio visitado con mayor
curiosidad por el público que acude á la Exposición: hay en ese público
quien tiene una idea muy original de los citados igorrotes, tanto que el
desencanto sucede á la ilusión cuando se acercan á contemplarlos.
Ciertamente sus adornos, sus manifestaciones, nada tienen de común con
las razas, los trajes y las costumbres de otros pueblos; pero las
imaginaciones exaltadas, aquellas que han formado un concepto
extraño de esos hombres de color que han dejado sus selvas vírgenes
para residir en el Parque de Madrid, sorpréndese, y de ello hemos
sido testigos, de no encontrar el salvajismo en grado sumo que
esperaban.” 240
Es relevante cómo el cronista de la misma revista sugiere que la ausencia
de salvajismo “en grado sumo esperado” pueda ser debida a que, a partir
de la estancia de los igorrotes en la metrópoli y gracias a la observación de
los que vivían en la capital, los filipinos exhibidos se hubieran
transformado y, por ello, hubieran adquirido para entonces “nociones de
urbanidad”:
Verdad es que la manera de ser del individuo se modifica muchas
veces ante el ejemplo que atentamente observa en las razas que son
superiores, social y materialmente consideradas, y que la estancia de dos
meses que llevan los igorrotes en Madrid ha influido para que adquieran
ciertas nociones de urbanidad; [...] 241
El análisis que realiza el cronista denota una opinión muy marcada sobre
las diferencias raciales entre los exhibidos y aquellos que irían a
contemplarlos. La opinión del periodista parte del evolucionismo racial y
predispone al público a visitar a los igorrotes desde una perspectiva en la
que la superioridad de Occidente influye en los “salvajes igorrotes” que,
sólo por estar en Madrid, dejan de ser un poco más “salvajes”. Es muy
probable que artículos periodísticos como éste ayudaran a aumentar las
visitas a la Exposición de Filipinas, por lo que la exhibición de individuos
sería uno de los principales puntos de atracción para el público.
Recordemos que en la Stanley and African Exhibition, en opinión de
239 Ibíd., p. 3.
240 “Exposición Filipina”, Madrid, La Ilustración Española y Americana, n º
XXVI, 15 de julio de 1887, p. 27. [el destacado es nuestro]
241 Ibíd., p. 27. [el destacado es nuestro]
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