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PRINCIPIOS DE ANATOMIA Y FISIOLOGIA- TORTORA - DERRICKSON

La relevancia de la anatomía y la fisiología que usted está estudiando se comprende mejor cuando hace la conexión entre la estructura normal y la función, y lo que sucede cuando estas funciones están alteradas. En todos los capítulos del libro, hallará Correlaciones clínicas, que le presentan una interesante perspectiva clínica relacionada con el tema del texto. Al final de cada capítulo de aparatos y sistemas, encontrará una sección sobre desequilibrio homeostático, que incluye análisis concisos sobre las principales enfermedades. Esto da respuestas a muchas de las preguntas que pueda tener sobre problemas médicos. La sección de Terminología médica a continuación incluye términos seleccionados sobre condiciones normales y patológicas.

La relevancia de la anatomía y la fisiología que usted está estudiando se comprende mejor cuando hace la conexión
entre la estructura normal y la función, y lo que sucede cuando estas funciones están alteradas. En todos los capítulos
del libro, hallará Correlaciones clínicas, que le presentan una interesante perspectiva clínica relacionada con el
tema del texto. Al final de cada capítulo de aparatos y sistemas, encontrará una sección sobre desequilibrio homeostático,
que incluye análisis concisos sobre las principales enfermedades. Esto da respuestas a muchas de las
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términos seleccionados sobre condiciones normales y patológicas.

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1192 CAPÍTULO 29 • DESARROLLO Y HERENCIA

aproximan entre sí y se fusionan, lo que convierte la placa neural en

el tubo neural (Figura 29.9d). Esto ocurre primero en la mitad del

embrión y luego, progresa hacia los extremos cefálico y caudal. Las

células del tubo neural darán origen al encéfalo y la médula espinal.

El proceso por el cual se forman la placa, el pliegue y el tubo neural

recibe el nombre de neurulación.

A medida que se forma el tubo neural, algunas de las células ectodérmicas

de éste migran y forman varias capas celulares denominadas

crestas neurales (véase la Figura 14.27b). Las células de las crestas

neurales darán origen a todas las neuronas sensoriales y a las neuronas

posganglionares de los nervios periféricos, la médula suprarrenal,

los melanocitos (células pigmentadas) de la piel, la aracnoides y la

piamadre del cerebro y la médula espinal, y a casi todos los componentes

esqueléticos y musculares de la cabeza.

Alrededor de 4 semanas después de la fecundación, el extremo cefálico

del tubo neural se diferencia en tres áreas dilatadas denominadas

vesículas encefálicas primarias (véase la Figura 14.28): el prosencéfalo

o cerebro anterior, el mesencéfalo o cerebro medio y el

rombencéfalo o cerebro posterior. A las 5 semanas, el prosencéfalo

se divide en dos vesículas encefálicas secundarias, denominadas

telencéfalo y diencéfalo, y a partir del rombencéfalo también se originan

dos vesículas secundarias, el metencéfalo y el mielencéfalo.

Las áreas del tubo neural adyacentes al mielencéfalo dan origen a la

médula espinal. Las partes del cerebro que se desarrollan a partir de

las distintas vesículas cerebrales se describen en la Sección 14.1.

CORRELACIÓN CLÍNICA |

Anencefalia

Los defectos del tubo neural son causados por la detención de su

crecimiento normal y su cierre. Entre estas malformaciones, se incluyen

la espina bífida (tratada en: Alteraciones del equilibrio homeostático,

Capítulo 7) y la anencefalia (an-, sin). En la anencefalia, los

huesos del cráneo no se desarrollan correctamente, por lo que ciertas

regiones del cerebro permanecen en contacto con el líquido amniótico

y degeneran. Por lo común, también son afectadas las partes del

cerebro que controlan funciones vitales como la respiración y la regulación

del funcionamiento normal del corazón. Los niños que presentan

anencefalia nacen muertos o fallecen a los pocos días después del

nacimiento. La frecuencia de esta malformación es de 1 caso por cada

1 000 nacimientos y es entre 2 y 4 veces más frecuente en el sexo

femenino. •

Desarrollo de los somitas

A los 17 días después de la fecundación, el mesodermo adyacente

a la notocorda y el tubo neural da origen a un par de columnas longitudinales

de mesodermo paraxial (para-, al lado de) (Figura 29.9b).

El mesodermo lateral al mesodermo paraxial forma pares de masas

cilíndricas llamadas mesodermo intermedio. El mesodermo lateral

al mesodermo intermedio está constituido por un par de láminas aplanadas,

las láminas del mesodermo lateral. Al poco tiempo, el mesodermo

paraxial se segmenta en una serie de estructuras pares de forma

cúbica llamadas somitas (diminutivo de sóoma, cuerpo). A fines de la

quinta semana, ya existen 42 a 44 pares de somitas. El número de

somitas que se desarrollan en un determinado período se puede correlacionar

aproximadamente con la edad del embrión.

Cada somita se diferencia en tres regiones: miotoma, dermatoma

y esclerotoma (véase la Figura 10.17b). Los miotomas dan origen a

los músculos esqueléticos del cuello, el tronco y las extremidades; los

dermatomas forman el tejido conectivo, incluida la dermis cutánea; y

los esclerotomas originan las vértebras y costillas.

Desarrollo del celoma intraembrionario

Durante la tercera semana del desarrollo aparecen pequeños espacios

en la lámina del mesodermo lateral. Estos espacios pronto confluyen

para formar una cavidad más grande denominada celoma

intraembrionario. Esta cavidad divide la lámina del mesodermo lateral

en dos capas, mesodermo esplácnico y mesodermo somático

(Figura 29.9d). A partir del mesodermo esplácnico (splánkthna-, visceral)

se forman el corazón, la capa visceral del pericardio seroso, los

vasos sanguíneos y el tejido conectivo de los órganos respiratorios y

digestivos, además de la capa visceral de las membranas serosas

(pleura y peritoneo). El mesodermo somático (sóoma-, cuerpo) da

origen a los huesos, ligamentos, vasos sanguíneos y tejido conectivo

de los miembros; de este tejido también deriva la capa parietal de las

serosas: el pericardio, la pleura y el peritoneo.

Desarrollo del aparato cardiovascular

A principios de la tercera semana del desarrollo, comienza la angiogénesis

(angéion-, vaso; y -génesis, producción), proceso de formación

de los vasos sanguíneos en el mesodermo extraembrionario del

saco vitelino, el pedículo de fijación y el corion. El desarrollo temprano

de los vasos es necesario porque los nutrientes del saco vitelino y

del huevo son insuficientes durante el rápido desarrollo embrionario.

La angiogénesis se inicia cuando las células del mesodermo se diferencian

en hemangioblastos. Éstos a su vez se diferencian a angioblastos,

que se agrupan para formar conjuntos aislados de células que

se denominan islotes sanguíneos (véase la Figura 21.31). En poco

tiempo se forman espacios dentro de los islotes sanguíneos, que constituyen

la luz de los futuros vasos. Algunos angioblastos se disponen

alrededor de cada espacio y forman el endotelio y las túnicas (capas)

de los vasos sanguíneos en desarrollo. A medida que los islotes sanguíneos

crecen y se fusionan, dan origen a un sistema de vasos sanguíneos

que se extiende a todo el embrión.

Alrededor de 3 semanas después de la fecundación, las células y el

plasma de la sangre comienzan a desarrollarse fuera del embrión, a

partir de hemangioblastos de vasos sanguíneos situados en las paredes

del saco vitelino, la alantoides y el corion. Éstos luego se transformarán

en células madre pluripotenciales que formarán las células sanguíneas.

La producción de sangre dentro del embrión comienza en el

hígado a las 5 semanas de desarrollo y continúa más adelante en el

bazo, la médula ósea y el timo, desde la duodécima semana.

El corazón se forma a partir del mesodermo esplácnico en el extremo

cefálico del embrión entre los días 18 y 19 del desarrollo. Esta

región de células mesodérmicas se denomina área cardiogénica (cardio-,

corazón). En respuesta a las señales de inducción desde el mesodermo

subyacente, esas células mesodérmicas forman un par de tubos

endocárdicos (véase la Figura 20.19). Dichos tubos luego se fusionan

para formar un único corazón tubular primitivo. Hacia el final de la

tercera semana, el corazón tubular primitivo o tubo cardíaco se incurva

sobre sí mismo, adopta una forma de S y comienza a latir. Luego,

se une a los vasos sanguíneos de otras partes del embrión, el pedículo

de fijación, el corion y el saco vitelino para formar un aparato cardiovascular

primitivo.

Desarrollo de las vellosidades coriónicas y la placenta

A medida que los tejidos embrionarios invaden la pared uterina, los

vasos uterinos maternos son erosionados y la sangre materna llena los

espacios denominados lagunas, situados dentro del tejido invasor. Al

final de la segunda semana comienzan a desarrollarse las vellosidades

coriónicas. Estas proyecciones de forma de dedos están constituidas

por corion (sinciciotrofoblasto rodeado por citotrofoblasto) que se

proyecta dentro de la pared endometrial del útero (Figura 29.10a). Al

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