LECTURAS DE PRIMERA SEMANA DE JUNIO DE 2011 - Insumisos

el cierre del negocio porque supuestamente infringía las horas de venta de alcohol. Era mentira, pero era mi
palabra contra la de ellos. ¿En qué terminó todo? En pagos quincenales de 17 mil pesos a funcionarios que
respondían al entonces alcalde, Adalberto Madero. Ése también es el Monterrey actual: el de la inoperancia
del gobierno y el de la sensación de imbatibilidad de los cárteles. Pero antes no veías la venta de drogas al
descubierto. Ahora en cientos de bares observas a los narcomenudistas operar en los baños, con las
tienditas que responden a los cárteles con total descaro”, detalla Ordóñez.
DESEMBARCO SIN SALIDA
Ese proceder marcó la tendencia que actualmente aflige a la ciudad. Alejándose de las prácticas habituales
que los capos de la droga habían estipulado para sus organizaciones, Los Zetas ampliaron sus influencias
hacia el control de la piratería, la prostitución, el secuestro y el narcomenudeo. Al estandarizar la venta de
droga, definieron su producto y lo identificaron en bolsitas de colores que representaban el origen de la
mercancía: si alguien en el Barrio Antiguo vendía drogas que no estaban empaquetadas de esa forma,
significaba que trabajaba para el otro cártel, y entonces los asesinatos se sucedían. Los meses pasaron y,
junto al silencio obvio de los jóvenes, las autoridades cayeron de una a otra red de corrupción: todo quedó
bajo el control de una sola organización.
“Otros han terminado muertos por querer enfrentarlos, y yo no seré uno más en esa lista. Si la policía no
hace nada, yo tampoco, y por eso cerré el año pasado. Cuando los narcos desembarcan en tu negocio —
agrega Manuel—, ya sabes que no tienes salida. Porque ellos ponen como sitio de venta tu local, y se
aseguran de que ni la policía ni nadie se interponga en sus ganancias”.
Todavía llorando las muertes de una semana atrás, la coyuntura que rodea la tragedia del Café Iguana es
sinónimo de una realidad regiomontana demasiado preocupada por sus sombras, por los prejuicios de una
sociedad que no despierta. Lleva más de 600 muertos en cinco meses, magnificada por una guerra entre
cárteles tan sangrienta que ningún escenario queda exento, y el presente es uno donde cada día se suman
más víctimas inocentes ante una inoperancia gubernamental que naufraga entre políticas ineficaces y
funcionarios corruptos.
Operativos contra Los Zetas en Coahuila
En dos operativos distintos, las fuerzas de la Marina Armada allanaron el pasado jueves 25 de mayo dos
ranchos utilizados por Los Zetas en el municipio de Monclova, Coahuila. En el primero, ubicado a 40
kilómetros de la cabecera municipal y usado como casa de seguridad, se encontraron una tonelada de
cocaína en poco más de mil paquetes —con un costo estimado de 19 millones de dólares—, además de
armas, municiones, vehículos y equipos de comunicación propiedad de los líderes de Los Zetas . En el lugar
fueron detenidos Lorenzo Villegas Palacios, de 58 años de edad; Pedro Fernández Ramírez, de 32; Carlos
López Izaguirre, de 25; Rubén Fernández Ramírez, de 32; Bernardino González Treviño, de 38, y Jonathan
Agüero Fernández, de 27, a quienes se les aseguraron armas largas, cargadores de diferentes calibres,
cartuchos, un tubo lanzagranadas, granadas calibre 40 y un vehículo blindado.
En la segunda finca de ese municipio había evidencias de que era usada como casa de descanso. Se hallaron
efectos personales, documentos e información sobre la ubicación y seguimiento de los principales líderes de
la organización delictiva, así como de otras propiedades del grupo. El lugar cuenta con un rodeo y una
cuadra con caballos de raza fina. También una casa que era utilizada como bodega de armas y droga, en
donde había autos y camionetas de lujo.