Principios de Neurociencia Haines 4a Ed_booksmedicos.org
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188 Neurobiología regional<br />
ñas EV posganglionares <strong>de</strong>l ganglio ótico. Estas neuronas parasimpáticas<br />
posganglionares proporcionan inervación secretomotora a la<br />
glándula parótida. Las fibras <strong>de</strong>l nervio glosofaríngeo proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l<br />
núcleo ambiguo participan en la inervación <strong>de</strong>l músculo estilofaríngeo<br />
(fig. 14-11). Este músculo interviene en la <strong>de</strong>glución y forma parte<br />
<strong>de</strong>l brazo eferente <strong>de</strong>l reflejo nauseoso.<br />
Al igual que suce<strong>de</strong> con el nervio vago, las fibras sensitivas <strong>de</strong>l nervio<br />
glosofaríngeo son somáticas (AS) y viscerales (AV) (fig. 14-11). Las<br />
fibras AS se originan a partir <strong>de</strong> receptores cutáneos en una pequeña<br />
zona <strong>de</strong>l pabellón auricular y conducto auditivo externo y <strong>de</strong>l tercio<br />
posterior <strong>de</strong> la lengua. Estas fibras tienen sus somas en el ganglio<br />
superior, y sus prolongaciones centrales se unen al tracto espinal<br />
<strong>de</strong>l trigémino antes <strong>de</strong> terminar en el núcleo espinal <strong>de</strong>l trigémino.<br />
Las fibras aferentes viscerales (AV) conducen información <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />
glándula parótida y <strong>de</strong> la orofaringe, junto a impulsos especialmente<br />
importantes <strong>de</strong>l cuerpo carotí<strong>de</strong>o. Esta estructura contiene quimiorreceptores<br />
sensibles a los cambios <strong>de</strong> concentración <strong>de</strong> oxígeno y<br />
dióxido <strong>de</strong> carbono en sangre. Las fibras AV tienen sus somas en el<br />
ganglio inferior <strong>de</strong>l nervio glosofaríngeo, y en su trayecto entran en<br />
el tracto solitario para terminar en el núcleo solitario. La sensibilidad<br />
gustativa proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l tercio posterior <strong>de</strong> la lengua (fig. 14-11)<br />
es conducida centralmente por fibras AV que también tienen sus<br />
somas en el ganglio inferior <strong>de</strong>l nervio glosofaríngeo. Al igual que en<br />
todas las fibras gustativas, sus prolongaciones centrales entran en el<br />
tracto solitario y terminan en las neuronas <strong>de</strong>l núcleo solitario que<br />
lo ro<strong>de</strong>an. Todas estas señales aferentes <strong>de</strong>l nervio glosofaríngeo son<br />
eventualmente transmitidas a los núcleos <strong>de</strong> relevo <strong>de</strong>l tálamo y al<br />
córtex sensitivo, don<strong>de</strong> la información es percibida e interpretada<br />
conscientemente.<br />
Las lesiones <strong>de</strong>l noveno nervio craneal son relativamente raras,<br />
aunque pue<strong>de</strong>n producirse en combinación con las raíces <strong>de</strong>l nervio<br />
vago y <strong>de</strong>l accesorio en el foramen yugular (fig. 14-8). Los déficits<br />
relacionados con una lesión aislada <strong>de</strong>l nervio glosofaríngeo se limitan<br />
principalmente a una pérdida <strong>de</strong> la sensibilidad gustativa en<br />
el tercio posterior <strong>de</strong> la lengua y a una pérdida <strong>de</strong> la contracción<br />
<strong>de</strong>l estilofaríngeo <strong>de</strong>l lado <strong>de</strong> la lesión, que pue<strong>de</strong> afectar al reflejo<br />
nauseoso. Este reflejo <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la integridad <strong>de</strong> los nervios<br />
craneales IX y X. A<strong>de</strong>más, el noveno nervio pue<strong>de</strong> afectarse en una<br />
neuralgia <strong>de</strong>l glosofaríngeo. Es un trastorno caracterizado por crisis<br />
<strong>de</strong> dolor idiopático intenso que afecta a las zonas <strong>de</strong> distribución<br />
sensitiva <strong>de</strong>l nervio (faringe, porciones caudales <strong>de</strong> la lengua, amígdala<br />
y eventualmente áreas <strong>de</strong>l oído medio). Las crisis pue<strong>de</strong>n ser<br />
espontáneas o <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>narse por la estimulación provocada <strong>de</strong> la<br />
parte posterior <strong>de</strong> la cavidad oral, o tras la <strong>de</strong>glución o incluso al<br />
hablar. La neuralgia <strong>de</strong>l glosofaríngeo pue<strong>de</strong> ser bastante grave y<br />
muy discapacitante.<br />
Foramen yugular<br />
A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> alojar a los nervios craneales IX, X y XI, que lo atraviesan<br />
aproximadamente por su tercio medio, el foramen yugular también<br />
sirve <strong>de</strong> conducto para otras estructuras importantes (fig. 14-8). En<br />
general, el foramen pue<strong>de</strong> dividirse en un área rostral y ligeramente<br />
medial, una porción media (que contiene los nervios craneales IX, X<br />
y XI) y una porción caudal y algo lateral.<br />
La porción rostromedial (fig. 14-8) contiene la <strong>de</strong>sembocadura<br />
<strong>de</strong>l seno petroso inferior en la vena yugular interna. El seno petroso<br />
inferior, aunque reducido, representa una comunicación entre el seno<br />
cavernoso y la vena yugular interna. A<strong>de</strong>más, la porción rostromedial<br />
<strong>de</strong>l foramen yugular también contiene una rama meníngea <strong>de</strong> la<br />
arteria faríngea ascen<strong>de</strong>nte. Este pequeño vaso aporta sangre arterial<br />
a las meninges <strong>de</strong> la fosa posterior.<br />
La porción caudolateral <strong>de</strong>l foramen yugular (fig. 14-8) es la zona<br />
en la que el seno sigmoi<strong>de</strong>o se continúa con la vena yugular interna. El<br />
seno sigmoi<strong>de</strong>o es gran<strong>de</strong> y representa una importante vía <strong>de</strong> drenaje<br />
venoso <strong>de</strong>l encéfalo. Esta parte <strong>de</strong>l foramen yugular también contiene<br />
la rama meníngea <strong>de</strong> la arteria occipital, otra fuente <strong>de</strong> irrigación a<br />
las meninges <strong>de</strong> la fosa posterior. La rama meníngea <strong>de</strong>l nervio vago<br />
entra en la cavidad craneal a través <strong>de</strong> esta parte <strong>de</strong>l foramen y constituye<br />
una <strong>de</strong> las estructuras responsables <strong>de</strong> la inervación sensitiva<br />
<strong>de</strong> la duramadre <strong>de</strong> la fosa posterior.<br />
Síndromes <strong>de</strong>l foramen yugular<br />
Los déficits que se observan en los síndromes <strong>de</strong>l foramen yugular<br />
reflejan la lesión <strong>de</strong> los elementos que contiene el foramen o <strong>de</strong> las<br />
estructuras inmediatamente externas al mismo. El síndrome <strong>de</strong>l<br />
foramen yugular (también conocido como síndrome <strong>de</strong> Vernet) está<br />
producido generalmente por una lesión que asienta en el foramen<br />
o internamente a éste. Estos déficits incluyen una pérdida <strong>de</strong> la<br />
sensibilidad (incluido el gusto) en el tercio caudal <strong>de</strong> la lengua (IX nervio<br />
craneal), pérdida <strong>de</strong> sensibilidad en la laringe y la faringe, disartria<br />
y disfagia por parálisis <strong>de</strong> la cuerda vocal y <strong>de</strong> los músculos<br />
intrínsecos <strong>de</strong> la laringe en el lado ipsilateral (X nervio craneal) y<br />
<strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong> los músculos esternocleidomastoi<strong>de</strong>o y trapecio ipsilaterales<br />
(XI nervio craneal). Las lesiones inmediatamente externas al<br />
foramen yugular (como en el síndrome <strong>de</strong> Collet-Sicard) producen<br />
los déficits característicos <strong>de</strong> la lesión <strong>de</strong> los nervios IX, X y XI<br />
junto a una <strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong> la lengua en el lado <strong>de</strong> la lesión; esto es<br />
<strong>de</strong>bido a que la salida <strong>de</strong>l nervio hipogloso (a través <strong>de</strong>l conducto<br />
<strong>de</strong>l hipogloso) es adyacente al foramen yugular y la raíz <strong>de</strong> este<br />
nervio queda incluida en la lesión. El síndrome clínico más completo<br />
<strong>de</strong>l foramen yugular es el síndrome <strong>de</strong> Villaret, también llamado<br />
síndrome retrofaríngeo, que incluye alteraciones que indican una<br />
lesión <strong>de</strong> los nervios craneales IX, X y XI, <strong>de</strong>l nervio hipogloso y<br />
<strong>de</strong> las fibras simpáticas <strong>de</strong>l ganglio cervical superior, estas últimas<br />
responsables <strong>de</strong> un síndrome <strong>de</strong> Horner en el lado ipsilateral <strong>de</strong><br />
la cabeza.<br />
NERVIOS CRANEALES<br />
DE LA UNIÓN PONTOBULBAR<br />
Los nervios craneales <strong>de</strong> la unión pontobulbar son el nervio vestíbulococlear<br />
(el más lateral y, a efectos <strong>de</strong> esta <strong>de</strong>scripción, exclusivamente<br />
sensitivo), el nervio facial (con una localización intermedia y <strong>de</strong> tipo<br />
mixto) y el nervio abducens (el más medial y exclusivamente motor)<br />
(figs. 14-3 y 14-4).<br />
Existen tres razones por las que los nervios craneales VI, VII y<br />
VIII son consi<strong>de</strong>rados nervios <strong>de</strong> la unión pontobulbar. En primer<br />
lugar, el núcleo motor <strong>de</strong>l abducens y el núcleo motor <strong>de</strong>l facial se<br />
encuentran en la unión pontobulbar (fig. 14-1; v. también figs. 12-9<br />
y 12-10). En segundo lugar, en los seres humanos la salida <strong>de</strong> los<br />
tres nervios se localiza en el bor<strong>de</strong> caudal <strong>de</strong>l puente (fig. 14-3). De<br />
hecho, dos <strong>de</strong> los tres nervios (facial y vestibulococlear) abandonan<br />
el cráneo a través <strong>de</strong>l mismo foramen. En tercer lugar, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una<br />
perspectiva <strong>de</strong> anatomía comparada, los nervios craneales VI, VII y<br />
VIII no emergen <strong>de</strong>l bulbo. Por ejemplo, en animales con un córtex<br />
cerebral y un cerebelo más simples (y en consecuencia con un puente<br />
más pequeño), estos nervios craneales salen <strong>de</strong>l encéfalo próximos<br />
al cuerpo trapezoi<strong>de</strong>, que queda expuesto en la superficie <strong>de</strong>l tronco<br />
<strong>de</strong>l encéfalo. En los seres humanos, <strong>de</strong>bido al mayor tamaño <strong>de</strong>l<br />
puente, el cuerpo trapezoi<strong>de</strong> se localiza internamente aunque continúa<br />
situado en la unión pontobulbar. Por estas razones, resulta apropiado<br />
consi<strong>de</strong>rar a estos tres nervios craneales <strong>de</strong> la forma en la que aquí<br />
se presentan.<br />
Nervio vestibulococlear<br />
El octavo nervio craneal es el más lateral (fig. 14-3) <strong>de</strong> los nervios<br />
craneales <strong>de</strong>l tronco <strong>de</strong>l encéfalo y se relaciona centralmente<br />
con los núcleos cocleares posterior y anterior (AS exteroceptivo<br />
—audición—) y con los núcleos vestibulares medial, espinal (inferior),<br />
superior y lateral (AS propioceptivo —postura y equilibrio—).<br />
Las dos porciones <strong>de</strong>l VIII nervio craneal se originan a partir <strong>de</strong> receptores<br />
altamente especializados que se encuentran bien protegidos en<br />
la porción petrosa <strong>de</strong>l hueso temporal. Estos receptores se <strong>de</strong>scriben<br />
en los capítulos 21 y 22. Aunque las raíces <strong>de</strong> los nervios vestibular<br />
y coclear forman fascículos separados en su origen, avanzan hasta<br />
constituir básicamente una sola raíz nerviosa en su punto <strong>de</strong> entrada<br />
al tronco <strong>de</strong>l encéfalo. El nervio vestibulococlear y el nervio facial<br />
entran en la cavidad craneal atravesando el conducto auditivo interno<br />
(figs. 14-12 a 14-14).<br />
La porción coclear <strong>de</strong>l VIII nervio craneal se origina en las células<br />
<strong>de</strong>l ganglio espiral situado en la cóclea (fig. 14-13). Este ganglio está