Principios de Neurociencia Haines 4a Ed_booksmedicos.org
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Exploración neurológica 455<br />
■<br />
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un <strong>de</strong>lito.<br />
bioquímicos, citológicos y bacteriológicos <strong>de</strong>l líquido cefalorraquí<strong>de</strong>o<br />
para confirmar una sospecha <strong>de</strong> meningitis, o un estudio mediante tomografía<br />
computarizada o resonancia magnética cerebral para <strong>de</strong>terminar la<br />
localización <strong>de</strong> un ictus y precisar si es isquémico o hemorrágico.<br />
Por último, el diagnóstico presuntivo (fig. 33-2), es <strong>de</strong>cir, la impresión<br />
<strong>de</strong>l médico evaluador en cuanto al tipo y dón<strong>de</strong> radicaría el<br />
problema, junto con las recomendaciones sobre el manejo y tratamiento<br />
indicados, se aña<strong>de</strong> a la evaluación global y se prescribe para<br />
cada paciente el tratamiento que <strong>de</strong>be seguir y los futuros planes <strong>de</strong><br />
cuidados sanitarios.<br />
EXPLORACIÓN DEL ESTADO MENTAL<br />
La exploración <strong>de</strong>l estado mental comienza inicialmente con una valoración<br />
<strong>de</strong>l nivel <strong>de</strong> conciencia <strong>de</strong>l paciente. También <strong>de</strong>be examinarse<br />
su orientación temporoespacial y personal. En este momento se evalúa<br />
la memoria <strong>de</strong> acontecimientos pasados y la memoria a corto plazo,<br />
así como la capacidad para realizar cálculos. Esta exploración básica se<br />
conoce como test minimental <strong>de</strong> Folstein (MIMSE, <strong>de</strong>l inglés Mini-<br />
Mental State Examination) (fig. 33-3). Entre las pruebas específicas<br />
<strong>de</strong> la función <strong>de</strong>l lóbulo parietal figura el dibujar una esfera <strong>de</strong> reloj<br />
(fig. 33-4), dividir por la mitad una línea y copiar el dibujo <strong>de</strong> una<br />
margarita o trazar una serie <strong>de</strong> pentágonos intersectados.<br />
Los trastornos <strong>de</strong>l habla, como la disartria, se <strong>de</strong>tectan durante la<br />
conversación normal y están causados por <strong>de</strong>fectos en la articulación<br />
<strong>de</strong> las palabras secundarios a una <strong>de</strong>bilidad o incoordinación <strong>de</strong> los<br />
músculos <strong>de</strong> la lengua (XII nervio craneal), paladar (IX y X nervios<br />
craneales), labios (VII nervio craneal), o <strong>de</strong> la faringe. Los signos <strong>de</strong><br />
un trastorno <strong>de</strong>l habla suelen indagarse pidiendo al paciente que repita<br />
una frase difícil como «metodista episcopal» o que repita rápidamente<br />
sonidos como «cu-ca-ra-cha».<br />
El lenguaje es la capacidad <strong>de</strong> utilizar y compren<strong>de</strong>r el habla escrita<br />
y verbal y <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> los circuitos <strong>de</strong>l lenguaje corticales, talámicos<br />
y <strong>de</strong> los núcleos basales localizados en el hemisferio dominante. Se<br />
evalúa pidiendo al paciente que repita palabras o frases («ni sí, ni no,<br />
ni pero»), que nombre objetos sencillos (reloj, <strong>de</strong>do, bolígrafo), que<br />
siga una or<strong>de</strong>n (toqúese el hombro izquierdo, cierre los ojos, señale<br />
el techo) y que escriba una frase y la lea en voz alta.<br />
Las alteraciones <strong>de</strong>l lenguaje reciben el nombre <strong>de</strong> afasias. Hay<br />
dos tipos principales: la afasia no fluente y la afasia fluente. En la<br />
afasia no fluente el paciente tiene dificulta<strong>de</strong>s en su expresión verbal,<br />
pronunciando las palabras con un gran esfuerzo, pero es capaz <strong>de</strong><br />
compren<strong>de</strong>r y <strong>de</strong> seguir las ór<strong>de</strong>nes apropiadamente. La afasia no<br />
fluente también se <strong>de</strong>nomina afasia <strong>de</strong> expresión o afasia <strong>de</strong> Broca;<br />
las lesiones que producen este tipo <strong>de</strong> déficit se localizan en el giro<br />
frontal inferior (<strong>de</strong>nominado en ocasiones giro <strong>de</strong> Broca) que afectan<br />
■ Síntoma actual - Signos vitales<br />
-H.<strong>de</strong> la<br />
- Exploración<br />
enfermedad actual general<br />
■ Antece<strong>de</strong>ntes - Exploración<br />
médicos<br />
específica por<br />
■ Antece<strong>de</strong>ntes sistemas:<br />
quirúrgrcos • Neurológica<br />
• Antece<strong>de</strong>ntes - Cardiovascular<br />
familiares<br />
• Oftalmológica<br />
■ Medicación - Ginecológica<br />
• H. social<br />
Etc<br />
- Radiografías<br />
-TC<br />
-RM<br />
- Análisis<br />
bioquímicos<br />
- Análisis<br />
hematológlcos<br />
- Análisis<br />
microbiológicos<br />
- Etc.<br />
Figura 33-2. Representación esquemática <strong>de</strong> la relación entre la evaluación<br />
global, con sus componentes específicos, y la exploración en la evaluación <strong>de</strong>l<br />
paciente con compromiso neurológico. RM resonancia magnética; TC, tomografía<br />
computarizada.<br />
específicamente a sus porciones opercular y triangular. En la afasia<br />
fluente, la producción <strong>de</strong> palabras es normal o incluso está aumentada,<br />
formulándose a veces frases largas con prosodia normal (ritmo <strong>de</strong>l<br />
habla); los neologismos (serie <strong>de</strong> palabras sin sentido) bien articulados<br />
pero frecuentes privan <strong>de</strong> contenido o significado a estas frases. En<br />
este tipo <strong>de</strong> afasia, <strong>de</strong>nominada también afasia receptiva o afasia <strong>de</strong><br />
Wernicke, ni el paciente ni el explorador son capaces <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r<br />
el significado <strong>de</strong>l habla. Las lesiones en la cara lateral <strong>de</strong>l hemisferio<br />
dominante a nivel <strong>de</strong> los giros supramarginal y angular (y en<br />
ocasiones porciones adyacentes <strong>de</strong>l lóbulo temporal superior) pue<strong>de</strong>n<br />
causar una afasia fluente.<br />
EXPLORACIÓN DE LA FUNCIÓN<br />
DE LOS NERVIOS CRANEALES<br />
I nervio craneal<br />
El nervio olfatorio (I nervio craneal) rara vez se explora <strong>de</strong>bido a<br />
los efectos nocivos <strong>de</strong>l tabaco y <strong>de</strong> la patología <strong>de</strong> los senos sobre<br />
el sentido <strong>de</strong>l olfato en la población general. Este nervio pue<strong>de</strong> lesionarse<br />
unilateralmente por un traumatismo o por un tumor <strong>de</strong><br />
base <strong>de</strong>l cráneo en el surco olfatorio, como un meningioma <strong>de</strong>l surco<br />
olfatorio (v. fig. 7-9). La pérdida total <strong>de</strong> la capacidad olfatoria (anosmia)<br />
siempre se asocia con la incapacidad para apreciar el sabor <strong>de</strong><br />
la comida (ageusia), y un ejemplo conocido es lo poco atractivo que<br />
resulta <strong>de</strong>gustar un alimento cuando se tiene una congestión nasal por<br />
un resfriado. La disgeusia consiste en una alteración <strong>de</strong>l gusto o en<br />
su carácter <strong>de</strong>sagradable, y la parosmia es una percepción alterada o<br />
distorsionada <strong>de</strong> los olores.<br />
Un estímulo olfatorio no <strong>de</strong>bería actuar sobre el trigémino, es <strong>de</strong>cir,<br />
no <strong>de</strong>be irritar el interior <strong>de</strong> las fosas nasales (como p. ej., el amoníaco),<br />
que están inervadas por este nervio. Normalmente se utilizan<br />
sustancias como la vainilla, el café y el jabón perfumado. Estando el<br />
paciente con los ojos cerrados, se tapa un orificio nasal y se aproxima<br />
un vial con el producto al orificio abierto (fig. 33-5). Se pregunta al<br />
paciente si huele algo. Es más importante que exista olfato que su<br />
i<strong>de</strong>ntificación. A continuación se repite el proceso en el otro orificio.<br />
II nervio craneal<br />
El nervio óptico (II nervio craneal) se explora <strong>de</strong>terminando la agu<strong>de</strong>za<br />
visual (medida <strong>de</strong> la capacidad para discriminar los <strong>de</strong>talles finos<br />
y el contraste en una imagen) y valorando la extensión <strong>de</strong> la visión<br />
periférica mediante el examen <strong>de</strong> los campos visuales y la inspección<br />
<strong>de</strong> la retina y el disco óptico con un oftalmoscopio. La agu<strong>de</strong>za visual<br />
(también <strong>de</strong>nominada resolución visual) se explora por separado en<br />
cada ojo y <strong>de</strong>bería medirse teniendo puestas el paciente unas gafas con<br />
la a<strong>de</strong>cuada graduación y una tabla manual o una tabla <strong>de</strong> Snellen a<br />
6 m <strong>de</strong> distancia <strong>de</strong> exploración (fig. 33-6). El número que aparece al<br />
lado <strong>de</strong> cada línea <strong>de</strong> letras indica la distancia en metros (o en pies) a la<br />
que pue<strong>de</strong> leerla una persona con visión normal; por tanto, las letras <strong>de</strong><br />
la línea numerada con el 6 (o con el 20) pue<strong>de</strong>n leerse normalmente a<br />
6 m (20 pies) y la agu<strong>de</strong>za visual se registra como 6/6 (20/20).<br />
El examen <strong>de</strong> los campos visuales es una parte importante <strong>de</strong> la exploración<br />
oftalmológica y neurológica. Esta técnica aporta información<br />
sobre toda la vía visual <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el nervio óptico hasta el córtex occipital.<br />
Dado que las lesiones que interrumpen las distintas partes <strong>de</strong> la vía<br />
causan tipos específicos <strong>de</strong> <strong>de</strong>fectos en el campo visual, muchas veces<br />
es posible <strong>de</strong>terminar la localización <strong>de</strong> la lesión (v. cap. 20 para los<br />
diferentes ejemplos). Hay diversos métodos para evaluar el campo<br />
visual. El más frecuentemente utilizado por la mayoría <strong>de</strong> neurólogos a<br />
la cabecera <strong>de</strong>l paciente es la prueba <strong>de</strong> confrontación <strong>de</strong> los campos<br />
visuales. El examinador se sitúa frente al paciente, el cual <strong>de</strong>be taparse<br />
un ojo con la palma <strong>de</strong> la mano o con un oclusor ocular y fijar la mirada<br />
<strong>de</strong>l ojo explorado en la nariz <strong>de</strong>l examinador. A continuación, éste<br />
presenta un estímulo en cada uno <strong>de</strong> los cuatro cuadrantes (nasal<br />
superior e inferior y temporal superior e inferior) <strong>de</strong>l campo visual;<br />
para ello se pue<strong>de</strong> utilizar el movimiento <strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos o solicitar que<br />
los cuente rápidamente. El examinador compara entonces su propia<br />
visión con la <strong>de</strong>l paciente (fig. 33-7).<br />
Las lesiones <strong>de</strong> las diferentes estructuras que componen el conjunto<br />
<strong>de</strong> la vía visual causan déficits que son característicos <strong>de</strong> la<br />
porción específica <strong>de</strong> la vía que se halla afectada. Estas lesiones y