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Sistema motor II: sistemas corticófugos y control <strong>de</strong>l movimiento 347<br />
Tracto corticoespinal lateral<br />
Fascículo grácil<br />
cuneiforme<br />
Proce<strong>de</strong>nte<br />
<strong>de</strong> la extremidad<br />
su pe ñor<br />
Proce<strong>de</strong>nte<br />
<strong>de</strong> la extremidac<br />
superior<br />
Proce<strong>de</strong>nte V'' J<br />
<strong>de</strong> la extremidad<br />
inferior<br />
' Proce<strong>de</strong>nte<br />
<strong>de</strong> la extremidad<br />
in fe ñor<br />
Figura 25-13. Hemisección <strong>de</strong> la médula<br />
espinal (síndrome <strong>de</strong> Brown-Séquard].<br />
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un <strong>de</strong>lito.<br />
que se dirigen a núcleos <strong>de</strong> nervios craneales que se encuentran en<br />
el puente, y fibras corticonucleares mesencefálicas para aquéllas <strong>de</strong><br />
dichas proyecciones que terminan en el mesencéfalo. Nosotros hemos<br />
acortado estos términos para quedarnos sólo con corticonuclear, que<br />
es el término nuevo preferido, que se emplea como sinónimo <strong>de</strong>l<br />
antiguo, corticobulbar.<br />
Algunos axones corticonucleares proyectan directamente a las<br />
motoneuronas craneales, pero la mayor parte terminan en interneuronas<br />
<strong>de</strong> la formación reticular, inmediatamente adyacentes a los<br />
núcleos <strong>de</strong> los nervios craneales. El sistema corticonuclear se origina<br />
mayoritariamente en las zonas <strong>de</strong> la cara y <strong>de</strong> la cabeza <strong>de</strong>l giro precentral<br />
(fig. 25-14). Como la mayor parte <strong>de</strong> los músculos inervados por<br />
los nervios craneales se encuentran en la región facial, esta zona <strong>de</strong><br />
MI suele <strong>de</strong>nominarse córtex motor facial.<br />
Los núcleos oculomotor, troclear y abducens no reciben aferencias<br />
directas <strong>de</strong>l córtex motor facial. Por el contrario, el control voluntario<br />
<strong>de</strong> los movimientos oculares está mediado por proyecciones corticales<br />
<strong>de</strong> los campos oculomotores frontales y parietales que se dirigen<br />
a los centros <strong>de</strong> control <strong>de</strong>l movimiento <strong>de</strong> los ojos (mirada) <strong>de</strong>l<br />
mesencéfalo y <strong>de</strong>l puente. A su vez, estos centros <strong>de</strong> la formación reticular<br />
mesencefálica y <strong>de</strong> la formación reticular pontina paramediana,<br />
que reciben información <strong>de</strong> los campos oculares corticales, la envían a<br />
las motoneuronas somáticas <strong>de</strong> los núcleos <strong>de</strong> los nervios craneales III,<br />
IV y VI (v. <strong>de</strong>talles en el cap. 28). Aunque el córtex <strong>de</strong> cada hemisferio<br />
controla a estos núcleos <strong>de</strong> manera bilateral, los movimientos<br />
oculares resultantes son conjugados y se dirigen al lado contralateral<br />
al córtex que origina el impulso. Puesto que estos axones corticales<br />
suelen estar separados <strong>de</strong> estas motoneuronas oculares craneales por<br />
varias sinapsis, no se consi<strong>de</strong>ran parte <strong>de</strong>l sistema corticonuclear, tal<br />
y como se <strong>de</strong>fine en este texto.<br />
Trayecto<br />
Los axones corticonucleares que se originan en células <strong>de</strong> la capa V <strong>de</strong>l<br />
córtex motor facial convergen hacia la rodilla <strong>de</strong> la cápsula interna<br />
(fig. 25-4). Las fibras corticonucleares siguen por el pie peduncular,<br />
don<strong>de</strong> ocupan una posición medial con respecto a las fibras corticoespinales<br />
que se dirigen a los segmentos medulares cervicales (figs. 25-6<br />
y 25-14). Hacia el tercio medio <strong>de</strong>l pedúnculo el cuerpo presenta una<br />
<strong>org</strong>anización somatotópica, con las extremida<strong>de</strong>s inferiores en posición<br />
más lateral y la cabeza y la cara en posición más medial.<br />
A partir <strong>de</strong> aquí, estos axones <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n al puente y al bulbo<br />
asociados a fibras corticoespinales. Las fibras corticonucleares <strong>de</strong><br />
la rodilla y <strong>de</strong>l pie peduncular reciben su irrigación <strong>de</strong> las arterias<br />
lentículo-estriadas y <strong>de</strong> las ramas paramedianas <strong>de</strong> la bifurcación<br />
basilar, respectivamente.<br />
Terminación<br />
Cuando las fibras corticonucleares pasan por la porción basilar <strong>de</strong>l<br />
puente trazan un arco en sentido superior hacia el tegmento <strong>de</strong>l puente,<br />
para terminar bilateralmente en las áreas <strong>de</strong> los núcleos motores <strong>de</strong>l<br />
trigémino y <strong>de</strong>l facial (fig. 25-14). Las fibras que se dirigen a los núcleos<br />
motores <strong>de</strong>l trigémino terminan en interneuronas inmediatamen<br />
te adyacentes. El sistema corticonuclear envía casi el mismo número<br />
<strong>de</strong> fibras a los núcleos motores trigeminales izquierdo y <strong>de</strong>recho. Por<br />
eso la lesión unilateral <strong>de</strong> las fibras corticonucleares no ocasiona una<br />
<strong>de</strong>bilidad evi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> los músculos masticadores <strong>de</strong> un lado.<br />
Igualmente, se envía casi el mismo número <strong>de</strong> fibras a los núcleos<br />
motores faciales <strong>de</strong>l lado izquierdo que a los <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho. Mientras que<br />
los músculos <strong>de</strong> la expresión facial <strong>de</strong> la mitad superior <strong>de</strong> la cara se<br />
controlan aproximadamente igual por parte <strong>de</strong> los dos hemisferios, los<br />
músculos <strong>de</strong> la mitad inferior están controlados principalmente por<br />
el hemisferio contralateral. Por eso una lesión <strong>de</strong> las fibras corticonucleares<br />
que sea rostral con respecto al núcleo motor <strong>de</strong>l facial provoca<br />
una parálisis <strong>de</strong> los músculos <strong>de</strong> la comisura <strong>de</strong> la boca y <strong>de</strong> la porción<br />
inferior <strong>de</strong> la cara en el lado opuesto a la lesión (figs. 25-11 y 25-15A).<br />
Este déficit se <strong>de</strong>nomina parálisis facial central (abreviado facial central)<br />
. Por el contrario, una lesión <strong>de</strong> la raíz <strong>de</strong>l nervio facial producirá<br />
una parálisis flácida <strong>de</strong> los músculos <strong>de</strong> las porciones superior e inferior<br />
<strong>de</strong> la cara <strong>de</strong>l lado ipsilateral (fig. 25-15B); este déficit se <strong>de</strong>nomina<br />
parálisis (facial) <strong>de</strong> Bell.<br />
A niveles bulbares medios, las fibras corticonucleares se dirigen dorsalmente<br />
para llegar a los núcleos ambiguo y <strong>de</strong>l hipogloso (fig. 25-14).<br />
Las proyecciones a las motoneuronas <strong>de</strong>l núcleo ambiguo suelen ser<br />
bilaterales. No obstante, las motoneuronas que inervan las porciones<br />
musculares <strong>de</strong>l paladar blando y <strong>de</strong> la úvula reciben principalmente<br />
entradas contralaterales. En consecuencia, una lesión <strong>de</strong> las fibras<br />
corticonucleares <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha (fig. 25-16A) que se proyectan al núcleo<br />
ambiguo izquierdo pue<strong>de</strong> producir <strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong> los músculos <strong>de</strong>l<br />
velo <strong>de</strong>l paladar <strong>de</strong>l lado izquierdo (el lado débil), una ligera parálisis<br />
<strong>de</strong>l velo <strong>de</strong>l paladar y la incapacidad <strong>de</strong> elevar el lado débil, y <strong>de</strong>sviación<br />
<strong>de</strong> la úvula a la <strong>de</strong>recha (el lado fuerte) al intentar la fonación<br />
(cuando el paciente intenta <strong>de</strong>cir «ah»). Por el contrario, las lesiones<br />
<strong>de</strong> la raíz <strong>de</strong>l vago, como ocurre en varios síndromes <strong>de</strong>l foramen<br />
yugular, producen <strong>de</strong>bilidad y ligera parálisis <strong>de</strong>l velo <strong>de</strong>l mismo lado<br />
<strong>de</strong> la lesión, una <strong>de</strong>sviación apreciable <strong>de</strong> la úvula hacia el lado fuerte<br />
(el opuesto al <strong>de</strong> la lesión) en reposo, y una <strong>de</strong>sviación acusada con la<br />
fonación (fig. 25-16B, C).<br />
En el caso <strong>de</strong> los núcleos <strong>de</strong>l hipogloso, aunque por lo general las fibras<br />
corticonucleares se distribuyen <strong>de</strong> manera bilateral, las motoneuronas<br />
que inervan a los músculos genioglosos reciben información<br />
corticonuclear principalmente contralateral. Cada músculo geniogloso<br />
dirige su mitad <strong>de</strong> la lengua hacia <strong>de</strong>lante y algo medialmente. Cuando<br />
los dos músculos actúan <strong>de</strong> forma conjunta y simétrica, la lengua sale<br />
recta <strong>de</strong> la boca. Pero si existe una lesión <strong>de</strong> las fibras corticonucleares<br />
que van al núcleo <strong>de</strong>l hipogloso la lengua se <strong>de</strong>svía hacia el lado<br />
débil (contralateral a la lesión) al sacarla, al faltar la oposición <strong>de</strong>l<br />
músculo intacto (fig. 25-16/1). En este ejemplo <strong>de</strong> lesión <strong>de</strong> fibras<br />
corticonucleares (motoneuronas superiores) la lengua se <strong>de</strong>sviará (al<br />
sacarla) hacia el lado opuesto a la lesión (fig. 25-16/1) y el paciente<br />
podrá presentar otros síntomas característicos <strong>de</strong> una lesión <strong>de</strong> la<br />
rodilla <strong>de</strong> la cápsula interna, como un facial central o la <strong>de</strong>sviación<br />
<strong>de</strong> la úvula. Por el contrario, una lesión <strong>de</strong>l hipogloso (motoneuronas<br />
inferiores) producirá una <strong>de</strong>sviación <strong>de</strong> la lengua hacia el lado <strong>de</strong> la<br />
lesión (lado débil) al protruirla (fig. 25-17) y terminarán por aparecer