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Principios de Neurociencia Haines 4a Ed_booksmedicos.org

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312 Neurobiología <strong>de</strong> los sistemas<br />

y la orientación <strong>de</strong>l cuerpo. En el ser humano, la estimulación eléctrica<br />

<strong>de</strong> las áreas talámicas produce sensaciones <strong>de</strong> movimiento y, en<br />

ocasiones, mareo. Recientemente se ha observado que los pacientes<br />

con lesiones <strong>de</strong>l VPL presentan percepciones erróneas <strong>de</strong> inestabilidad<br />

visual vertical y postural.<br />

Córtex vestibular<br />

Aunque las señales vestibulares se distribuyen ampliamente por<br />

diversas regiones corticales, todas son multimodales y ninguna parece<br />

representar un córtex «vestibular» primario, como el visual o el<br />

auditivo. Hay cuatro áreas corticales principales que respon<strong>de</strong>n a la<br />

estimulación vestibular (fig. 22-17).<br />

Las primeras son las áreas 2v y 3a. En el córtex somatosensitivo<br />

primario el área 2v se encuentra en la base <strong>de</strong>l surco intraparietal,<br />

inmediatamente posterior a las áreas <strong>de</strong> la mano y <strong>de</strong> la boca <strong>de</strong>l<br />

giro poscentral. La estimulación eléctrica <strong>de</strong>l área 2v en humanos<br />

produce sensaciones <strong>de</strong> movimiento <strong>de</strong> todo el cuerpo. El área 3a se<br />

encuentra en la base <strong>de</strong>l surco central, adyacente al córtex motor,<br />

y recibe información <strong>de</strong> las neuronas talámicas <strong>de</strong> los núcleos VPL y<br />

VPI. Estas células se proyectan al área 4 <strong>de</strong>l córtex motor, por lo que<br />

se cree que una <strong>de</strong> sus funciones es la <strong>de</strong> integrar el control motor <strong>de</strong><br />

la cabeza y el cuerpo.<br />

La segunda es el área 7 <strong>de</strong>l córtex parietal. También se han observado<br />

neuronas vestibulares en el córtex parietal posterior: en el área 7, en<br />

el área intraparietal ventral (VIí¡ <strong>de</strong>l inglés ventral intraparietal area),<br />

en el área intraparietal medial (MIP, <strong>de</strong>l inglés medial intraparietal<br />

area) y en el área temporal superior medial (MST, <strong>de</strong>l inglés medial<br />

superior temporal area). El área VIP contiene neuronas multimodales<br />

que intervienen en la codificación espacial. Las neuronas <strong>de</strong> las áreas<br />

MIP y MST respon<strong>de</strong>n a las señales <strong>de</strong> movimiento visuales (flujo<br />

óptico) y vestibulares, para integrar la información relativa al movimiento<br />

<strong>de</strong>l cuerpo en el espacio. Las lesiones <strong>de</strong> las áreas corticales<br />

parietales pue<strong>de</strong>n ocasionar confusión en la percepción <strong>de</strong>l espacio.<br />

Una tercera región cortical que respon<strong>de</strong> a las señales <strong>de</strong> movimiento<br />

vestibular se encuentra en las áreas retroinsular y <strong>de</strong> la ínsula granular<br />

<strong>de</strong>l surco lateral, y recibe el nombre conjunto <strong>de</strong> córtex vestibular<br />

parietoinsular (CVPI). Muchas células <strong>de</strong>l CVPI son multisensoriales<br />

y respon<strong>de</strong>n a estímulos <strong>de</strong> movimiento corporal, somatosensitivos,<br />

propioceptivos y <strong>de</strong> movimiento visual. Los pacientes con lesiones<br />

<strong>de</strong>l CVPI presentan episodios <strong>de</strong> vértigo, inestabilidad y pérdida <strong>de</strong><br />

la percepción <strong>de</strong> la vertical visual.<br />

En cuarto lugar, en el córtex prefrontal el área 6 y el giro frontal<br />

superior reciben señales vestibulares y están relacionadas con el campo<br />

ocular frontal (FEF, <strong>de</strong>l inglés frontal eye field). El FEF participa<br />

en el control <strong>de</strong> los movimientos sacádicos y <strong>de</strong> los movimientos<br />

suaves <strong>de</strong> persecución <strong>de</strong> los ojos (v. cap. 28). Existe una amplia<br />

red <strong>de</strong> conexiones entre las regiones corticales vestibulares, centradas<br />

principalmente en el CVPI. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> las interconexiones<br />

corticales, existen proyecciones corticófugas directas con los núcleos<br />

vestibulares, los núcleos parabraquiales y prepósito <strong>de</strong>l hipogloso. Se<br />

ignora cómo se origina nuestra percepción <strong>de</strong>l movimiento y <strong>de</strong> la<br />

orientación espacial en estas diversas regiones.<br />

Navegación<br />

La capacidad <strong>de</strong> mantener un sentido <strong>de</strong> la dirección y <strong>de</strong> navegar por<br />

localizaciones espaciales es una función cognitiva esencial. Los estudios<br />

indican que existe un mo<strong>de</strong>lo interno <strong>de</strong> representación espacial <strong>de</strong><br />

nuestro entorno (mapa cognitivo), que se emplea para la navegación.<br />

Determinadas células <strong>de</strong>l sistema límbico y <strong>de</strong>l hipocampo intervienen<br />

en las tareas <strong>de</strong> navegación; su lesión altera diversas capacida<strong>de</strong>s espaciales<br />

y direccionales. Se han i<strong>de</strong>ntificado tres tipos <strong>de</strong> células que<br />

contribuyen a la orientación espacial, a saber, células <strong>de</strong> lugar, células<br />

<strong>de</strong> red (grid cellsj y células <strong>de</strong> dirección <strong>de</strong> la cabeza. Las células <strong>de</strong><br />

lugar se encuentran principalmente en el hipocampo y <strong>de</strong>scargan en<br />

función <strong>de</strong> la localización <strong>de</strong>l animal en el entorno. Las células <strong>de</strong> red<br />

<strong>de</strong>l córtex entorrinal respon<strong>de</strong>n a la localización espacial en un patrón<br />

<strong>de</strong> mosaico. Las células <strong>de</strong> dirección <strong>de</strong> la cabeza que se encuentran<br />

en el tálamo dorsal anterior <strong>de</strong>scargan en función <strong>de</strong> la dirección <strong>de</strong><br />

la cabeza <strong>de</strong>l animal, con in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> su localización o <strong>de</strong> su<br />

conducta.<br />

Estas regiones tienen interconexiones que se cree que actúan conjuntamente<br />

para proporcionar orientación espacial, memoria espacial y<br />

nuestra capacidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>splazarnos a lugares aprendidos, como conducir<br />

hasta una tienda o caminar por nuestra casa a oscuras. Las células<br />

<strong>de</strong> lugar y las <strong>de</strong> dirección <strong>de</strong> la cabeza <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> que el sistema<br />

vestibular mantenga su capacidad <strong>de</strong> adaptación. No se conoce bien<br />

la vía por la que las señales vestibulares llegan a la red <strong>de</strong> navegación.<br />

Pero los pacientes con alteraciones o lesiones <strong>de</strong>l sistema vestibular,<br />

el hipocampo y las regiones dorsales <strong>de</strong>l tálamo pue<strong>de</strong>n presentan<br />

déficits graves <strong>de</strong> su capacidad <strong>de</strong> orientarse en entornos familiares,<br />

<strong>de</strong>splazarse <strong>de</strong> un lugar a otro o incluso <strong>de</strong> encontrar el camino a casa.<br />

MAREO Y VÉRTIGO<br />

El mareo es un término inespecífico que, por lo general, se refiere a<br />

una <strong>de</strong>sorientación espacial, con sensación <strong>de</strong> movimiento o sin ella.<br />

Pue<strong>de</strong> acompañarse <strong>de</strong> náuseas o <strong>de</strong> inestabilidad postural. Muchos<br />

factores pue<strong>de</strong>n producir sensación <strong>de</strong> mareo, y bastantes no son <strong>de</strong><br />

origen vestibular exclusivamente.<br />

El vértigo es una percepción concreta <strong>de</strong> movimiento <strong>de</strong>l cuerpo,<br />

habitualmente rotatoria, que se experimenta sin que haya movimiento<br />

real. El vértigo pue<strong>de</strong> ser subjetivo u objetivo. En el subjetivo, el paciente<br />

experimenta la sensación <strong>de</strong> que él da vueltas sin que los objetos<br />

<strong>de</strong> alre<strong>de</strong>dor se muevan; en el vértigo objetivo son los objetos los que<br />

giran sin que el paciente se mueva. De niños todos apren<strong>de</strong>mos a<br />

provocarnos vértigo girando lo más rápido posible para <strong>de</strong>tenernos <strong>de</strong><br />

repente. Durante unos momentos el mundo parece girar en sentido<br />

contrario. La exploración <strong>de</strong> los ojos durante esta fase pondrá <strong>de</strong> manifiesto<br />

un nistagmo que pulsa en el sentido opuesto al <strong>de</strong> la rotación<br />

original. El vértigo también se pue<strong>de</strong> provocar optocinéticamente<br />

si el entorno visual gira mientras el cuerpo permanece estacionario.<br />

Muchas atracciones mo<strong>de</strong>rnas se aprovechan <strong>de</strong> este fenómeno para<br />

producir la sensación <strong>de</strong> movimiento.<br />

Vértigo posicional paroxístico benigno<br />

Uno <strong>de</strong> los trastornos vestibulares más frecuentes en clínica es el<br />

vértigo posicional paroxístico benigno. Se caracteriza por breves episodios<br />

<strong>de</strong> vértigo que coinci<strong>de</strong>n con <strong>de</strong>terminados cambios <strong>de</strong> posición<br />

<strong>de</strong>l cuerpo. Habitualmente los episodios pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>narse al<br />

darse la vuelta en la cama, al levantarse por la mañana, al inclinarse<br />

hacia <strong>de</strong>lante o al incorporarse <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> agacharse. El mecanismo<br />

fisiopatológico <strong>de</strong>l vértigo posicional benigno no se conoce bien, pero<br />

está relacionado con alteraciones en los conductos posteriores. Una<br />

posible explicación es que los cristales <strong>de</strong> las otoconias <strong>de</strong>l utrículo<br />

se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la membrana otolítica y se alojan en la cúpula <strong>de</strong>l<br />

conducto posterior (un trastorno que se <strong>de</strong>nomina cupulolitiasis).<br />

El consiguiente aumento <strong>de</strong> la <strong>de</strong>nsidad <strong>de</strong> la cúpula produce <strong>de</strong>sviaciones<br />

anómalas <strong>de</strong> ésta cuando la cabeza cambia <strong>de</strong> posición con<br />

respecto a la gravedad.<br />

Neuritis vestibular<br />

Muchas veces los pacientes presentan vértigo, náuseas y vómitos<br />

intensos que no se acompañan <strong>de</strong> sor<strong>de</strong>ra ni <strong>de</strong> otros trastornos <strong>de</strong>l<br />

sistema nervioso central. En muchos <strong>de</strong> estos casos se diagnostica<br />

neuritis vestibular y se cree que se produce un e<strong>de</strong>ma <strong>de</strong>l nervio (o<br />

el ganglio) vestibular. Se suele pensar que el e<strong>de</strong>ma se <strong>de</strong>be a una<br />

infección viral aguda, como la causada por el virus <strong>de</strong>l herpes simple.<br />

De hecho, algunos pacientes refieren haber pasado recientemente una<br />

infección <strong>de</strong> las vías respiratorias superiores, un catarro o una gripe.<br />

Las opciones <strong>de</strong> tratamiento son antieméticos, supresores vestibulares,<br />

corticosteroi<strong>de</strong>s para reducir la inflamación y antivirales.<br />

Bibliografía e información complementaria<br />

La lista completa está disponible en www.stu<strong>de</strong>ntconsult.com.

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