Principios de Neurociencia Haines 4a Ed_booksmedicos.org
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244 Neurobiología <strong>de</strong> los sistemas<br />
se encuentran en el corazón, en las estructuras respiratorias y en los<br />
aparatos digestivo y urogenital (tabla 18-2). Estos receptores pue<strong>de</strong>n<br />
activarse por estímulos mecánicos intensos como el aumento <strong>de</strong> la<br />
distensión o la tracción, la isquemia y compuestos endógenos como<br />
la bradicinina, las prostaglandinas, los iones <strong>de</strong> hidrógeno y los iones<br />
<strong>de</strong> potasio. La activación <strong>de</strong> estos receptores produce dolor.<br />
De los dos tipos <strong>de</strong> fibras aferentes primarias que transmiten la<br />
sensibilidad nociceptiva, la velocidad <strong>de</strong> conducción <strong>de</strong> las fibras A8<br />
es algo mayor (5 a 30 m/s) que la velocidad <strong>de</strong> las fibras C. Pue<strong>de</strong>n<br />
transportar sensaciones agudas bien localizadas que no evoquen un<br />
componente afectivo <strong>de</strong> la experiencia sensitiva. Un pinchazo, que<br />
es lo que se utiliza en clínica para evaluar la función <strong>de</strong>l SAL, es un<br />
estímulo que activa fibras AS. Por otro lado, las fibras C son <strong>de</strong> menor<br />
tamaño y conducen más <strong>de</strong>spacio (0,5 a 2 m/s). Transmiten sensaciones<br />
difusas mal localizadas que producen una respuesta afectiva<br />
perceptible. Por ejemplo, el dolor sordo y persistente que sigue a un<br />
tirón muscular se <strong>de</strong>be a la activación <strong>de</strong> fibras C. Las fibras AS y C<br />
son consi<strong>de</strong>rablemente más pequeñas y conducen más lentamente<br />
que las fibras <strong>de</strong>l SCDLM. Un bloqueo nervioso o la anoxia afectan<br />
preferentemente a las fibras muy mielinizadas y <strong>de</strong> gran diámetro, lo<br />
cual suele ocasionar diversos grados <strong>de</strong> pérdida <strong>de</strong> la sensibilidad táctil<br />
discriminativa, vibratoria y postural. Los anestésicos locales, como la<br />
lidocaína y la bupivacaína, afectan preferentemente a fibras AS y C<br />
<strong>de</strong> pequeño diámetro, bloqueando los canales <strong>de</strong> sodio y provocando<br />
así una pérdida <strong>de</strong> la nocicepción (analgesia).<br />
Los somas celulares <strong>de</strong> las fibras C y AS suelen ser pequeños en<br />
comparación con los <strong>de</strong> otras neuronas seudounipolares <strong>de</strong>l ganglio<br />
raquí<strong>de</strong>o. Las prolongaciones centrales <strong>de</strong> estas células entran<br />
en la médula espinal por la división lateral <strong>de</strong> la raíz posterior<br />
(v. fig. 17-5). Muchas fibras <strong>de</strong> menor tamaño contienen aminoácidos<br />
excitadores como el glutamato y péptidos como la sustancia P y el<br />
péptido relacionado con el gen <strong>de</strong> la calcitonina, que pue<strong>de</strong>n actuar<br />
como neurotransmisores. Las prolongaciones centrales <strong>de</strong> estas fibras<br />
también contienen receptores en la superficie <strong>de</strong> la membrana,<br />
como un receptor <strong>de</strong>l ácido 7-aminobutírico (GABA), un receptor <strong>de</strong><br />
serotonina (5-hidroxitriptamina) y un receptor <strong>de</strong> opiáceos mu. Los<br />
tratamientos farmacológicos y las fibras <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ntes (v. figs. 18-20<br />
y 18-21) pue<strong>de</strong>n actuar en estos puntos presinápticos y cancelar el<br />
inicio <strong>de</strong> la señal <strong>de</strong> dolor, o bloquear la liberación <strong>de</strong> transmisores<br />
por las terminaciones aferentes primarias. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> su recorrido<br />
normal por el asta posterior, unas pocas fibras C entran en la médula a<br />
través <strong>de</strong> la raíz anterior <strong>de</strong>l nervio espinal. Es posible que estas fibras<br />
sean la base <strong>de</strong>l retorno <strong>de</strong>l dolor tras una rizotomía posterior, una<br />
intervención en la que se seccionan las raíces posteriores para intentar<br />
aliviar el dolor intratable.<br />
La banda <strong>de</strong> piel inervada por las ramas cutáneas periféricas <strong>de</strong><br />
un nervio espinal <strong>de</strong>terminado se <strong>de</strong>nomina <strong>de</strong>rmatoma (figs. 18-3<br />
y 18-4). Las prolongaciones centrales <strong>de</strong> estos nervios que transportan<br />
impulsos cutáneos terminan en el asta posterior. Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong><br />
vista clínico es útil examinar los <strong>de</strong>rmatomas que tienen relaciones con<br />
partes importantes <strong>de</strong>l cuerpo: por ejemplo, C7 para el <strong>de</strong>do índice, el<br />
límite entre T4 y T5 en los pezones, TIO en el ombligo, L1 a lo largo<br />
<strong>de</strong>l rebor<strong>de</strong> costal, L5 para el <strong>de</strong>do gordo <strong>de</strong>l pie, y S4 y S5 para los<br />
genitales y el ano (fig. 18-4). La distribución periférica y central <strong>de</strong><br />
los nervios espinales adyacentes se superponen, y también lo hacen<br />
sus <strong>de</strong>rmatomas (fig. 18-3). Esta superposición reduce los efectos <strong>de</strong><br />
la lesión <strong>de</strong> una sola raíz espinal.<br />
El herpes zóster es una enfermedad <strong>de</strong> etiología viral que llama<br />
la atención porque se distribuye como los <strong>de</strong>rmatomas (fig. 18-5).<br />
Tras un episodio <strong>de</strong> varicela, el ADN viral pue<strong>de</strong> infectar las células<br />
ganglionares <strong>de</strong> la raíz posterior y <strong>de</strong>l trigémino, y quedar latente en<br />
ellas. El virus pue<strong>de</strong> reactivarse periódicamente, produciendo viriones<br />
infecciosos que se <strong>de</strong>splazan por las prolongaciones periféricas <strong>de</strong><br />
las neuronas para producir una dolorosa irritación cutánea en la distribución<br />
<strong>de</strong> los <strong>de</strong>rmatomas <strong>de</strong>l ganglio (fig. 18-5). Cuando una lesión<br />
o una enfermedad afectan a una serie <strong>de</strong> raíces nerviosas, el resultado<br />
es la disminución <strong>de</strong> la sensibilidad (hipoestesia) en los <strong>de</strong>rmatomas<br />
inervados por estas raíces. Los límites <strong>de</strong> la región hipoestésica correspon<strong>de</strong>n<br />
a los límites <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rmatomas. Pero lo más preocupante<br />
<strong>de</strong> esta enfermedad es la recurrencia <strong>de</strong>l dolor, que se conoce mal.<br />
Prolongaciones Ganglios<br />
centrales raquí<strong>de</strong>os<br />
Protongaaooes<br />
peníéncas<br />
Figura 18-3. Los <strong>de</strong>rmatomas formados por las prolongaciones periféricas<br />
<strong>de</strong> los nervios espinales adyacentes se superponen en la superficie <strong>de</strong>l cuerpo<br />
(v. fig. 18-4). Las prolongaciones centrales <strong>de</strong> estas fibras también se superponen<br />
en su distribución medular.<br />
Conocida como neuralgia postherpética, este trastorno entra en la<br />
categoría <strong>de</strong> dolor neuropático.<br />
Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista clínico, es importante evaluar que la<br />
función <strong>de</strong>l SAL y <strong>de</strong>l SCDLM está intacta. En la evaluación <strong>de</strong>l<br />
SAL un simple pinchazo en la piel <strong>de</strong>be <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nar una respuesta<br />
por parte <strong>de</strong>l paciente (percepción <strong>de</strong>l dolor). Las modalida<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong>l SAL se evalúan también comparando los pinchazos a uno y<br />
otro lado <strong>de</strong> la cara, o las partes más distales <strong>de</strong> las extremida<strong>de</strong>s<br />
(los <strong>de</strong>dos <strong>de</strong> las manos y <strong>de</strong> los pies) con las más proximales (las<br />
rodillas y los codos). Los pacientes con diabetes mellitus pue<strong>de</strong>n<br />
experimentar una pérdida sensitiva, incluso a los pinchazos, que<br />
empieza distalmente y avanza en sentido proximal; se trata <strong>de</strong> una<br />
pérdida sensitiva en calcetín o en guante, porque afecta primero<br />
a los pies y a las manos. La función <strong>de</strong>l SCDLM intacto se evalúa<br />
mediante la aplicación simultánea <strong>de</strong> dos estímulos separados a<br />
una <strong>de</strong>terminada distancia. A medida que se acercan los puntos<br />
entre sí disminuye la capacidad <strong>de</strong> distinguirlos (discriminación <strong>de</strong><br />
dos puntos), que termina por <strong>de</strong>saparecer. El SCDLM también se<br />
evalúa aplicando un diapasón <strong>de</strong> 128 Hz (sensibilidad vibratoria) a<br />
una prominencia ósea o a la punta <strong>de</strong> un <strong>de</strong>do <strong>de</strong> la mano o <strong>de</strong>l pie.<br />
El paciente lo percibe como una sensación <strong>de</strong> zumbido. Es habitual<br />
evaluar la sensibilidad térmica y dolorosa y la sensibilidad <strong>de</strong>l tacto<br />
discriminativo/vibratorio en los dos lados <strong>de</strong> la cara y <strong>de</strong>l cuerpo,<br />
para ver si existen asimetrías.<br />
Vías centrales <strong>de</strong> la sensibilidad <strong>de</strong>l cuerpo<br />
Las fibras AS y C entran en la médula espinal por la división lateral <strong>de</strong><br />
la zona <strong>de</strong> entrada <strong>de</strong> la raíz posterior. Las fibras viajan por el tracto<br />
posterolateral (tracto <strong>de</strong> Lissauer) y se bifurcan en ramas ascen<strong>de</strong>ntes<br />
y <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ntes (v. fig. 17-5). Algunas colaterales terminan en interneuronas<br />
<strong>de</strong> la sustancia gris medular. Estas conexiones participan en<br />
circuitos que median los reflejos medulares, como el reflejo flexor o<br />
<strong>de</strong> retirada (v. cap. 9).<br />
El <strong>de</strong>stino principal <strong>de</strong> las fibras aferentes primarias nociceptivas<br />
son las láminas I, II y V <strong>de</strong>l asta posterior (fig. 18-6). Las fibras AS se<br />
dirigen a las láminas I y V La lámina I <strong>de</strong> Rexed, que es el núcleo (o<br />
zona) marginal, recibe señales principalmente <strong>de</strong> fibras AS (fig. 18-7A).<br />
Las neuronas <strong>de</strong> este núcleo (o zona) se proyectan a otras láminas<br />
<strong>de</strong> la médula espinal, a la formación reticular <strong>de</strong>l tronco <strong>de</strong>l encéfalo y<br />
al tálamo (fig. 18-7B). La lámina II, la sustancia gelatinosa, se divi<strong>de</strong><br />
en las capas externa (lio) e interna (Ili). La información que va a<br />
dichas capas llega principalmente por fibras aferentes primarias C; la<br />
capa Ili también recibe señales <strong>de</strong> colaterales <strong>de</strong> fibras aferentes no<br />
nociceptivas. La lámina II contiene interneuronas excitadoras e inhibidoras<br />
que se proyectan a otras láminas <strong>de</strong>l asta posterior. A<strong>de</strong>más,<br />
algunas neuronas <strong>de</strong> lio intervienen en el relevo <strong>de</strong> la información<br />
sensitiva a niveles supraespinales, como el tálamo (fig. 18-7B).<br />
Las neuronas <strong>de</strong> las láminas III y iy que forman el núcleo propio<br />
(núcleo propio <strong>de</strong>l asta posterior) reciben estímulos no nociceptivos<br />
<strong>de</strong> la periferia. Las células <strong>de</strong> estas láminas se proyectan a otras más<br />
profundas <strong>de</strong> la médula espinal, a los núcleos <strong>de</strong> la columna dorsal y<br />
a otros centros <strong>de</strong> relevo supraespinales como el bulbo, el puente, el<br />
mesencéfalo, el tálamo y el hipotálamo (fig. 18-7B).