Principios de Neurociencia Haines 4a Ed_booksmedicos.org
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430 Neurobiología <strong>de</strong> los sistemas<br />
Atendiendo a las observaciones clínicas y a los datos experimentales,<br />
el hipotálamo pue<strong>de</strong> dividirse en dos áreas que comparten<br />
funciones similares pero opuestas. Estas regiones son las áreas caudolateral<br />
y rostromedial <strong>de</strong>l hipotálamo (fig. 30-4). En general, el<br />
área caudolateral compren<strong>de</strong> la zona hipotalámica lateral y la región<br />
mamilar, y el área rostromedial consta <strong>de</strong> la región supraóptica y gran<br />
parte <strong>de</strong> las regiones tuberales (figs. 30-8 y 30-9).<br />
Hipotálamo caudolateral<br />
La activación (estimulación) <strong>de</strong>l hipotálamo caudolateral produce<br />
unas manifestaciones conductuales que generalmente se asocian al<br />
estrés. Incluyen 1) aumento <strong>de</strong> la actividad <strong>de</strong> la división simpática<br />
<strong>de</strong>l sistema vegetativo, 2) aumento <strong>de</strong> la conducta agresiva, 3) aumento<br />
<strong>de</strong>l hambre y 4) aumento <strong>de</strong> la temperatura corporal (como<br />
consecuencia <strong>de</strong> una vasoconstricción cutánea y escalofríos).<br />
Una lesión <strong>de</strong>l hipotálamo caudolateral ocasiona típicamente manifestaciones<br />
opuestas a las causadas por la estimulación. Por ejemplo,<br />
el daño <strong>de</strong> esta región da lugar a una inhibición <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s<br />
simpáticas y disminución <strong>de</strong> la temperatura corporal.<br />
Hipotálamo rostromedial<br />
La activación (estimulación) <strong>de</strong>l hipotálamo rostromedial produce<br />
manifestaciones conductuales que se asocian generalmente con la<br />
satisfacción. Incluyen 1) aumento <strong>de</strong> la actividad <strong>de</strong> la división parasimpática<br />
<strong>de</strong>l sistema vegetativo, 2) aumento <strong>de</strong> la conducta pasiva,<br />
3) aumento <strong>de</strong> la saciedad y 4) disminución <strong>de</strong> la temperatura corporal<br />
(<strong>de</strong>bido a vasodilatación cutánea y sudoración).<br />
La sudoración es un proceso algo singular. Aunque las glándulas sudoríparas<br />
están inervadas por fibras nerviosas simpáticas, la sudoración<br />
es compatible con una función parasimpática ya que ayuda a mantener<br />
una baja temperatura. El hecho <strong>de</strong> que los terminales simpáticos que<br />
inervan la mayoría <strong>de</strong> las glándulas sudoríparas sean colinérgicos, al<br />
igual que los terminales parasimpáticos que inervan las visceras, y que<br />
la sudoración pueda <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>narse <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el hipotálamo rostromedial<br />
apoya esta interpretación.<br />
Las lesiones <strong>de</strong>l hipotálamo rostromedial suelen producir conductas<br />
opuestas a las <strong>de</strong>scritas con la estimulación. Por ejemplo, su lesión<br />
origina una inhibición <strong>de</strong> las funciones parasimpáticas y un aumento<br />
<strong>de</strong> la temperatura corporal.<br />
REFLEJOS HIPOTALÁMICOS<br />
Todas las funciones vitales <strong>de</strong>l hipotálamo, incluidas el mantenimiento<br />
<strong>de</strong> la presión arterial, la temperatura corporal y el equilibrio hídrico,<br />
están controladas por reflejos cuya regulación es típicamente inconsciente.<br />
Sin embargo, algunas personas pue<strong>de</strong>n apren<strong>de</strong>r a alterar<br />
ciertas respuestas hipotalámicas a través <strong>de</strong> fármacos u otros procedimientos.<br />
Por ejemplo, un entrenamiento <strong>de</strong> biorretroalimentación<br />
(biofeedback) capacita a ciertas personas a alterar la presión arterial<br />
y la temperatura corporal, que generalmente se hallan bajo control<br />
hipotalámico. Los mecanismos neurales subyacentes a estas habilida<strong>de</strong>s<br />
son en gran parte <strong>de</strong>sconocidos.<br />
El medio interno está controlado parcialmente por reflejos hipotalámicos,<br />
que se encuentran típicamente mediados por los sistemas<br />
vegetativo y endocrino (fig. 30-1). En las siguientes secciones se <strong>de</strong>scriben<br />
tres ejemplos.<br />
Reflejo barorreceptor<br />
El reflejo barorreceptor (que se <strong>de</strong>scribe con más <strong>de</strong>talle en el cap. 19<br />
y se ilustra en las figs. 19-8 y 19-9) regula la presión arterial en respuesta<br />
a estímulos proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> los barorreceptores <strong>de</strong>l arco aórtico<br />
y <strong>de</strong>l seno carotí<strong>de</strong>o. Estos receptores se <strong>de</strong>nominan extrínsecos<br />
porque están fuera <strong>de</strong>l sistema nervioso central. Detectan variaciones<br />
<strong>de</strong> la presión arterial y transmiten esta información a las neuronas <strong>de</strong>l<br />
núcleo solitario <strong>de</strong>l bulbo. Estas neuronas se proyectan y estimulan a<br />
las células <strong>de</strong>l núcleo motor dorsal <strong>de</strong>l vago, las cuales se proyectan<br />
a su vez hacia los ganglios terminales <strong>de</strong>l corazón e influyen sobre<br />
la frecuencia cardíaca. Una presión arterial elevada activa el núcleo<br />
solitario, lo que produce una disminución <strong>de</strong> la frecuencia cardíaca<br />
y <strong>de</strong> la fuerza <strong>de</strong> la contracción cardíaca y, por tanto, una disminución<br />
<strong>de</strong> la presión arterial; una disminución <strong>de</strong> la presión arterial tiene el<br />
efecto contrario.<br />
El hipotálamo es capaz <strong>de</strong> influir sobre el reflejo barorreceptor<br />
a través <strong>de</strong> una vía algo más compleja. El núcleo solitario contiene<br />
células que transmiten la información <strong>de</strong> los barorreceptores a los<br />
núcleos hipotalámicos paraventricular, dorsomedial y lateral. A su<br />
vez, las neuronas <strong>de</strong> estos núcleos se proyectan al núcleo motor<br />
dorsal <strong>de</strong>l vago <strong>de</strong>l bulbo. Por esta vía, el hipotálamo pue<strong>de</strong> ejercer<br />
un fuerte efecto modulador sobre la sensibilidad <strong>de</strong>l reflejo barorreceptor.<br />
Reflejo <strong>de</strong> la regulación <strong>de</strong> la temperatura<br />
El reflejo que mantiene una temperatura corporal constante <strong>de</strong>pen<strong>de</strong><br />
<strong>de</strong> la estimulación <strong>de</strong> neuronas especializadas sensibles a la<br />
temperatura situadas en el hipotálamo (<strong>de</strong>nominados receptores<br />
intrínsecos porque se hallan <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l sistema nervioso central).<br />
Cuando la temperatura <strong>de</strong> la sangre que llega al hipotálamo se<br />
eleva por encima <strong>de</strong> lo normal, estas neuronas estimulan regiones<br />
<strong>de</strong>l hipotálamo rostral que son responsables <strong>de</strong> la activación <strong>de</strong> los<br />
mecanismos fisiológicos para la disipación <strong>de</strong>l calor (sudoración<br />
y vasodilatación cutánea). Estos efectos están mediados por vías<br />
vegetativas. A la inversa, cuando la temperatura <strong>de</strong> la sangre <strong>de</strong>scien<strong>de</strong><br />
por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> lo normal, los sensores <strong>de</strong> temperatura estimulan<br />
regiones <strong>de</strong>l hipotálamo caudal que activan mecanismos<br />
<strong>de</strong> conservación <strong>de</strong>l calor (vasoconstricción cutánea, mediada por<br />
vías vegetativas) y <strong>de</strong> producción <strong>de</strong> calor (escalofríos, a través<br />
<strong>de</strong> vías reticuloespinales).<br />
Reflejo <strong>de</strong>l equilibrio hídrico<br />
Tal como se ha señalado anteriormente, el volumen y la osmolaridad<br />
<strong>de</strong> la sangre se mantienen constantes por mecanismos reflejos.<br />
A diferencia <strong>de</strong> los reflejos barorreceptor y <strong>de</strong> regulación <strong>de</strong> la<br />
temperatura, que son totalmente neurales, el reflejo <strong>de</strong>l equilibrio<br />
hídrico es neurohumoral; su brazo eferente consta <strong>de</strong> una señal<br />
hormonal transmitida por la ADH. En síntesis, el reflejo posee<br />
el siguiente funcionamiento. La osmolaridad <strong>de</strong> la sangre está<br />
monitorizada por neuronas especializadas osmosensibles localizadas<br />
en el hipotálamo anterior cerca <strong>de</strong> los núcleos preóptico y paraventricular.<br />
Las señales <strong>de</strong> estos receptores influyen sobre las neuronas<br />
productoras <strong>de</strong> ADH <strong>de</strong> los núcleos supraóptico y paraventricular,<br />
controlando su liberación. Cuando la osmolaridad sanguínea es<br />
<strong>de</strong>masiado elevada se incrementa la liberación <strong>de</strong> ADH y aumenta<br />
la reabsorción <strong>de</strong> agua por los túbulos colectores renales. Cuando<br />
la osmolaridad <strong>de</strong> la sangre es <strong>de</strong>masiado baja se inhibe su liberación<br />
y se reduce la reabsorción <strong>de</strong> agua por el riñón. En consecuencia,<br />
no se reabsorbe agua hacia la sangre sino que permanece<br />
en la orina.<br />
Bibliografía e información complementaria<br />
La lista completa está disponible en www.stu<strong>de</strong>ntconsult.com.