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Capítulo 26
Núcleos basales
T.P. Ma
lntroducción-354
Componentes de los núcleos basales-354
Complejo estriado-355
Complejo palidal-357
Núcleo subtalámico-358
Complejo de la sustancia negra-358
Formación reticular pontina parabraquial-359
Núcleos basales ventrales-360
Vías directas e indirectas de actividad de los núcleos
basales-360
La desinhibición como modo principal de funcionamiento
de los núcleos basales-360
Circuitos paralelos para el flujo de información
a través de los núcleos basales-360
Circuito motor-361
Circuito ejecutivo-362
Circuito motivacional-362
Circuito visuomotor-362
Implicaciones patológicas de la topografía de los circuitos
de los núcleos basales-362
Funciones conductuales de los núcleos basales-362
Trastornos hipocinéticos-362
Trastornos hipercinéticos-365
Funcionamiento integrado de los núcleos basales-365
Etiología de los trastornos relacionados
con los núcleos basales-366
Enfermedad de Huntington-366
Enfermedad de Parkinson-367
Enfermedad de Wilson-368
Corea de Sydenham-369
Discinesia tardía-369
El movimiento voluntario es esencial para el bienestar de los animales
vivos. Se logra por medio de señales que dirigen las acciones de los
músculos individuales. Aunque se originan en el córtex cerebral, estas
señales se modulan en diversas estructuras subcorticales, como los
núcleos basales y sus grupos de células relacionados funcionalmente.
Los sistemas motores se han dividido clásicamente en piramidales y
extrapiramidales, en función de que en la vía intervengan neuronas
corticófugas (piramidales) o los núcleos basales, el cerebelo o vías
troncoencefálicas descendentes (extrapiramidales). Pero está distinción
es demasiado simple, y quizá inexacta. Por eso no la utilizamos
aquí. Los núcleos basales intervienen en una amplia gama de conductas
motoras y afectivas, en la integración sensitivomotora y en funciones
cognitivas.
INTRODUCCIÓN
Tradicionalmente se ha denominado a estos núcleos ganglios basales
en vez de núcleos basales, aunque «ganglio» suele reservarse para los
grupos de somas neuronales del sistema nervioso periférico. En este
capítulo se utiliza la denominación oficial núcleos basales, aunque
es muy frecuente ver en la literatura la denominación extraoficial de
ganglios basales. A efectos prácticos se pueden intercambiar estas
dos denominaciones, pero la correcta es la de núcleos basales, que
preferimos.
Los núcleos basales están formados por grupos de células localizados
en el espesor del hemisferio cerebral. Aunque no se clasifican
como grupos de células de los núcleos basales en sentido estricto,
el núcleo subtalámico, la sustancia negra y el núcleo tegmental
pedunculopontino son partes integrantes de las vías que pasan por
estos grupos de células prosencefálicos. En conjunto, los núcleos
basales y sus núcleos asociados actúan principalmente como componentes
de una serie de circuitos paralelos que parten del córtex
cerebral, pasan por los núcleos basales, llegan al tálamo y regresan
al córtex cerebral.
Hay cuatro conceptos fundamentales para entender los núcleos
basales. En primer lugar, la lesión o los trastornos de los núcleos basales
producen una alteración de los movimientos y también pueden
causar déficits significativos de otras funciones nerviosas como la
cognición, la percepción y la actividad mental. En segundo lugar,
los núcleos basales están anatómica y funcionalmente separados en
circuitos paralelos que procesan tipos diferentes de información
importante desde el punto de vista conductual. En tercer lugar, los
núcleos basales actúan principalmente por desinhibición (liberación
de la inhibición). En cuarto lugar, sus enfermedades pueden describirse
como interrupciones de las interacciones neuroquímicas
entre los elementos que los forman, que dependen no sólo de los
neurotransmisores, sino también de las características de los receptores
de éstos, de la localización de las sinapsis y de otras señales
que reciben estas células.
En resumen, los núcleos basales integran y modulan la información
cortical por múltiples canales paralelos independientes. Estos canales
afectan a la conducta indirectamente por retroalimentación del
córtex cerebral y directamente aportando información a los centros
subcorticales que influyen en los movimientos. Si un ictus o una enfermedad
interrumpen estos circuitos se produce una disfunción, que
al principio se observa en la esfera motora pero que posteriormente
afecta a otros dominios conductuales.
COMPONENTES DE LOS NÚCLEOS BASALES
Habitualmente los núcleos basales se dividen en dorsales y ventrales;
los dorsales son el caudado y el putamen (que juntos forman
el neoestriado) y el globo pálido (que constituye el paleoestriado)
(fig. 26-1 A). A ellos se asocian, desde el punto de vista funcional,
la sustancia negra, el núcleo subtalámico y la formación reticular
pontina parabraquial (que contiene el núcleo tegmental pedunculopontino).
Los núcleos ventrales se encuentran debajo de la comisura
anterior y son el núcleo accumbens, la sustancia innominada,
el núcleo basal de Meynert y el tubérculo olfatorio. Esta región
ventral está íntimamente asociada con parte de la amígdala y con
el área tegmental ventral. En este capítulo consideraremos que los
núcleos basales se agrupan en dos complejos: el complejo estriado
y el complejo palidal (fig. 26-IB).
Las regiones telencefálicas de los núcleos basales están irrigadas por
la arteria estriada medial, las ramas lentículo-estriadas del segmento Mj
de la arteria cerebral media y la arteria coroidea anterior (fig. 26-2). Las
regiones diencefálica y mesencefálica reciben su irrigación de ramas
posteromediales del segmento Pj de la arteria cerebral posterior
y de la arteria comunicante posterior. Las enfermedades de estos
vasos pueden ocasionar diversos déficits conductuales o motores,
dependiendo del vaso y de la región afectados.
354 2014. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos