Principios de Neurociencia Haines 4a Ed_booksmedicos.org
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Córtex cerebral 453<br />
Córtex prefrontal y planificación <strong>de</strong> la conducta<br />
La otra región importante <strong>de</strong>l córtex <strong>de</strong> asociación multimodal correspon<strong>de</strong><br />
a la gran superficie situada <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l córtex motor primario<br />
y premotor, el córtex <strong>de</strong> asociación prefrontal. Clásicamente esta<br />
región se ha vinculado con algunos <strong>de</strong> los rasgos intelectuales más<br />
inequívocamente humanos, como el juicio, la previsión, el sentido <strong>de</strong><br />
intencionalidad, el sentido <strong>de</strong> la responsabilidad y <strong>de</strong> lo socialmente<br />
a<strong>de</strong>cuado.<br />
Uno <strong>de</strong> los primeros relatos acerca <strong>de</strong>l efecto <strong>de</strong> las lesiones cerebrales<br />
sobre las funciones intelectuales superiores <strong>de</strong>scribía una<br />
serie <strong>de</strong> acontecimientos que comenzaron el 13 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong><br />
1848. Un equipo <strong>de</strong> trabajadores <strong>de</strong> la construcción <strong>de</strong> una línea<br />
ferroviaria estaba efectuando la voladura <strong>de</strong> una franja <strong>de</strong> tierra a<br />
través <strong>de</strong> las escarpadas montañas <strong>de</strong> granito <strong>de</strong> Vermont. El joven<br />
y apreciado capataz <strong>de</strong>l equipo, Phineas Gage, estaba encargado <strong>de</strong><br />
colocar una carga <strong>de</strong> pólvora en un profundo agujero excavado en la<br />
roca, añadirle una mecha, cubrir la pólvora con arena y, por último,<br />
apretar firmemente la arena y la pólvora con una barra <strong>de</strong> hierro antes<br />
<strong>de</strong> encen<strong>de</strong>r la mecha y echar a correr para protegerse. Ese día, al<br />
parecer, algo distrajo a Gage y comenzó a comprimir la carga antes<br />
<strong>de</strong> añadir la arena. La barra <strong>de</strong> hierro golpeó la pared <strong>de</strong> granito <strong>de</strong>l<br />
agujero y una chispa prendió la pólvora. La barra, <strong>de</strong> más <strong>de</strong> 1 m <strong>de</strong><br />
longitud y unos 6 kg <strong>de</strong> peso, salió propulsada <strong>de</strong>l agujero como si<br />
fuera una enorme bala.<br />
La barra golpeó a Gage justo por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l ojo izquierdo y salió por<br />
la parte superior <strong>de</strong> la cabeza, <strong>de</strong>struyendo la mayor parte <strong>de</strong>l córtex<br />
prefrontal. Sorpren<strong>de</strong>ntemente, Gage no murió en el acto y, lo que es<br />
más increíble, sobrevivió a la inevitable y grave infección posterior <strong>de</strong><br />
la herida. Con el tiempo recuperó la salud, o al menos la parte física.<br />
Sin embargo, mentalmente cambió para siempre. Aunque no sufrió<br />
ninguna parálisis ni trastornos <strong>de</strong>l lenguaje o pérdida <strong>de</strong> memoria, su<br />
personalidad se alteró radicalmente. John Harlow, uno <strong>de</strong> los médicos<br />
que le atendió, advirtió la trascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> este caso con respecto a<br />
la localización <strong>de</strong> funciones intelectuales en el cerebro. En un artículo<br />
en el que <strong>de</strong>scribía la lesión y los síntomas intelectuales persistentes<br />
<strong>de</strong> Gage, escribía Harlow:<br />
Su salud física es buena, y me inclino a pensar que se ha recuperado. El<br />
equilibrio o balance, por <strong>de</strong>cirlo así, entre sus faculta<strong>de</strong>s intelectuales y<br />
sus instintos animales parece haber quedado <strong>de</strong>struido. Es impulsivo,<br />
irreverente, profiriendo en ocasiones blasfemias groseras (lo que nunca<br />
había sido su costumbre), manifiesta una escasa <strong>de</strong>ferencia por sus<br />
compañeros, intolerante con sus limitaciones o con aquellos consejos<br />
que no coinci<strong>de</strong>n con sus <strong>de</strong>seos, a veces francamente obstinado y, sin<br />
embargo, caprichoso y vacilante, y planifica muchas actuaciones para el<br />
futuro que abandona al poco tiempo <strong>de</strong> <strong>org</strong>anizarías. A este respecto,<br />
su mente ha cambiado por completo, tanto que sus amigos y conocidos<br />
dicen que él «ya no es Gage».<br />
Este pasaje, escrito hace casi 160 años, proporciona una <strong>de</strong>scripción<br />
exacta y <strong>de</strong>tallada <strong>de</strong> los principales síntomas asociados con la <strong>de</strong>strucción<br />
<strong>de</strong>l córtex prefrontal. Los pacientes con tina extensa lesión bilateral <strong>de</strong>l<br />
córtex prefrontal muestran una variedad <strong>de</strong> alteraciones que se pue<strong>de</strong>n<br />
resumir en los siguientes puntos. Primero, presentan una gran ten<strong>de</strong>ncia<br />
a la distracción, pasando <strong>de</strong> una actividad a otra según la novedad <strong>de</strong>l<br />
estímulo más que siguiendo un plan <strong>de</strong>terminado. Este déficit a veces<br />
se <strong>de</strong>scribe como ausencia <strong>de</strong> constancia <strong>de</strong> propósitos. Segundo, estas<br />
personas tienen una falta <strong>de</strong> previsión. No son capaces <strong>de</strong> pre<strong>de</strong>cir o<br />
anticiparse a los acontecimientos futuros a partir <strong>de</strong> los hechos pasados<br />
o <strong>de</strong> la situación actual. Tercero, pue<strong>de</strong>n ser extraordinariamente inflexibles<br />
frente a un consejo que no comparten y pue<strong>de</strong>n también perseverar<br />
en la realización <strong>de</strong> una tarea. Cuarto, el paciente con daño prefrontal<br />
exhibe una profunda falta <strong>de</strong> ambición, una pérdida <strong>de</strong>l sentido <strong>de</strong> la<br />
responsabilidad y <strong>de</strong>l sentido <strong>de</strong> lo socialmente a<strong>de</strong>cuado. Los síntomas<br />
primero y tercero (ten<strong>de</strong>ncia a la distracción frente a perseverancia) se<br />
hallan claramente en conflicto. Es imposible pre<strong>de</strong>cir cuál predominará<br />
en un momento dado, pero ambos ejemplifican la pérdida, por parte <strong>de</strong><br />
la persona afectada, <strong>de</strong> la capacidad para gobernar sus acciones y vivir<br />
según un plan <strong>de</strong>terminado. Más bien, se encuentra atrapada en un<br />
mundo caótico, y sus acciones se ven gobernadas <strong>de</strong> forma caprichosa y<br />
aleatoriamente cambiante.<br />
Este conjunto <strong>de</strong> síntomas fue el que impulsó al neurocirujano<br />
portugués Egas Moniz a <strong>de</strong>sarrollar la técnica <strong>de</strong> la lobotomía prefrontal<br />
a finales <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1930 para abordar una serie <strong>de</strong> problemas<br />
mentales graves e intratables. En aquella época, los hospitales<br />
mentales («manicomios») <strong>de</strong> todo el mundo tenían muchos pacientes<br />
que se encontraban tan inmovilizados por la ansiedad que ni siquiera<br />
podían aten<strong>de</strong>r sus propias necesida<strong>de</strong>s corporales. Se hallaban ingresados<br />
en condiciones inaceptables. La aportación que suponía que<br />
un procedimiento neuroquirúrgico era capaz <strong>de</strong> aliviar la ansiedad,<br />
hasta el punto <strong>de</strong> que los pacientes podían llevar una vida algo más<br />
normal (aunque permaneciendo ingresados en un centro psiquiátrico),<br />
fue celebrada como un gran avance. En estos pacientes <strong>de</strong>sesperados,<br />
los síntomas antes <strong>de</strong>scritos parecían un precio justificable que pagar<br />
para liberarlos <strong>de</strong> la <strong>de</strong>smesurada ansiedad que los había inmovilizado.<br />
Lamentablemente, a finales <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1940 y comienzos <strong>de</strong><br />
la <strong>de</strong> 1950 el procedimiento había alcanzado una popularidad <strong>de</strong>sproporcionada<br />
para sus beneficios reales, y en muchas ocasiones fue<br />
mal aplicado (como se muestra en la película Alguien voló sobre el<br />
nido <strong>de</strong>l cuco). El <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> los tranquilizantes a comienzos<br />
<strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1950 proporcionó un método <strong>de</strong> tratamiento más<br />
eficaz, con menos efectos in<strong>de</strong>seables, y rápidamente se abandonó la<br />
lobotomía prefrontal como procedimiento terapéutico.<br />
Bibliografía e información complementaria<br />
La lista completa está disponible en www.stu<strong>de</strong>ntconsult.com.