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246 Neurobiología de los sistemas
anterior (ventral) y ascienden por el SAL contralateral. Unos pocos
ascienden por el SAL ipsilateral. Las neuronas talámicas (de tercer
orden) de estas vías se localizan principalmente en los núcleos VPL
y VPI, y en el grupo posterior, incluido el VMpo. Esta vía directa de
organización lateral está implicada en la localización rápida y precisa
y la discriminación de los estímulos nociceptivos.
El componente polisináptico indirecto (paleoespinotalámico) del
SAL transmite información mecánica y térmica dolorosa y no dolorosa
a la formación reticular medial del tronco del encéfalo. Los estímulos
de esta vía se originan principalmente en fibras C. Las ramas de estas
fibras ascienden y descienden uno o dos segmentos en el tracto pos-
Figura 18-5. Caso de herpes zóster en un varón adulto. Está afectada la división
oftálmica del trigémino; obsérvese que las lesiones no cruzan la línea media. El
límite entre los nervios oftálmico y maxilar en la superficie lateral de la nariz puede
variar ligeramente de unos pacientes a otros.
terolateral para hacer sinapsis en interneuronas de las láminas II y III
(fig. 18-7B). Estas interneuronas influyen en las neuronas de los tractos
de las láminas V a VIII, que envían axones que cruzan oblicuamente
por la comisura blanca anterior (a una distancia de uno a tres segmentos)
para unirse al SAL contralateral. Estas fibras espinorreticulares
terminan en la formación reticular del tronco del encéfalo que, a su
vez, se proyecta a los núcleos talámicos mediales. Esta vía indirecta de
organización medial contribuye a la percepción de las sensaciones
de dolor sordo, así como a los cambios de conducta y de motivación
asociados a la estimulación nociceptiva.
Las fibras del SAL presentan una organización somatotópica en la
médula espinal. Los axones de los segmentos bajos (coccígeos y sacros)
del cuerpo se encuentran en posición posterolateral, mientras que los
de segmentos más rostrales de la médula se añaden en una secuencia
ordenada en sentido anteromedial (figs. 18-8 y 18-9). Los déficits
que se observan en pacientes con determinados tipos de lesiones
medulares reflejan este patrón somatotópico (fig. 18-8). Por ejemplo,
un tumor intramedular que se encuentra en un lado de la médula y se
expande lateralmente produce una pérdida de la sensibilidad térmica
y dolorosa que empieza en niveles cervicales del lado contralateral, y
avanza en sentido caudal a medida que la lesión aumenta de tamaño.
Por otro lado, un tumor extramedular que se expande en sentido
medial, causando compresión medular, ocasiona una pérdida de esta
misma sensibilidad, empezando por niveles lumbosacros del lado
contralateral que avanzan en sentido rostral a medida que la lesión se
expande (fig. 18-8).
Debido a su localización, el SAL no recibe irrigación de un solo
vaso, sino que la recibe de la vasocorona arterial y de ramas de los
surcos de la arteria espinal anterior (fig. 18-8). Por eso, la oclusión
de cualquiera de estos vasos ocasiona una pérdida segmentaria de la
sensibilidad nociceptiva, térmica y táctil en el lado contralateral del
cuerpo, empezando aproximadamente dos segmentos medulares por
debajo de la lesión. Por el contrario, se observa una pérdida completa
de esta sensibilidad en los pacientes tratados con cordotomía
anterolateral para el alivio del dolor intratable.
El SAL puede verse afectado por traumatismos o enfermedades de
la médula espinal. Por ejemplo, una hemisección de la médula espinal
Fascículo cuneiforme
Núdeo cunoitormo
Tracto espinal del trigémino
Núcleo espinal del trigémino
Sustancia gelatinosa (II)
Porción magnocekilar (III-1
A
Fascículo cuneiforme
Tracto posterolateral
Láminas/núcleos:
I; Núcleo marginal (zona)
II; Sustancia gelatinosa
II, IV; Núcleo propio
V
VI
Zona intermedia. VII
Figura 18-6. Corte con tinción de Weil (para mielina) del asta posterior bulbar (A) a nivel de la decusación de las pirámides y del asta posterior medular (B) a la
altura de C7 a C8. Se han marcado las láminas medulares que se corresponden con estructuras bulbares.