Principios de Neurociencia Haines 4a Ed_booksmedicos.org
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Vías visceromotoras 413<br />
Codificación funcional y química<br />
Las neuronas parasimpáticas preganglionares, al igual que las neuronas<br />
simpáticas preganglionares, utilizan la acetilcolina como principal<br />
neurotransmisor. Las neuronas parasimpáticas posganglionares son<br />
también colinérgicas. Tanto las neuronas parasimpáticas preganglionares<br />
como posganglionares liberan otras moléculas en sus terminales<br />
junto con el principal transmisor. Se trata <strong>de</strong> neuropéptidos, sobre<br />
todo el péptido intestinal vasoactivo, que actúan como moduladores<br />
<strong>de</strong> la respuesta postsináptica al transmisor principal.<br />
Tipos <strong>de</strong> receptores en estructuras diana<br />
parasimpáticas<br />
Los receptores nicotínicos quedan restringidos al músculo esquelético<br />
y a las sinapsis colinérgicas <strong>de</strong> los ganglios vegetativos y <strong>de</strong>l SNC.<br />
Los receptores colinérgicos muscarínicos parecen ser el único tipo<br />
implicado en la respuesta <strong>de</strong>l músculo liso, músculo cardíaco y células<br />
glandulares a la acetilcolina. La naturaleza <strong>de</strong> la respuesta <strong>de</strong>pen<strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>l tipo <strong>de</strong> receptor muscarínico (Mj, M 2 y otros) expresado. Por<br />
ejemplo, la estimulación parasimpática <strong>de</strong> la secreción <strong>de</strong> ácido gástrico<br />
está mediada por receptores muscarínicos Mj, mientras que<br />
los receptores M 2 participan en la disminución parasimpática <strong>de</strong> la<br />
frecuencia cardíaca y <strong>de</strong> la contracción <strong>de</strong>l músculo cardíaco.<br />
La atropina, un bloqueante <strong>de</strong>l receptor colinérgico, tiene efectos<br />
que en algunos casos pue<strong>de</strong>n resultar útiles clínicamente. Estos<br />
efectos incluyen la dilatación pupilar, relajación <strong>de</strong>l músculo bronquiolar<br />
y reducción <strong>de</strong>l peristaltismo y secreción gástrica.<br />
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un <strong>de</strong>lito.<br />
superior salen <strong>de</strong>l tronco <strong>de</strong>l encéfalo por el nervio intermedio, que<br />
se ha consi<strong>de</strong>rado clásicamente una parte <strong>de</strong>l nervio facial. Algunas<br />
<strong>de</strong> estas fibras viajan con el nervio petroso mayor para terminar<br />
en el ganglio pterigopalatino, que inerva la glándula lagrimal y las<br />
glándulas mucosas nasales y palatinas. Otras fibras preganglionares<br />
viajan con la cuerda <strong>de</strong>l tímpano hasta el ganglio submandibular,<br />
que inerva las glándulas salivales submandibulares y sublinguales<br />
(tabla 29-3; fig. 29-6).<br />
El nervio glosofaríngeo contiene fibras parasimpáticas preganglionares<br />
que se originan en el núcleo salivatorio inferior. Estas<br />
fibras tienen un tortuoso trayecto, por el nervio y plexo timpánicos,<br />
para formar el nervio petroso menor, que termina en el ganglio<br />
ótico. Las fibras posganglionares proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l ganglio ótico se<br />
unen al nervio auriculotemporal para alcanzar la glándula parótida<br />
(tabla 29-3; fig. 29-6).<br />
El componente visceromotor <strong>de</strong>l nervio vago proporciona inervación<br />
parasimpática a los órganos <strong>de</strong> las cavida<strong>de</strong>s torácica y abdominal.<br />
Las fibras EV preganglionares <strong>de</strong>l nervio vago se originan en el núcleo<br />
motor dorsal <strong>de</strong>l vago. A<strong>de</strong>más, una parte <strong>de</strong>l núcleo ambiguo<br />
contiene unas pocas células EV preganglionares, cuyos axones viajan<br />
con el vago para inervar el corazón. Sin embargo, la principal eferencia<br />
<strong>de</strong>l núcleo ambiguo correspon<strong>de</strong> a fibras eferentes somáticas para<br />
los nervios glosofaríngeo y vago. Las fibras preganglionares <strong>de</strong>l vago<br />
terminan en neuronas posganglionares localizadas en las pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />
las visceras <strong>de</strong>l tórax y abdomen (tabla 29-3; fig. 29-6). Por tanto, las<br />
neuronas posganglionares <strong>de</strong>l nervio vago no se encuentran agregadas<br />
en ganglios individuales, como suce<strong>de</strong> en los nervios craneales III,<br />
VII y IX.<br />
El componente sacro <strong>de</strong>l sistema parasimpático inerva el tubo<br />
digestivo inferior (comenzando aproximadamente en la flexura cólica<br />
izquierda) y la vejiga urinaria, uretra y órganos reproductores. Las<br />
neuronas preganglionares <strong>de</strong>l núcleo parasimpático sacro ocupan una<br />
posición en los segmentos sacros S2 a S4 comparable a la columna<br />
celular intermediolateral <strong>de</strong> los segmentos torácicos (fig. 29-10).<br />
Las fibras preganglionares salen <strong>de</strong> la médula espinal por las raíces<br />
anteriores y forman los nervios pélvicos (nervios erectores). Estos<br />
nervios se mezclan con fibras simpáticas <strong>de</strong> los plexos hipogástricos<br />
inferiores para formar el plexo pélvico por fuera <strong>de</strong>l recto, vejiga y<br />
útero (tabla 29-3).<br />
SISTEMA NERVIOSO ENTÉRICO<br />
La influencia <strong>de</strong>l SNC sobre las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l sistema digestivo es<br />
transmitida por vías simpáticas y parasimpáticas. Sin embargo, el<br />
tubo digestivo es capaz <strong>de</strong> llevar a cabo sus funciones reflejas básicas<br />
<strong>de</strong> secreción, absorción, mezcla y propulsión <strong>de</strong>l contenido <strong>de</strong> su<br />
luz con un importante grado <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la regulación por<br />
el SNC. Este elevado grado <strong>de</strong> autonomía <strong>de</strong> las funciones digestivas<br />
es posible porque la pared intestinal (<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el esófago hasta<br />
el ano) posee una compleja red intrínseca <strong>de</strong> neuronas <strong>de</strong>nominada<br />
sistema nervioso entérico o sistema nervioso intrínseco <strong>de</strong>l intestino<br />
(fig. 29-11). Algunos autores consi<strong>de</strong>ran que el sistema nervioso<br />
entérico es la tercera división (junto con las divisiones simpática y<br />
parasimpática) <strong>de</strong>l sistema nervioso vegetativo. Se ha calculado que<br />
consta <strong>de</strong> unos 100 millones <strong>de</strong> neuronas, aproximadamente el mismo<br />
número que la médula espinal. La mayor parte <strong>de</strong> las neuronas<br />
entéricas se distribuye en los plexos mientérico y submucoso, aunque<br />
existen otros plexos en la mucosa y serosa (figs. 29-8 y 29-11). Se<br />
ha i<strong>de</strong>ntificado más <strong>de</strong> una docena <strong>de</strong> tipos funcionales distintos <strong>de</strong><br />
neuronas intrínsecas, que incluyen varios tipos <strong>de</strong> neuronas sensitivas<br />
(mecanorreceptores, quimiorreceptores, nociceptores), interneuronas<br />
(excitadoras, inhibidoras, <strong>de</strong> proyección rostral, <strong>de</strong> proyección caudal)<br />
y motoneuronas (secretomotoras, excitadoras e inhibidoras).<br />
A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> su sistema nervioso intrínseco, la pared intestinal está<br />
dotada <strong>de</strong> células ampliamente distribuidas parecidas al músculo liso,<br />
<strong>de</strong>nominadas células intersticiales <strong>de</strong> Cajal (CIC), que inician espontáneamente<br />
una actividad eléctrica rítmica, muy parecida a las células<br />
marcapaso <strong>de</strong>l corazón (fig. 29-11). Estas células tienen extensas<br />
conexiones entre sí y con células musculares lisas convencionales, que<br />
se encuentran eléctricamente acopladas. Así, las CIC son responsables<br />
<strong>de</strong> la generación y propagación <strong>de</strong> ondas lentas <strong>de</strong> <strong>de</strong>spolarización en<br />
las capas <strong>de</strong> músculo liso <strong>de</strong>l intestino. Aunque este patrón <strong>de</strong> ondas<br />
continuas <strong>de</strong> actividad eléctrica <strong>de</strong>l músculo liso es una propiedad<br />
intrínseca <strong>de</strong> la pared intestinal, la estimulación proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l sistema<br />
nervioso entérico es necesaria para traducir las ondas lentas <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>spolarización en ondas <strong>de</strong> contracción útiles.<br />
Una función específica importante <strong>de</strong>l sistema nervioso entérico<br />
es el reflejo peristáltico en el cual la presencia <strong>de</strong> material ingerido<br />
en el intestino produce ondas <strong>de</strong> contracción y relajación que<br />
lentamente propulsa el material hacia el ano (fig. 29-11). El reflejo<br />
peristáltico pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>narse cuando la presencia <strong>de</strong> un bolo<br />
alimenticio distien<strong>de</strong> la pared intestinal y activa las neuronas sensitivas<br />
mecanorreceptoras intrínsecas o cuando las células enteroendocrinas<br />
<strong>de</strong>l epitelio <strong>de</strong> revestimiento respon<strong>de</strong>n a los contenidos <strong>de</strong> la