Principios de Neurociencia Haines 4a Ed_booksmedicos.org
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Sistema motor I: influencia sensitiva periférica, <strong>de</strong>l tronco <strong>de</strong>l encéfalo y <strong>de</strong> la médula en las neuronas <strong>de</strong>l asta anterior 331<br />
postura <strong>de</strong>l cuerpo y las extremida<strong>de</strong>s también <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> amplias<br />
proyecciones cerebelovestibulares, que pue<strong>de</strong>n ser excitadoras o<br />
inhibidoras. Básicamente, el córtex cerebral no tiene proyecciones<br />
directas a los núcleos vestibulares; por eso el tracto vestibuloespinal<br />
no recibe influencia directa <strong>de</strong> los mecanismos corticales.<br />
Tractos reticuloespinales<br />
Las células <strong>de</strong> muchos niveles <strong>de</strong> la formación reticular contribuyen<br />
al sistema reticuloespinal, y estas fibras pue<strong>de</strong>n encontrarse en los<br />
cordones lateral y anterior a lo largo <strong>de</strong> toda la médula (fig. 24-1).<br />
Las fibras reticuloespinales participan en una amplia gama <strong>de</strong><br />
funciones, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la modulación <strong>de</strong>l dolor hasta la actividad visceromotora.<br />
La mayor parte <strong>de</strong> las fibras que intervienen en la<br />
función somatomotora se originan en los núcleos oral y caudal <strong>de</strong>l<br />
puente o en el núcleo reticular gigantocelular (fig. 24-8). Las fibras<br />
<strong>de</strong> los núcleos reticulares oral y caudal <strong>de</strong>l puente <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n<br />
bilateralmente por el cordón anterior, con un predominio ipsilateral.<br />
Constituyen el tracto reticuloespinal medial (o pontorreticuloespinal),<br />
que recorre toda la médula. Las fibras <strong>de</strong>l núcleo reticular<br />
gigantocelular se originan en niveles bulbares. La mayor parte <strong>de</strong><br />
estas fibras bulborreticuloespinales siguen siendo ipsilaterales y <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n<br />
por el cordón lateral, aunque algunas se <strong>de</strong>cusan (fig. 24-8).<br />
La mayor parte adoptan una nueva posición algo lateral y anterior<br />
con respecto al asta anterior, don<strong>de</strong> toman el nombre <strong>de</strong> tracto<br />
reticuloespinal lateral.<br />
Al igual que las fibras vestibuloespinales, las reticuloespinales terminan<br />
en la porción anteromedial <strong>de</strong> las láminas VII y VIII, don<strong>de</strong><br />
influyen en las motoneuronas que inervan a la musculatura paravertebral<br />
y extensora <strong>de</strong> las extremida<strong>de</strong>s. Pero, al contrario que el<br />
tracto vestibuloespinal, las fibras reticuloespinales individuales suelen<br />
terminar en múltiples segmentos medulares por medio <strong>de</strong> ramas<br />
colaterales, y hay pocos datos <strong>de</strong> que existan contactos monosinápticos<br />
con motoneuronas alfa.<br />
El sistema reticuloespinal se activa por proyecciones corticales<br />
<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ntes ipsilaterales (fibras corticorreticulares) y por sistemas<br />
somatosensitivos ascen<strong>de</strong>ntes (fibras espinorreticulares), principalmente<br />
los que transportan señales nociceptivas por el sistema anterolateral.<br />
A través <strong>de</strong> su influencia sobre las motoneuronas gamma, el<br />
sistema reticuloespinal interviene en el mantenimiento <strong>de</strong> la postura y<br />
en la modulación <strong>de</strong>l tono muscular. Las fibras pontorreticuloespinales<br />
tien<strong>de</strong>n a mediar efectos excitadores y las bulborreticuloespinales<br />
suelen producir efectos inhibidores.<br />
Tracto rubroespinal<br />
En el mesencéfalo las neuronas <strong>de</strong>l núcleo rojo dan origen a axones<br />
que cruzan la línea media por la <strong>de</strong>cusación tegmental anterior (ventral)<br />
(fig. 24-8). Estas fibras <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n por el tronco <strong>de</strong>l encéfalo<br />
contralateral a su origen y entran en la médula espinal por la parte<br />
anterior, adyacente al tracto corticoespinal lateral. El núcleo rojo<br />
está formado por las subdivisiones magnocelular y parvocelular. En<br />
los mamíferos que se han investigado y también probablemente en los<br />
seres humanos, la porción magnocelular es origen <strong>de</strong> la mayor parte<br />
<strong>de</strong> las fibras rubroespinales, y la porción parvocelular da origen a las<br />
fibras rubro-olivares. En general, las fibras rubroespinales <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n<br />
a la médula contralateral y las fibras rubro-olivares <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n al<br />
núcleo olivar inferior ipsilateral.<br />
Cada fibra rubroespinal termina en un área restringida <strong>de</strong> la médula<br />
espinal; no inervan a múltiples segmentos medulares mediante<br />
colaterales, como hacen las fibras reticuloespinales. En la sustancia<br />
gris medular, las fibras rubroespinales terminan en las láminas V, VI<br />
y VII. La mayor parte <strong>de</strong> ellas proporciona información excitadora<br />
a las motoneuronas que inervan los flexores proximales <strong>de</strong> las extremida<strong>de</strong>s<br />
(fig. 24-8).<br />
La porción magnocelular <strong>de</strong>l núcleo rojo es relativamente más pequeña<br />
en los humanos que en otros mamíferos, y el tracto rubroespinal<br />
es proporcionalmente pequeño. A<strong>de</strong>más, parece que son relativamente<br />
pocos los axones rubroespinales que se extien<strong>de</strong>n caudalmente a la<br />
intumescencia cervical en los seres humanos, lo que indica que este<br />
sistema tiene relación, principalmente, con la extremidad superior.<br />
Los hallazgos clínicos obtenidos en los pacientes confirman esta conclusión,<br />
lo que indica que el sistema rubroespinal ejerce su control<br />
principalmente en la extremidad superior y que tiene escaso o nulo<br />
efecto sobre la extremidad inferior.<br />
El córtex cerebral y los núcleos cerebelosos influyen en el sistema<br />
rubroespinal por medio <strong>de</strong> fibras corticorrúbricas (proyección<br />
no cruzada) y cerebelorrúbricas (proyección cruzada), respectivamente.<br />
El córtex precentral y el premotor se proyectan al núcleo<br />
rojo ipsilateral, y el área motora suplementaria aporta información<br />
contralateral. Estas últimas vías proporcionan un mecanismo por el<br />
que el córtex podría influir sobre las motoneuronas flexoras, y servir<br />
así como complemento <strong>de</strong>l sistema corticoespinal. Las conexiones<br />
entre los núcleos cerebelosos, la oliva inferior, el núcleo rojo y el<br />
tracto rubroespinal pue<strong>de</strong>n representar circuitos importantes para<br />
modificar el rendimiento motor o para adquirir nuevas habilida<strong>de</strong>s<br />
motoras.<br />
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un <strong>de</strong>lito.<br />
Figura 24-7. Resumen <strong>de</strong> las señales vestibulares y cerebelosas que llegan a los<br />
núcleos vestibulares y <strong>de</strong> la ulterior acción <strong>de</strong> las fibras vestibuloespinales laterales<br />
sobre las motoneuronas medulares. Los somas <strong>de</strong> las neuronas inhibidoras se<br />
representan claros.<br />
FUNCIÓN DE LAS INTERACCIONES ENTRE<br />
EL TRONCO DEL ENCÉFALO Y LA MÉDULA<br />
Los datos sobre la función <strong>de</strong> los sistemas troncoencefálicos y medulares<br />
proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong> estudios realizados en animales, en los cuales se<br />
han provocado lesiones en localizaciones específicas <strong>de</strong>l tronco <strong>de</strong>l<br />
encéfalo o en niveles superiores. Los déficits resultantes recuerdan<br />
a los observados en seres humanos que presentaban lesiones en esas<br />
mismas estructuras, o que se sospechaba que las presentaban.<br />
Descerebración<br />
La premisa <strong>de</strong> este experimento fue suprimir la influencia <strong>de</strong>l córtex<br />
y <strong>de</strong> otros centros superiores sobre los sistemas troncoencefálicomedulares,<br />
con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que cualquier función que se conservara<br />
estaría controlada predominantemente por dichos sistemas. En el<br />
experimento básico, y bajo anestesia profunda, se seccionó transversalmente<br />
todo el tronco <strong>de</strong>l encéfalo, entre los colículos superior<br />
e inferior (figs. 24-9A y 24-10/1). Resultaron un conjunto <strong>de</strong> déficits<br />
muy parecido al que se observa en seres humanos con lesiones supratentoriales<br />
que causan una herniación inferior <strong>de</strong>l mesencéfalo a<br />
través <strong>de</strong> la incisura <strong>de</strong>l tentorio; se trata <strong>de</strong> una herniación central,<br />
también <strong>de</strong>nominada transtentorial (fig. 24-11; v. pág. 335). La lesión<br />
experimental en mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> animales, como la lesión equivalente<br />
en seres humanos, ocasiona una hiperactividad sin oposición <strong>de</strong> la