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JESUS y EL ESPIRITU

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¿Fue ] esús carismático? 135<br />

Finalmente, podemos advertir que ninguno de estos pasajes<br />

se refiere a la fe de Jesús. Se trata siempre de la fe de los demás<br />

como respuesta al poder de Dios, del que Jesús habla, nunca de<br />

su propia fe. La única excepción posible es Me 11, 23, citado<br />

anteriormente (p. 128): si estas palabras son de Jesús podía haberse<br />

incluido él mismo en «cualquiera/alguno». El contexto de<br />

Marcos, donde la frase sigue a la maldición de la higuera, sugiere,<br />

al menos, que Marcos vio la acción milagrosa de Jesús como una<br />

expresión de la propia fe de Jesús. Sin embargo, como hemos<br />

advertido ya, el contexto de Marcos es, muy probablemente, secundado.<br />

Más importante es la comparación con las versiones<br />

independientes de la frase en Mateo y Lucas (Mt 17, 20; Le 17,<br />

6), 10 cual sugiere fundadamente que Me 11, 23 es en sí mismo<br />

una forma secundada desarrollada al margen de estas versiones<br />

más antiguas 38. Entonces, si Mateo y Lucas se aproximan más a<br />

las palabras reales de Jesús, como parece probable, debemos<br />

anotar que ellos simultáneamente llaman a los discípulos a la fe,<br />

y no a hablar ante todo de la propia fe de Jesús. Si la imagen<br />

de Jesús como modelo de taumaturgo por su fe está presente en<br />

Marcos, está allí en virtud de la redacción marquiana 39.<br />

En consecuencia, es claro según el testimonio de los sinópticos<br />

que Jesús llamó a los demás a la fe, pero no se puso a sí<br />

mismo por delante como ejemplo de fe. Esta es la endeble exposición<br />

crítico-exegética de Ebeling sobre Jesús como «testigo de<br />

la fe»: «fue como un testigo de la fe, por la que curaba al enfermo»<br />

40. Por el contrario, Jesús llamó a los demás a la fe: fe<br />

en el poder de Dios actuando en él y a través de él. No fue una<br />

cuestión para Jesús el estar abierto al poder de Dios por sí<br />

mismo. El siempre se consideró a sí mismo como el vehículo del<br />

poder de Dios para los demás; ungido para proclamar, para<br />

curar. Si podemos expresarlo epigramáticamente: Jesús es el testigo<br />

de la gracia, no el testigo de la fe. Aquí, entonces, debemos<br />

calificar nuevamente nuestro cuadro de Jesús-carismático en el<br />

estas acciones tienen un valor más carismático que mágico; véase también<br />

Hull 101, nota 20 y 142 ss.; contra M. SMITH, Clement 01 Alexandria<br />

and a Secret Cospel 01 Mark, Harvard 1973, 220-37, que no tiene bastante<br />

en cuenta estos puntos.<br />

38. G. EB<strong>EL</strong>ING, Word and Faith, ET Fortres 1963, 227 ss.; PERRIN,<br />

Teacbing 137 s.<br />

39. J. ROLOFF, Kerygma 166 ss. 172 s.; d. VAN DER Loas 108 s. 265.<br />

40. EB<strong>EL</strong>ING, Nature 56; así también Word 234; E. FUCHS, [esus<br />

and Faitb, en Studies 60 ss.

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