11.04.2013 Views

JESUS y EL ESPIRITU

JESUS y EL ESPIRITU

JESUS y EL ESPIRITU

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

¿Fue Jesús carismático? 145<br />

carismático (Mc 3, 14 s.; 6, 7 Y par.; Le 10, 19). En resumen,<br />

así como Jesús no vivió para sí mismo sino para el reino y para<br />

los demás, 10 mismo tenían que ser sus discípulos. Aquí surge,<br />

nuevamente, la fuerza de la conciencia escatológica de Jesús, considerando<br />

al mismo tiempo su misión y su mismo ser, al tener<br />

la tarea diferente y urgente de proclamar el reino tanto con su<br />

presencia como con su inminencia. Aquellos que se reunieron en<br />

torno a El compartieron así aquella tarea de seguirle por la<br />

misión, y no por otro motivo.<br />

14. Jesús, profeta<br />

El carisma que más apreciaba Pablo era el don de profecía<br />

(1 Co 14, 1-5. 39; cL § 41, 2). En consecuencia, es importante<br />

advertir que Jesús era conocido como un profeta, y que, a no<br />

ser las parábolas, la mayoría de las sentencias de Jesús caían<br />

dentro de la categoría profética y apocalíptica 79. La prueba pertinente<br />

ha sido examinada en diversas ocasiones 80 y no necesitamos<br />

volver nuevamente a ella. Es suficiente subrayar algunas<br />

cuestiones de importancia para nuestro estudio.<br />

Primero, Jesús tuvo la fama de un profeta, incluso durante<br />

su vida (Me 6, 15 y par.; 8, 28 y par.; 14, 65 Y par.; d. Mt<br />

21, 11. 46; Le 7, 16. 39; 24, 19). Esta es la conclusión inevitable<br />

que surge desde su inspiración y autoridad manifiestas.<br />

Esto es un hecho suficientemente llamativo en sí mismo. Normalmente<br />

se pensaba que el don de profecía había terminado<br />

después del primitivo período pos-exílico; ni los profetas carismáticos,<br />

ni los profesionales del culto fueron reconocidos ejercitando<br />

el carisma profético (d. Sal 74, 9; Za 13, 2-6; Segundo<br />

Ba 85,1_3)81. Pero ahora, después «de la sequedad del Espí-<br />

79. H. KOESTER, One [esus and Four Gospels, en 'I'rajectories 168.<br />

80. Véase la bibliografía en G. Friedrich, TDNT 6, 781 s.: E. Ca­<br />

TIIENET, Propbétisme dans le Nouueau Testament, DBS 8 (1972) 1268 s.;<br />

r. HAIIN, Tilles 352-406; R. M. FULLER, Foundations 125-29; J. JERE­<br />

MÍAS, Theology 1, 76-80; VERMES, [esus, cap. 4; K. H. SCH<strong>EL</strong>KLE, [esus­<br />

Lehrer und Propbet, Orientierung an [esus. Zur Tbeologie der Synoptiker.<br />

Für J. Schmid, ed. P. Hoffmann, Herder 1973, 300-8.<br />

81 Para las pruebas rabínicas, Billerbeck 1, 63. 127; 2, 133; P.<br />

SCHAFER, Die Vorstellung vom beiligen Geist in der rabbiniscben Literatur,<br />

Munich 1972, 89-115. 143-46; véase también R. LEIVESTAD, Das Dogma<br />

von der propbetenlosen Zeit, NTS 19 (1972-73) 288-99. Pero nos deberíamos<br />

guardar de suponer que este dogma rabínico era la única opi-<br />

10

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!