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JESUS y EL ESPIRITU

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56 Jesús y el Espíritu<br />

aunque las incertidumbres de la. tradición sinóptica impliquen<br />

que sólo se puede promover provisionalmente.<br />

4.4. Conclusión. Brevemente, podemos decir con alguna seguridad<br />

que. Jesús experimentó una íntima relación de filiación<br />

rezando. El fue consciente de que Dios era propiamente su «Padre».<br />

y este sentido de Dios fue tan real, tan bondadoso, tan<br />

impulsivo, que siempre que se dirigía a Dios, lo que venía más<br />

espontáneamente a sus labios era el grito «Abba», También podemos<br />

decir, aunque no con tanta seguridad, que Jesús mismo<br />

comprendió o sintió esta relación con Dios como algo propio;<br />

no único, sino peculiar 71, pues él animó a sus discípulos a rezar<br />

de la misma manera, aunque, incluso entonces, parece haber comprendido<br />

su relación como algo en dependencia de sí mismo;<br />

algo como una consecuencia de su propio ser. La cuestión que<br />

vamos a estudiar a continuación es si esta última conclusión tiene<br />

una fundamentación más firme en las tradiciones sinópticas.<br />

5. El sentido de la filiación en Jesús. Mt 11, 27 Y otros<br />

Parece surgir una primera respuesta a nuestra cuestión inicial:<br />

¿Qué hubo en la experiencia de Jesús referida por él a Dios?<br />

¿Cuál fue la correlación a su experiencia de fe en Dios? La respuesta<br />

puede expresarse diciendo sencillamente: un sentido de<br />

filiación. El conocimiento de que Dios cuidaba de él como individuo<br />

con un cuidado paternal; el conocimiento de que poseía un<br />

deber filial hacia Dios, que ningún deseo personal pudo marginar<br />

(Mc 14, 36); el conocimiento de algo distinto en su relación.<br />

Existe otra prueba importante que, mientras no se apoye en si<br />

misma, puede servir posiblemente para mantener esta conclusión:<br />

el testimonio sinóptico de que Jesús habló de sí mismo como<br />

hijo de Dios (¿habría que escribir Hijo de Dios?).<br />

5.1. La opinión de los evangelistas. Es totalmente claro que<br />

para los evangelistas el sentido de la filiación en Jesús fue evidente<br />

y único. El se reconoció a sí mismo como el Hijo (de<br />

Dios), y su seguridad fue fundamental para su misión. Esto apa-<br />

71. Con el término «peculiar» quiero decir que era característico de<br />

Jesús y suficientemente desacostumbrado entre sus contemporáneos como<br />

para distinguirlo, aunque no necesariamente para ponerlo como algo<br />

aparte.

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