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JESUS y EL ESPIRITU

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166<br />

]esús y el Espiritu<br />

tenida de una u otra forma como la mejor explicación de las<br />

manifestaciones de la resurrección por una serie de eminentes<br />

eruditos, incluyendo Harnack, Bousset, Goguel y Bultmann 2.<br />

De este modo se aclara nuestra tarea en los tres próximos<br />

capítulos. En primer lugar, examinaremos la comprensión de<br />

Pablo de la manifestación de la resurrección en él mismo, preguntándonos<br />

en particular: Esta experiencia, ¿fue diferente de<br />

sus experiencias subsiguientes del "Espíritu-dador de vida"? Y<br />

si fue así, ¿de qué modo? En segundo lugar, examinaremos los<br />

documentos de las primitivas manifestaciones de la resurrección<br />

en Pablo y en los evangelios, preguntando: las experiencias donde<br />

se basan estos relatos, ("fueron diferentes de la manifestación de<br />

la resurrección a Pablo? En los capítulos siguientes examinaremos<br />

más detenidamente la tradición de Pentecostés, e intentaremos<br />

descubrir otras expresiones de la vitalidad espiritual de las<br />

comunidades más primitivas.<br />

18. La manifestación de la resurrección a Pablo<br />

18.1. Introducción. Debemos empezar con Pablo por dos<br />

motivos obvios. Primero, su documentación sobre las manifestaciones<br />

de la resurrección en 1 Ca 15 nos hace volver al principio<br />

del misterioso período de los años treinta. Como se reconoce<br />

generalmente, en 1 Co 15, 3 ss., Pablo transmite la tradición(nes)<br />

primitiva que debió haber recibido en el tiempo de su conversión<br />

en Damasco, o no más tarde de su primera visita a Jerusalén,<br />

tres años después (Ca 1, 17 s.) 3. Además, su testimonio,<br />

aunque es casi todo de oídas, no llegó hasta nosotros a través de<br />

muchos intermediarios. Por el contrario, la mayor parte de él es<br />

sólo de segunda mano. Pablo se encontró y habló con Pedro y<br />

Santiago en su primera visita a Jerusalén (Ca 1, 18 s.); mantuvo<br />

una intimidad estrecha al menos con algunos de «los após-<br />

2. De hecho, más recientemente W. MARXSEN, Tbe Resurrection 01<br />

[esus 01 Nazaretb, ET SCM Press 1970, 141: lo de «Jesús ha resucitado»<br />

se reduce a «la causa de Jesús sigue adelante»; H. M. TEEPLE, The Historical<br />

Beginnings 01 tbe Resurrection Faith, en Studies in New Testament<br />

and Early Christian Literature, ed. D. E. Aune, Leiden 1772, 107-20.<br />

3. A. SEEBERG, Der Katecbismus der Ilrchristenbeit, Leipzig 1903,<br />

43-58; A. M. HUNTER, Paul and his Predecessors, SCM Press 1940, 21961,<br />

15-18.

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