JESUS y EL ESPIRITU

El Espíritu de Jesús 537
mas: «Porque si hemos sido injertados (symphytoi gegónamen)
en él por la semejanza de su muerte, también lo seremos por la
de su resurreción» 150. Lo que Pablo quiere decir es esto: hasta
que los creyentes puedan asemejarse a Cristo en su estado resucitado
por la resurrección futura, tienen que asemejarse a Cristo
en su muerte. No duda Pablo de que los creyentes experimentarán
una resurrección que realmente será exacta como la de Cristo.
y lo que le da la seguridad en este punto es el hecho de que ya
está experimentando una muerte que, en realidad, es exactamente
como la de Cristo. Tanto vida como muerte forman parte de su
experiencia como cristiano, y la vida y la muerte siguen estrechamente
el modelo de la muerte y la vida que surgen de la muerte
de Jesús. Hay que darse cuenta de que en estos tres textos de la
muerte se habla más en términos éticos: muerte del viejo yo,
muerte respecto de la ley, muerte respecto del mundo. En otros
lugares la idea de muerte se expresa más desde el punto de vista
de la debilidad y sufrimientos físicos. Pero para Pablo no se da
una distinción neta entre ambas perspectivas, como se ve por su
concepto de «carne» (d. nota 105 y p. 544 s.) y textos como 1 Co
6, 12-20; 7, 32 ss.; 9, 26 s.
El mismo tema aparece en Ro 8, 17 Y 2 Co, tratado de un
modo breve y sin énfasis, 10 que demuestra lo muy metido que
estaba en la soteriología de Pablo. Para Rm 8, 17 los creyentes
tienen que sufrir con Cristo si es que quieren ser glorificados con
él 151. El contexto muestra que para Pablo el sufrimiento cristiano
forma parte de las angustias de muerte de este mundo, parte
de los dolores mesiánicos que alumbrarán al nuevo mundo (d.
nota 134). Pero a la muerte de Cristo le da probablemente tamo
bién el sentido de dolores mesiánicos 152. Es decir, en la medida
en que el nuevo mundo está ya presente en el Espíritu los dolores
mesiánicos están completos. Pero como el mundo viejo sigue en
pie, esos mismos dolores están incompletos. Esto viene a significar
que quienes experimentan el Espíritu del nuevo mundo, tienen
experiencia de los sufrimientos del mundo viejo en cuanto dolores
mesiánicos, como un padecer lo que Cristo padeció, como muerte
del mundo viejo y muerte con ese mundo viejo. Los que son
150. Sobre puntos concretos de exégesis véase DUNN, Baptism, 142 s.
151. El «con Cristo», «con él» está incluido en el syn de los verbos
y en el sentido de la oración.
152. C. K. BARRETT, Romans, 80. 122. Véase también aquí cap. 3
nota 96.