JESUS y EL ESPIRITU

396 Jesús y el Espíritu
el Espíritu, y aquí podemos llamar la atención sobre Rm 8, 26­
28, aunque no se refiere a la glosolalia en cuanto tal (cf. § 41,
6). El que experimenta la glosolalia (o suspiros inefables) la
experimenta como comunicación real con Dios. La oraci6n que
él se siente incapaz de expresar, el Espíritu la expresa a través
de él, dándole el sentido de la comunicaci6n con Dios, la confianza
de que Dios conoce su situaci6n y necesidades mejor que él
mismo, la seguridad de que el Espíritu de Dios está dirigiendo
su vida y todas sus circunstancias 245.
¿Fue la glosolalia un fen6meno peculiarmente de Corinto o
se difundi6 también a través de las Iglesias primitivas? El rechazo
de Pablo a usar la frase «hablar en lenguas (diferentes)>>
fuera de la 1 Carta a los Corintios tiene, por supuesto, poca
importancia en sí mismo. Pues como ha sido señalado frecuentemente,
por el hecho de que él mencione la cena del Señor s6lo
en una carta (l Ca) nosotros, ciertamente, no podemos concluir
que la cena del Señor fuera «un fen6menopeculiarmente corintia».
La cena del Señor y la glosolalia son tratadas en la 1 a los
Corintios, no porque ellos las monopolizaran, sino porque los
corintios abusaron de ambas realidades. Otras alusiones posibles
a la glosolalia están en Rm 8, 26 (oraci6n del Espíritu como
«gemidos inefables»), y Ef 6, 18 (