JESUS y EL ESPIRITU

244 Jesús y el Espíritu
su estado de excitación fue en sí mismo la única causa de la visión
(una alucinación masiva), entonces habríamos tenido que esperar
una visión más en relación con el «Hijo del Hombre que viene
sobre las nubes con poder» (Mc 9, 1 Y par.; 13, 26 Y par.; 14,
61-62 Y par.; Hch 7, 56). Pero una visión bajo los elementos
de viento y lenguas de fuego sugiere más bien lo repentino de
la experiencia. Lo que llegó a ellos no procedía desde las profundidades
de su subconsciente, individual o colectivo, sino desde
más allá de sí mismos, fuera de sí mismos. Fue la experiencia
del poder divino repentino, en su donación y en sus características
que le acompañaron, lo que determinó probablemente los elementos
de la visión 61.
26.3. Glosolalia extática. El otro elemento importante en su
experiencia fue la glossolalia. Se trata aquí, evidentemente, de
un fenómeno extático (2, 4 ss.; 13; d. 2, 33) 62. La glosolalia
también es bien conocida para nosotros por la historia religiosa
(d. §§ 41,7; 52,3). Sicológicamente, debe de ser entendida,
sencillamente, como la renuncia o el abandono del control consciente
de los órganos de la locución al subconsciente o al «superconsciente»,
propio de algunos. Los puntos claves de la
disputa sobre este fenómeno son los siguientes: primero, si el
estímulo principal es divino o no; segundo, si la consecuencia
es de integración o de desintegración de la persona implicada; y
tercero, si los sonidos pronunciados tienen la estructura de un
lenguaje o son simplemente signos incoherentes. Comentaremos
estas tres cuestiones más adelante, en un próximo capítulo (§
41, 7). Por el momento, sólo la tercera cuestión exige nuestra
atención. La glosolalia de Pentecostés, ¿tuvo la forma de lenguaje,
de uno o de varios lenguajes, o de ningún lenguaje, en
absoluto?
Tradicionalmente, el debate se ha planteado sobre la pregunta
de si nos encontramos aquí con un milagro de discurso o un
milagro de audición 63. La perspectiva dominante se inclinó por
la última alternativa, y ésta continúa granjeándose la preferen-
61. Cf. HOPWOOD 145 s.
62. Contra K. HAACKER, Das Pfingstwunder als exegetiscbes Problem,
en VERBORUM VERITAS, Festschrift für G. STAHLIN, ed. O. BOcher - K.
Haacker, Wuppertal 1970, 127 s.
. 63. El primero que propuso esta cuestión fue Gregorio Nacianceno
(N. AOLER, Pfingstfest 3).