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JESUS y EL ESPIRITU

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Manifestacíones de la Resurreccián 183<br />

Del mismo modo, la frase «la revelación de Jesucristo» en<br />

Ca 1, 12 no significa claramente «la revelación dada por Iesucristo»,<br />

sino «la revelación que es el mismo Jesucristo»; pues<br />

cuando Pablo se ocupa nuevamente del pensamiento en 1, 15 s.<br />

él explica que «la revelación de Jesucristo» fue concedida a él en<br />

orden a que pudiera predicar a Cristo Jesús entre los gentiles.<br />

Cristo mismo es el evangelio. Lo que fue revelado a él fue el<br />

evangelio, es decir, Jesucristo, es decir, Jesús resucitado, Jesús<br />

en cuanto Hijo, como agente de la salvación escatológica, y de<br />

todas las consecuencias que se siguieron de ahí 49.<br />

Pablo, entonces, estaba convencido de que Jesús se apareció<br />

a él resucitado. El no fue capaz de afirmar más que lo escueto<br />

de la experiencia: «Yo ví a Jesús»; pero lo que fue capaz de<br />

afirmar en buena conciencia. Volviendo a nuestro cuestión actual,<br />

aquí debe situarse parte de nuestra respuesta. Lo distintivo de<br />

la experiencia de la conversión de Pablo consistió, al menos en<br />

parte, en su visión de Jesús; una visión a nivel visionario; pero,<br />

sin embargo, para Pablo fue una percepción real y un encuentro<br />

con Jesús, aunque en un nivel de existencia que no puede ser<br />

presentado dentro de las limitaciones de la descripción visual so.<br />

Esta exigencia de Pablo no puede abandonarse como si fuera<br />

un pleito particular, que parece haber sido aceptado sin ninguna<br />

discusión seria por parte de «las columnas de los apóstoles» (Ca<br />

2, 9) 51; Y ciertamente Pablo puede equiparar su ophthénai con<br />

las otras sin haber discutido la cuestión, ni haberse entregado a<br />

polémicas en el pasaje clave (1 Ca 15, 5·8). La manifestación<br />

fue, para estar seguros, un «acto de revelación»; pero lo que<br />

fue «revelado» era el mismo Jesucristo (Ca 1, 12. 15 s.).<br />

La afirmación de un elemento distintivo de visión en su experiencia<br />

de conversión tampoco puede ser abandonado como típico<br />

de la arbitraria pretensión elitista del extático. Pablo se familiarizó<br />

con las experiencias espirituales iniciadas por la proclama.<br />

ción del evangelio y discursos inspirados (l Co 2, 4 s.; 14, 24 s.;<br />

Ca 3, 2·5; 1 Ts 1, 5 s.). El se familiarizó con «visiones y revelaciones»<br />

(2 Ca 12, 1), Y podía competir con las pretensiones de<br />

los apóstoles extáticos de Corinto en cada situación. El no fue<br />

49. Véase, además, D. LÜHRMANN, Offenbarung 75-80.<br />

50. Se puede dudar de si la fórmula «visión objetiva» es la que<br />

mejor resume el hecho de visión/aparición; véase J. KREMER, Das altestt<br />

Zeugnis uon del' Auferstehung Cbristi, Stuttgart 31970, 61 ss.<br />

51. Cf. W. G. KÜMM<strong>EL</strong>, Kirchensbegr;ff 9.

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