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JESUS y EL ESPIRITU

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66 Jesús y el Espíritu<br />

de Marcos 4, 11, más bien que el de «toda autoridad» de Mateo<br />

28, 18. En resumen, según Mateo 11, 27a, Jesús exige haber<br />

recibido un conocimiento de Dios, concedido divinamente, que<br />

es la base de la comprensión completa de su misión.<br />

En segundo lugar, señalamos la observación de Sugg, el cual<br />

afirma que en Mateo 11, 25·27 Jesús se presenta a sí mismo<br />

como «el mediador de la revelación», el mensajero de la sabiduría,<br />

y no como la sabiduría misma (d. Mt 11, 19; Le 7, 34 s.;<br />

11, 49 ss.). Sólo añadiendo los versículos 27-39 Jesús se identifica<br />

realmente con la Sabiduría 113. A la vez que es razonable<br />

aceptar que la identificación de Jesús con la Sabiduría fue hecha,<br />

en primer lugar, por la comunidad pospascual (¿por Pablo en Corinto<br />

y Mateo en Siria?) 114, no existen fundamentos substanciales<br />

para negar que Jesús se vio a sí mismo en el primer papel.<br />

El cometido que Mateo 11, 27 presupone en Jesús como pretendiendo<br />

una «autoridad ilimitada» es, por consiguiente, infundado.<br />

La pretensión relativamente más modesta de ser un recipiente<br />

de la revelación divina, presentado especialmente como un canal<br />

de la Sabiduría divina, es ciertamente consistente en relación con<br />

lo que conocemos del Jesús histórico en su proclamación del<br />

gobierno de Dios y en su enseñanza sobre la ley (d. más adelante,<br />

§§ 7,8,13).<br />

En tercer lugar, la caracterización de Mateo 11, 27 por Hahn<br />

como una «limitación cristológica», también debe ser cuestionada.<br />

Una vez aceptado que Jesús se dirigía a Dios como «Abba»,<br />

expresión de una intimidad personal excepcional con el Dios<br />

sobre todos los dioses, se sigue entonces como una consecuencia<br />

casi inevitable, que Jesús se reconoció a sí mismo como hijo,<br />

hijo de Dios 115. La crítica de R. H. Fuller a Hahn es, por tanto,<br />

justificada: «Mateo 11, 27 no es una "reducción cristológica " ,<br />

una tautología. Pero sencillamente esto no es así: el papel mediador del<br />

Hijo en la revelación es el núcleo del v. 27 y expresa algo totalmente<br />

nuevo respecto de vv. 25 s. (véase también antes nota 101).<br />

113. M. J. SUGGS 96; véase también P. HOFFMANN 137 s.; G. N.<br />

STANTON, On tbe Christology of Q, CSNT 37 s.; E. SCHWEIZER, Mt 177.<br />

En contra de F. CHRIST 87·93. 99 y los que cita en p. 90, 336; también<br />

S. SCHULZ, Q 224 s.<br />

114. M. J. SUGGS 96. Para el uso que Mateo hace de la sentencia<br />

de Q véase también G. STRECKER, Der Weg der Gerecbtigkeit, Gottíngen<br />

1962, 172 ss. Véase aquí 525 s.<br />

115. W. GRUNDMANN, Das Euangelium nacb Matthiius, TIINT 1968,<br />

237: «Si Jesús en sus oraciones llama a Dios Padre, es que habla como<br />

hijo»; también Sobn Gottes, ZNW 47 (1956) 128.

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