JESUS y EL ESPIRITU

540 Jesús y el Espíritu
Jesús. No se trata sólo de que la renovación diaria del «hombre
interior» es la manifestación de la vida resucitada de Cristo, sino
que la desaparición del «hombre exterior» (4, 16) es la manifestación
de la muerte de Cristo. La muerte de Cristo no fue un
mero hecho del pasado histórico, un hecho legal ejecutado de una
vez para siempre y completo en sí mismo. Representa, al mismo
tiempo, un proceso: el Cristo que muere en su identificación con
la naturaleza humana se está realizando concretamente en la experiencia
actual de Pablo 159.
El contenido polémico de este versículo se expresa probablemente
en el hína. Es muy de suponer que la expresión «la
vida de Jesús» fue un lema de los oponentes de Pablo 160, en
cuyo caso la idea de Pablo sería que la experiencia de la vida de
Jesús no significa que la experiencia de la muerte y del morir
sea algo pasado. Al contrario, sólo pasando por la experiencia de
muerte, de la muerte de Jesús como experiencia continua de esta
existencia corporal, es como resulta posible que la vida de Jesús
se manifieste en este cuerpo de ahora. La continuidad del pensamiento
de 2 Co 3, 18 a través de 2 Co 4 está diciendo que,
según Pablo, esto es lo que significa para el creyente la experiencia
de irse transformando en la imagen de Cristo. El hacerse
semejante a Cristo no equivale a verse libre del sufrimiento y la
muerte, sino que lo que significa es precisamente asemejarse a
Cristo tanto en su muerte como en su vida más allá de la muerte,
o sea, experimentar la vida de Cristo a través de la experiencia
de su muerte 161. Resumiendo, de un modo semiconsciente o semimístico
Pablo vuelve a sentir de nuevo que Cristo se encuentra a
ambos lados de la paradoja muerte-vida propia de la experiencia
del creyente; tiene experiencia de Cristo el crucificado tanto como
el exaltado. De hecho, sólo experimentando a Cristo como crucificado
es como resulta posible al creyente el tener experiencia de
él como exaltado; sólo cuando experimente la muerte como morir
159. R. BULTMANN, TDNT 4, 895: «Es una referencia al morir con
Cristo... en cuanto actualizado contínuamente en la vida concreta del
apóstol». Sobre nékrósis más como proceso que como acto, véase también
PWMMER, 2 Ca 130; H. WINDlSCH, 2 Ca 145; C. K. BARRETT, 2 Ca
139 s.; contra GÜT'fGEMANNS, 114 ss.; COLLANGE, 154 s.
160. D. GEORGI, Gegner, 287 s.
161. Cf. también R. C. TANNEHILL, 85 s., quien con razón se niega
a limitar todo esto de muerte-vida a la experiencia propia de Pablo (véase
antes nota 157); contra E. GÜTTGEMANNS, 95 s., quien, con todo, acertadamente
resalta el sabor polémico del texto, pp. 112·24.