JESUS y EL ESPIRITU

426 Jesús y el Espíritu
rismas siempre nuevos que realizan esa unidad gracias a su
mutua influencia. Podemos incluso llegar a decir que para Pablo
no hay ni cuerpo ni unidad separados de los carismas. El cuerpo
lo es (e! Espíritu de) Cristo, manifestándose a sí mismo mediante
los diferentes miembros de la comunidad en una interdependencia
mutua de tipo dinámico (12, 12) 29.
Lo que de ello se deduce es, en cuarto lugar, que el carismático
en cuanto tal no existe para sí mismo sino únicamente
para la comunidad. «Los corintios son fundamental y primariamente
e! cuerpo de Cristo y sólo de un modo secundario son
igualmente miembros individuales» 3'0. Si de verdad queremos
captar el énfasis que Pablo pone en todo esto, los carismas no
se han de tomar jamás como algo dado para e! individuo, todavía
menos para su ventaja o placer personales. Algo así sería, por el
contrario, la antítesis misma de la comunidad (14, 2 ss.) 31. A
los carismas se les considera, más bien, de un modo indefectible
como servicio (diakonía 12, 5; d. p. 401 s.), como dones para
el cuerpo, dados al, o más exactamente, mediante el individuo
«en orden al bien común» (12, 7)32. Por ello precisamente no
hay lugar para la falsa modestia ni para complejos de inferioridad
(12, 15), no hay lugar tampoco para el orgullo ni los complejos
de superioridad (12, 21 ss.; d. también Rm 12, 3). Cualquiera
que sea e! don, e! Espíritu es e! que actúa; cualquiera
que sea e! don, no hay duda que e! cuerpo lo necesita. No tiene
importancia a través de quién se da. En cuanto a la comunidad,
los carismas son más importantes que los carismáticos en cuanto
tales 33. Por tanto, la preocupación del idividuo debería ser única-
29. Cf. HORST, TDNT 4,564; H. CONZELMANN, 1 Kor 252.
30. E. SCHWEIZER, Tbe Cburcb es the Body 01 Cbrist . ET SPCK
1965, 63; véase también TDNT 7. 1070; H. CONZELMANN, Outline. 261.
31. A ello se debe la actitud de Pablo respecto de la glosolalia en
la reunión comunitaria y la «tensión no resuelta» que se nota en su
valoración en la glosolalia (véase antes p. 398 ss.).
32. H. KÜNG, Cburcb, 188, consigue con su definición de «carisma»
captar algo de su naturaleza dinámica y de la diversidad y orientación
comunitaria que Pablo da a su concepto. Escribe Küng: «En su sentido
más amplio significa la llamada de Dios, dirigida a una persona concreta,
respecto del desempeño de un ministerio particular en la comunidad,
llamada que conlleva la capacidad de llevar a cabo ese ministerio».
33. De ahí se deduce el modo como Pablo delimita las listas de Rm
12. 6-8 y 1 Co 12, 8-10, donde la atención se centra en el don, en la
actividad, en el servicio y no en el individuo que lo lleva a cabo, véase
antes cap. 7, p. 337, 341, etc.