JESUS y EL ESPIRITU

384 Jesús y el Esptritu
En los pasajes paralelos El 5, 19/ Col 3, 16, Pablo menciona
tres formas de canto: «Salmos, himnos y cánticos espirituales».
Que Pablo está pensando de nuevo en un canto carismático está
sugerido triplemente de un modo convincente. Primero, el versículo
precedente de El 5, 18 s.: «No os embriaguéis de vino...
llenaos, al contrario, del Espíritu, hablando entre vosotros con
salmos... ». Esta advertencia está sugerida posiblemente por una
situación, real o latente, como aquella de 1 Co 11, 20 ss., donde
en la comida común y en la cena del Señor tuvieron lugar escenas
originadas por borrachos fanfarrones. Pablo no prohíbe toda
canción espontánea, pero urge una espontaneidad que provenga
del impulso del Espíritu y no del estímulo de la bebida. El solista
que evocaba un tema particular, o el conjunto de la asamblea
que elegía un canto, o un estribillo, bien conocido, tendrían
alguna semejanza (cálida y alegre) con 10 que actualmente pasa
cuando se realiza un canto en torno al piano en una taberna
popular; pero la inspiración, base de la canción y el contenido
de las palabras serían, sin duda alguna, muy diferentes (5, 19,
«¡de todo corazón al Señor!»).
Segundo, las mismas características fundadas en la concesión
divina del impulso y del motivo se encuentran en Col 3, 16, dada
la abundancia de fraseología carismática: «palabra de Dios», «en
toda sabiduría», «dando gracias» 203. Y tercero, la palabra «espiritual»
usada en ambos pasajes caracteriza la canción descrita como
algo inspirado por el Espíritu y la manifiesta 204. No es totalmente
evidente si Pablo al usar los tres términos diferentes intenta
alguna diferenciación entre ellos 205, de modo que el adjetivo
(