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JESUS y EL ESPIRITU

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Manifestaciones de la Resurrecaán 221<br />

algo a los demás. Así muchos de los grandes profetas experimentaron<br />

una vocación visionaria que determinó toda su vida posterior.<br />

Esto sucedió con Pedro, «los doce», y «todos los apóstoles»,<br />

incluyendo a Pablo. Sólo aquí, de un modo especial, el<br />

Jesús que se apareció fue él mismo la buena noticia que debía<br />

de ser proclamada. La experiencia de Jesús resucitado tuvo tal<br />

fuerza apremiante que en lo sucesivo él y la experiencia se convirtieron<br />

en la fuerza que condujo sus vidas, la clave de su hermenéutica,<br />

la forma de su evangelio.<br />

Fue la combinación de estos dos elementos en su conversión<br />

(visión y misión), lo que condujo a Pablo a la conclusión de que<br />

la manifestación a él fue de la misma categoría que las manifestaciones<br />

primitivas a todos los apóstoles. Y, consiguientemente, la<br />

falta de estos elementos en su propia experiencia o en la experiencia<br />

de los demás le llevó a la conclusión de que su encuentro<br />

con Jesús resucitado en las afueras de Damasco fue algo distintivo<br />

en su propia experiencia y llevó a término la serie (irrepetibie)<br />

de las manifestaciones de la resurrección.<br />

23.3. Dos comentarios finales brotan del último párrafo. Primero,<br />

el hecho de que Pablo distinguiera claramente su experiencia<br />

de conversión de todas sus experiencias posteriores, sin excluir<br />

visiones, manifestaciones carismáticas y la experiencia del<br />

«Cristo en mí», tiene una consecuencia importante para el tratado<br />

moderno sobre la resurrección de Jesús. Pablo no hubiera<br />

aceptado que su experiencia era simplemente una «visión subjetiva»<br />

(Strauss, etc... ), o que «Jesús ha resucitado» pudiera ser<br />

expresado de nuevo y adecuadamente como: «Jesús ha resucitado<br />

dentro del kerigma» (Bultmann), o como «él todavía viene hoy»<br />

(Marxsen) 149. Pablo no fue extraño a las experiencias sugeridas<br />

por estas fórmulas. El conoció suficientemente bien el impacto de<br />

las visiones, del kerigma, del Espíritu. Y así sucesivamente. Con<br />

todo, fue importante para él acentuar que las manifestaciones de<br />

la resurrección fueron repetidamente algo diferente; Jesús eligió<br />

darse a conocer a sí mismo de una forma particularmente distinta<br />

y de una vez por todas. Las distinciones de Pablo pueden rechazarse,<br />

pero no pueden ser ignoradas en esta consideración. Nosotros<br />

no estamos en actitud de evaluarlas a esta distancia temporal,<br />

pero el hecho de que Pablo pudiera distinguir su primera<br />

149. R. BULTMANN, Tbe Primitiue Christian Kerygma and tbe Historical<br />

[esus 42; W. MARXSEN, Resurrection 126.

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