JESUS y EL ESPIRITU

68 Jesús y el Espíritu
sus paralelos más próximos en la cristología pospascual. Pero
tampoco podemos responder con un «no» inequívoco; pues ya
hemos advertido el sentido diferente que parece haber caracterizado
la oración-abba de Jesús. La presencia de la oración-abba en
los versículos 25 s. y el «por mi Padre» en el versículo 27a podrían
indicar muy bien que el lenguaje del versículo 27 procede
directamente de la experiencia de Dios como Padre por Jesús,
y que las referencias padre-hijo en el punto medio de la frase
presentan la misma característica diferente que Jesús percibió como
propia de su relación con Dios. Esto, en cambio, hace más
plausible que el sentido absoluto de la exigencia contenida en la
cláusula abierta del versículo 27 v el sentido exclusivo de la
pretensión expuesta en la cláusula final del versículo 27, sea un
eco auténtico de la enseñanza de Jesús. Pero la gran incertidumbre
permanece, y yo no puedo más que dejar decidir al lector
por sí mismo. Las alternativas pueden establecerse así: ¿Oímos
en estas palabras al mismo Jesús detallar valientemente su sentido
de intimidad diferente con el Padre y su conocimiento de su
misión en un momento de gran exaltación espiritual? (d. Le 10,
18, 21), o ¿se trata de la descripción de la acción de las iglesias
pospascuales en reflexión, bajo inspiración o bajo su talante dogmático?
d) Finalmente, haría tal vez dos breves comentarios sobre la
tesis de que la frase nació primeramente en una comunidad pospascual,
demostrando la fusión con la Sabiduría y con las motivaciones
apocalípticas en su identificación de Jesús como el Hijo
del Hombre 119.
En primer lugar el título «Hijo» en el versículo 27 no es el
contenido de la revelación, sino más bien su presupuesto. Es el
Hijo quien revela al Padre, quien revela, si, Hoffmann tiene
razón, la dignidad del Hijo como Hijo del Hombre. Esto implica
que el concepto de la filiación de Jesús brota inmediatamente
como un corolario del modo de dirigirse El a Dios como «Abba»
(vv, 25 s.); o que la filiación de Jesús se da ya por supuesta en
las comunidades más primitivas. Pero la composición Padre­
Hijo aparece sólo en una fecha posterior 120. Eso sugiere que no
tuvo la fuerza de nueva revelación o la categoría dominante de
119. P. HOFFMANN 139-42; d. H. E. TODT, The Son 01 Man in the
Synoptic Tradition, ET SCM Press 1965, 258 s.
120. J. JEREMIAS, Prayers 29-35. o. V. TAYLOR, The Person 01 Christ
in New Testament Teacbing, Macmillan 1958, 197.