JESUS y EL ESPIRITU

204
Jesús y el Espíritu
dencia a materializar 10 sobrenatural, no es suponer demasiado
que esta tendencia haya dejado huellas también en sus relatos de
la resurrección 1lS. No es difícil demostrar esta tendencia. Además,
conocemos por otros elementos de los escritos de Lucas
que le gusta enfatizar la objetividad de las experiencias espirituales,
para que aparezca más 10 maravilloso; advierte el añadido
de somatikó (en forma corporal) al relato de la experiencia
de Jesús en el Jordán (Le 3, 22); su adición al relato de la trans­
Iiguración, negando que los discípulos 10 soñaron todo (Le 9,
32; 116; Y Hch 2, 3: «lenguas como de fuego», no «como lenguas
de fuego» (d. cap. V, nota 55;. En particular, con esta conexión,
deberíamos advertir el interés especial de Lucas en la
intervención directa de ángeles en los acontecimientos terrenos 117,
y su concepto del Espíritu más bien rudo, casi idéntico a la
inspiración glosolálica y profética (Heh 2, 4. 33; 8, 17 s.; 10,
44 ss.; 19, 6 Y § 34). La tendencia materializante de los relatos
de Lucas sobre la resurrección forma un todo Con esta característica
especial lucana. Su énfasis en la objetividad firme de la
resurrección corporal de Jesús puede deberse a un motivo antidocético
118, o puede deberse simplemente a una expresión característica
de la propia conceptualización de Lucas de la experiencia
espiritual.
Quizá pudiera trazarse un desarrollo ulterior en el tratamiento
de las manifestaciones de la resurrección contenidas en el
Cuarto Evangelio. Hay ciertamente un énfasis evidente sobre la
tangibilidad de la resurrección corporal de Jesús; pues en el
cap. 20, Jesús no hace nada tan físico como comer, y María es
disuadida firmemente de tocarlo (20, 17). Para su seguridad,
Tomás es invitado a tocarlo y a sentirlo; pero Juan no dice que
lo hiciera. En realidad, el hecho es que Tomás estaba tan ago-
115. ]. DENNEY, [esus and tbe Gospel, Hodder & Stoughton 41913,
146. 116. diagrégorésantes de eidan ten dáxan autoú, que se puede traducir
como 1) «se mantuvieron despiertos y vieron su gloria... » o 2) «estando
totalmente despiertos, vieron su gloria:..».
117. Le 1, 11 ss.; 26 ss.; 2, 9 ss.; 22, 43 s. (?); 24, 4 ss. (dos hombres);
Hch 1, 10 s.; 5. 19; 8, 26; 10, 3 ss. (