JESUS y EL ESPIRITU

568 Jesús :JI el Espíritu
Recordemos que el concepto que Pablo tenía del Espíritu
carismático supuso el mantener un equilibrio entre profecía y
enseñanza, siempre que la Iglesia tenía que ejercer su función de
poner en contacto la inspiración actual con la tradición kerigmática
a la hora de examinar un dicho inspirado. Juan, tanto en
su evangelio como en la primera carta, se esfuerza por expresar
10 que parece ser semejante, pero que más bien es un concepto
más completo. El Espíritu, como «unción» recibida antes, desempeña
la doble función de elaborar el kerygma original y de controlar
tal elaboración; la naturaleza del Espíritu en cuanto otro
Paráclito, en cuanto alter ego de Jesús, significa que su obra es
por deinicián la de la revelación con la inconfundible impronta
de Cristo.
58.3. Cuando nos centramos en el Espíritu y el culto es cuando
comienza a verse con más nitidez lo específico del concepto
que Juan tiene de la experiencia religiosa. El versículo clave es
Jn 4, 24 s.: «Dios es Espíritu y los que lo adoran han de adorarle
en espíritu y en verdad». La mayoría de los comentaristas
están de acuerdo en que aquí (en v. 24 b) no se habla del espíritu
del hombre y que tampoco se trata en absoluto de que el
culto tenga que ser algo puramente interior 41. El culto en que
se piensa es más bien un culto en el Espíritu, el Espíritu Santo,
el Espíritu de la verdad. ¿Qué quiere decir Juan con eso? La
clave quizás se nos dé en la primera parte del v. 24: Dios es
Espíritu. También se está de acuerdo por lo general en que estas
tres palabras no se han de tomar como una definición de Dios,
sino como una descripción de su relación con los hombres 42. Con
otras palabras, el Espíritu es el modo que Dios tiene de comuni-
277 S.; H. SeIlLIER, Begriff, 238; E. KASEMANN, RGG 2II 1278; J. M.
BOleE, Witness and Revelation in tbe Gospel of [obn, Paternóster 1970,
151 SS.; E. KASEMANN, The Testament of [esus, ET SCM Press 1968,
45 S., tiende a subordinar al Espíritu frente a la palabra actual de la
predicación sin resaltar suficientemente la continuiad entre la palabra
del presente y la proclamada «desde el principio»; K. HAAeKER, [esus and
ibe Cburcb in [obn, Instituto para el Estudio de los Orígenes cristianos,
Tübíngen 1971, 16 ss., por el contrario, enmarca «al Espíritu en la tradición»
sin resaltar lo bastante el papel actual de revelador jugado por
el Espíritu en la labor de reintepretar la tradición original.
41. Véase, por ejemplo, R. E. BRowN, John, 180j R. SClIl,jACKENBURG,
The Gospel according to St [obn I, ET Herder 1968, 437; contra G.
}O/INSTO!'t Spirit-Paradete, 45.
42. Cf. 1 In 4, 8. 16: «Dios es amor», 1 In 1, 5: «Dios es luz».