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JESUS y EL ESPIRITU

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Jesús y el Espíritu<br />

a las mujeres, en el camino a la tumba, Mateo relata que «ellas<br />

acercándose, asieron sus pies» (28, 9). De este modo, los tres<br />

evangelios, que relatan las manifestaciones, tienen unanimidad al<br />

defender la naturaleza objetiva, física de las manifestaciones;<br />

cosa que parece situarles en desavenencia con Pablo.<br />

¿Cuál es la explicación de esta diferencia llamativa entre el<br />

opbtbénai de Pablo y los relatos evangélicos de las restantes manifestaciones<br />

de la resurrección? Una, aparentemente tan inrar»<br />

gib1e; las otras, tan manifiestamente tangibles, ¿por qué esta<br />

diferencia? ¿Fueron las experiencias diferentes en el modo, o<br />

fueron todas esencialmente idénticas? Tres respuestas han sido<br />

presentadas:<br />

a) Primera, la tradición de las manifestaciones de la resurrección<br />

se ha desarrollado al parecer en el sentido de reducir detalles,<br />

es decir, de las manifestaciones más materiales, físicas, se ha<br />

llegado a las manifestaciones más visionarias, espirituales. De este<br />

modo, Kasernann piensa: «Apenas queda ahí otra hipótesis para<br />

el historiador que ésta: aquellas narraciones más detalladas, que<br />

eran aprovechables, se suprimieron por motivos dogmáticos, porque<br />

ellas no correspondían más a las perspectivas de la segunda<br />

o tercera generación cristianas» so. Desde este punto de vista, la<br />

restricción de las referencias de Pablo sobre las manifestaciones<br />

de la resurrección se debe a su respeto hacia la repugnancia he.<br />

lenística a pensar que el cuerpo físico había resucitado. Los<br />

relatos materialmente más densos de los evangelios proceden de<br />

la más antigua comprensión sobre el modo de la existencia de<br />

Jesús resucitado.<br />

b) Segunda, mucho más altamente aceptada por los estudiosos<br />

es la perspectiva de que la tradición se desarrolló precisamente<br />

en sentido opuesto; que las manifestaciones visionarias pertenecen<br />

al estrato más antiguo y que los relatos evangélicos representan<br />

una materialización progresiva y legendaria de la tradición<br />

sobre las manifestaciones 81; un desarrollo de los relatos de<br />

manifestaciones, «apropiándose los rasgos del Jesús terreno» 82.<br />

e) Una tercera posibilidad es la adopción de una postura intermedia,<br />

argumentando que hubo diferentes formas de manifes-<br />

80. E. KASEMANN, Is the Gospel Obiectioe>, ENTT 49.<br />

81. Véase, por ejemplo, R. BULTMANN, Theology 1 45; Grass 89 s.;<br />

FULLER, Resurrection 66 s. 77 s.<br />

82. R. H. FULLER, Resurrection 115.

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