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JESUS y EL ESPIRITU

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El cuerpo de Cristo 479<br />

a la comunidad; cualquiera que sea incapaz de darse cuenta de<br />

ello, está revelando, gracias al mismo criterio, que no es un hombre<br />

espiritual. En ese caso este individuo no es reconocido por<br />

Dios y cualquier carisma que pretenda tener no debería ser reconocido<br />

por la comunidad (14, 38). La razón de por qué se debería<br />

respetar y seguir a Estéfanas y a otros como él (16, 15 ss.), es<br />

ni más ni menos que se ve que contribuyen efectivamente a la<br />

oikodomé a base del servicio que prestan y de 10 mucho que<br />

trabajan en pro de la comunidad. Resaltemos, finalmente, que la<br />

dimensión misional de la proclamación y la profecía es parte<br />

integrante del concepto que Pablo tiene de oikodomé (d. 1 Co<br />

3, 5 ss.; 2 Co 10, 8; 12, 19; 13, 10). Por ejemplo, en 1 Co<br />

14, 22-25 el efecto que las manifestaciones inspiradas tienen sobre<br />

los visitantes y no creyentes es precisamente lo que constituye el<br />

criterio de oikodomé aplicado a tales manifestaciones. Lo que el<br />

visitante encuentra absolutamente carente de sentido, no puede<br />

contribuir a la edificación de la Iglesia. Y viceversa: lo que edifica<br />

a la Iglesia es precisamente lo que abre los ojos del mero visitante<br />

para reconocer lo que él mismo es y para darse cuenta de<br />

la presencia de Dios en la comunidad 201. Resumiendo, puesto<br />

que los carismas son funciones del cuerpo de Cristo, «actos de<br />

servicio» (diakonía), provenientes del Espíritu de Dios para la<br />

edificación de la comunidad carismática en la unidad del amor y<br />

de los fines comunes 202, precisamente por ello, todo lo que no<br />

edifica, cualquier palabra o acción que destruya la unidad de la<br />

asamblea, que dañe a sus miembros o que deje al espectador sencillamente<br />

desconcertado, que quede claro que se trata de una<br />

palabra o de una acción que no pasa la prueba de la oikodomé,<br />

debiendo, pues, ser ignoradas o rechazadas, aunque parezcan ser<br />

inspiradas o carismáticas 203.<br />

201. Cf. G. BORNKAMM, Experiences, 163 S.; E. SCI/WEIZER, Church<br />

Order, 7 s.<br />

202. MICIl<strong>EL</strong>, TDNT 5, 141, llama acertadamente la atención sobre<br />

el «carácter carismático del proceso de crecimiento».<br />

203. Cf. H. GUNK<strong>EL</strong>, 73 ss. Las pruebas de la falsa profecía en la<br />

Didaché 11, 5 s., 9 s.; 12 y en HERMANS, Mand, 11, 7-16, son sencillamente<br />

desarrollos y aplicaciones del criterio de oikodomé en Pablo. GUN­<br />

K<strong>EL</strong>, 74 hace este interesante comentario: «La expresión 'los dones del<br />

Espíritu sirven para la mutua edificación de la comunidad', no es un<br />

juicio adquirido por experiencia, sino una exigencia hecha a los pneumátiros».

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