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JESUS y EL ESPIRITU

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El Espíritu de Jesús 541<br />

de Cristo es cuando existe la posibilidad de sentir la vida resucitada<br />

de Cristo.<br />

Por último vamos a fijarnos en Flp 3, 10 s. El ardiente deseo<br />

que tiene Pablo es el de llegar a conocer a Cristo. Lo que quiere<br />

decir con ello se explica más en detalle en las frases que vienen<br />

después 162. Conocer a Cristo significa experimentar 163 el poder de<br />

su resurrección y participar de sus padecimientos por una semejanza<br />

creciente con su muerte, llegando así a alcanzar la resurrección<br />

de entre los muertos. Por el contexto se ve claro que Pablo<br />

aquí se encuentra describiendo lo específico de su experiencia<br />

cristiana por contraposición con la experiencia que como judío<br />

tuvo antes de su conversión (3, 4 ss.; cí. vv. 7-9), y probablemente<br />

quiere resaltar también lo específico de su experiencia de<br />

Cristo en contra de las afirmaciones de las corrientes gnósticas de<br />

Filipos (3, 10 s. 12 ss.) 164. Así que hay que advertir 10 siguiente:<br />

1) para Pablo la experiencia religiosa no es sólo experiencia de<br />

vida sino también de sufrimiento y de muerte. El sufrimiento<br />

para él no es algo anterior al poder de resurrección, puesto que<br />

menciona la experiencia de sufrimiento y de muerte después de<br />

hablar de la experiencia del poder de resurrección. La experiencia<br />

del poder de resurrección no desplaza el sufrimiento y la muerte;<br />

el poder de la resurrección de Cristo se manifiesta precisamente<br />

en la comunión con sus sufrimientos y a través de esa comunión.<br />

Ambos aspectos de la paradoja muerte-vida siguen en pleno vigor<br />

hasta el final en el contexto de la experiencia del creyente, el cual<br />

tiene que experimentar todas las consecuencias tanto de la muerte<br />

como de la vida, si (eí pós) es que quiere llegar a la resurrección<br />

de entre los muertos 165. Pero 2) Pablo no piensa en toda clase<br />

162. Ka! len dynamin ktl lo mejor es interpretarlo como aclaración<br />

de gn6sai autón (R. C. TANNEHILL, 120).<br />

163. Sobre «saber» en el sentido de «experimentar» (o sea, saber en<br />

relación existencial y no tanto en cuanto disponer de información), véase<br />

J. B. LIGHTFOOT, Philippians, 148; R. BULTMANN, DNT 1 697 s., 709 s.;<br />

F. W. BEARE, Epistle lo tbe Pbilippians, A & C. Black 1959, 122: «Conocer...<br />

este poder es experimentar sus efectos en nuestra propia vida».<br />

164. La impronta de las observaciones de Pablo sugiere que uno de<br />

los peligros que se cernían sobre la iglesia de Filipos tenía su parecido<br />

con el que representaban los falsos profetas de 2 Co 10-13; véase, en<br />

especial, J. GNILKA, Die antipauliniscbe Mission in Pbilippi, BZ 9 (1965)<br />

258-76, Y aquí cap. 8 nota 57.<br />

165. Cf. GNILKA, Pbilipperbrie], 196 s. La unidad de la experiencia<br />

de «el poder de su resurrección» y la «participación en sus sufrimientos»<br />

se indica por el hecho de que ambas expresiones se encuentran bajo la<br />

cobertura de un solo articulo determinado.

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