11.04.2013 Views

JESUS y EL ESPIRITU

JESUS y EL ESPIRITU

JESUS y EL ESPIRITU

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

246<br />

Jesús y el Espíritu<br />

materna» (vers. 8) de los oyentes sería el griego o el arameo; su<br />

sorpresa estuvo, pues, en el hecho de entender a los oradores<br />

a pesar de su acento galileo, o, tal vez, en el dato que los discípulos<br />

habían sido «liberados repentinamente de las peculiaridades<br />

de su acento galileo» 68. Esta sugerencia debe ser juzgada también<br />

como inadecuada, pues se fija demasiado en la corrección del<br />

lenguaje de Lucas, y abandona el verso 13 como un apéndice<br />

embarazoso.<br />

En la exégesis del siglo XIX la contribución más arriesgada<br />

fue propuesta por E. Zeller. Mientras que casi todos los estudiosos<br />

intentaron explicar el relato de Hechos 2 bajo la aceptación<br />

de su historicidad básica 69, Zeller lo abordó del mismo modo<br />

que Strauss había abordado las narraciones evangélicas. Y equivalentes<br />

fueron también los resultados 70. Su conclusión fue que el<br />

relato era una creación dogmática, construida con tres elementos<br />

de los cuales solo el primero era histórico: la experiencia<br />

común entre los cristianos primitivos de la glosolalia, como lenguaje<br />

del Espíritu 71; el paralelismo con y las leyendas relativas<br />

a la entrega de la Ley en el Sinaí (d. nota 18) y el universalismo<br />

de Lucas. La correlación de estos elementos permitió fácil y naturalmente<br />

a Lucas aceptar que la primera y más abundante<br />

concesión del don fuera de hecho una inversión de la maldición<br />

de Babel, la restauración del lenguaje universal del Paraíso; lo<br />

que Trocmé llamó desde entonces «el esperanto sobrenatural» 72.<br />

Sin embargo, parece faltar de nuevo completamente una adecuada<br />

fundamentación en el texto (d. p. 230 s.). Ciertamente, Lucas<br />

68. Véase, por ejemplo, H. E. EDWARDS, Tbe Tongues at Pentecost:<br />

A Suggestion, Theology 16 (1928) 248-52; F. F. BRUCE, The Acts 01 tbe<br />

Apostles, Tyndale 1951, 82; en el siglo XIX d. WIES<strong>EL</strong>ER citado por<br />

Z<strong>EL</strong>LER (aquí nota 70) 192 s.<br />

69. Véase, H. A. \Y/. MEYER, The Acts 01 the Apostles, ET T. & T.<br />

Clark 1877, 67 ss.<br />

70. E. Z<strong>EL</strong>LER, The Contents and Origin 01 the Acts 01 the Apostles<br />

Critically Inoestigated, 1854, ET WilIiams & Norgate 1875, 202·ss. D.<br />

F. STRAUSS, Lile, párr. 141, había ya dado de lado a la narración lucana<br />

sobre la glosolalia pentecostal = lenguas como «modificación mítica».<br />

71. La reaparición de la glosolalia entre los Arvingitas en los años<br />

1830 había puesto el tema en primer plano. Y en Europa se recordaba<br />

bien el prolongado estallido de profecía extática entre los Camisards a<br />

finales del siglo XVII y comienzos del XVIII.<br />

72. E. TROCMÉ, Le 'Livre des Actes' et l'bistoire, París 1957, 204;<br />

véase también, por ejemplo. J. G. DAVIES, Pentecost and Glossolalia JTS<br />

NS 3 (1952) 228 s.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!