JESUS y EL ESPIRITU

Conclusí6n 567
Tendríamos que advertir sencillamente que en 1 In se da un
equilibrio semejante entre la inspiración actual y el kerygma original,
equilibrio que se mantiene consistente y firmemente. En
1 In 2, 27 leemos: «La unción (o sea, el Espíritu) 38 que de él
habéis recibido perdura en vosotros; no necesitáis que nadie os
enseñe.. " la unción os lo enseña todo». El papel didáctico del
Espíritu se considera aquí como cumplimiento de lo de Ir 31,
34. El paralelismo existente COI1 2, 24 implica que la enseñanza
del Espíritu significa, de hecho, una reinterpretación continua del
mensaje original de fe 39. Por 4, 2 s, 6 se ve que se conoce y se
espera una inspiración actual, pero el criterio sigue siendo siempre
una acertada interpretación de Jesús. Adviértase, con todo, que la
recta profesión que se presenta aquí no es la forma original del
kerygma. La recta profesión de fe se alcanza sólo al reaccionar en
contra de una falsa enseñanza del presente (docetismo, finales del
siglo primero). Esto quiere decir que «ortodoxia» es también
algo que se desarrolla y evoluciona. Por consiguiente, el equilibrio
no es extático, sino que se trata de una relación dinámica entre
el kerygma apostólico y el Espíritu, se trata de una respuesta inspirada
al presente que cambia, respuesta que lleva a un kerygma
reinterpretado. En 5-6-10 nos volvemos a encontrar con la misma
dialéctica entre kerygma y Espíritu. En el verso 6: el Espíritu
testifica la verdad de la humanidad de Jesús (