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JESUS y EL ESPIRITU

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El Espíritu de Jesús 495<br />

figuran curaciones de varias clases, incluyendo exorcismos (lB,<br />

38-40; IV 20; VI 43), Y en una ocasión la resurrección de una<br />

niña (IV 45, aunque Filóstrato habla de «su muerte aparente»).<br />

Más en la línea de milagros están su entrevista con el espíritu<br />

de Aquiles (IV 16), el modo como Apolonio se libró milagrosamente<br />

de sus cadenas (VII 38, con ocasión de lo cual, Damis, su<br />

compañero se dio cuenta por primera vez de la naturaleza divina<br />

y sobrehumana de Apolonio), y su capacidad para trasladarse<br />

milagrosamente de un lugar a otro (IV 10; VIII 5. 8. 10-12).<br />

Además, Apolonio es un ejemplo de la capacidad levitativa de<br />

los brahmanes indios (III 15). En su introducción Filóstrato hace<br />

referencia a «los frecuentes presentimientos y profecías de Apolonio»<br />

(1 2) e incluye relatos de sueños por los cuales Apolonio<br />

era capaz de decir cuál era la voluntad de los dioses (1 23; IV<br />

34), así como varios casos de clarividencia y previsión (IV 18.<br />

43; V 11-13. 18. 24. 30; VI 3. 32; VII 10. 41; VIII 26; d.<br />

III 16). Mencionemos, finalmente, su autoridad carismática (1<br />

17 - «sus dichos tienen la impronta de mandatos dados desde<br />

un trono»), e igualmente su don de «interpretación de lenguas»<br />

(1 19 - «Entiendo todas las lenguas, aunque jamás estudié ninguna»).<br />

52.5. Conclusión. He escogido estos ejemplos muy al azar, sin<br />

intentar examinar críticamente esa literatura o los fenómenos mismos.<br />

Una cosa así estaría muy fuera de la finalidad de esta obra.<br />

Pero lo que sí se debe resaltar es que había gran diversidad de<br />

opiniones en el mundo antiguo en lo referente al valor y autenticidad<br />

de tales afirmaciones y experiencias. R. M. Grant dice que<br />

la «credulidad en la antigüedad era inversamente proporcional<br />

al estado de la ciencia y directamente proporcional al influjo<br />

religioso» 29; y aunque existían una crítica y un escepticismo de<br />

base más o menos filosófico, en especial respecto de los milagros<br />

más notables, a partir del siglo VI a. c., esa crítica se las tuvo<br />

que ver con la enorme pujanza de la superstición popular. He<br />

aquí algunos ejemplos. Dodd cita «el frío juicio de Cicerón para<br />

bién la introducción de G. W. BOWERSOCK, a la edici6n Penguin (abreviada<br />

1970).<br />

29. R. M. GRANT, Miracle, 41; véase, además, cap. 4 y 5; E. R.<br />

DODDS, Irrational, cap. 6; G. D<strong>EL</strong>LING, Zur Beurteilung des Wunders<br />

durch die Antike, en Studien zum Neuen Testament und zum bellenistiscben<br />

[udentum, GOttingen 1970, 53-71; A. D. NOCK, Essays, 327.

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