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JESUS y EL ESPIRITU

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Manifestaciones de la Resurrección 201<br />

dente hubiera sido si la tumba de Jesús hubiera permanecido<br />

respetada o si su cuerpo hubiera sido trasladado y enterrado en<br />

otro lugar; pero no si la tumba hubiera sido encontrada vacía.<br />

En consecuencia, es probable que los primeros discípulos creyeran<br />

que hubo una muy estrecha correlación mutua entre el<br />

cuerpo de Jesús muerto y enterrado, y el cuerpo de su nueva<br />

vida, de modo que no se permitió que su carne se descompusiera<br />

y se corrompiera. De verdad, su cuerpo fue resucitado de<br />

entre los muertos en todo su sentido literal. De este modo, simultáneamente,<br />

se halla la prueba de un desarrollo, dentro de<br />

los documentos mismos del Nuevo Testamento, con respecto a<br />

una interpretación de las manifestaciones de la resurrección desde<br />

una más espiritual a otro más física, e incluso también en favor<br />

de una más primitiva interpretación de la resurrección de Jesús<br />

más física. Por consiguiente, hubo un desarrollo en la historia de<br />

las tradiciones de la resurrección más complejo de lo que generalmente<br />

se piensa.<br />

21.3. El desarrollo de la antigua conceptualización cristiana<br />

de la resurrección de Jesús, probablemente, fue algo así como lo<br />

siguiente. La primera etapa ya la describimos anteriormente. Las<br />

manifestaciones de la resurrección a Pedro y a «los doce» (¿y a<br />

las mujeres?), consideradas en relación con el descubrimiento de<br />

que la tumba de Jesús estaba vacía, condujo a los primeros creyentes<br />

a la conclusión de que Dios resucitó el cuerpo de Jesús<br />

de la tumba; resucitado Jesús, subió a los cielos, pues la mayoría<br />

de los eruditos están de acuerdo en que, originalmente, no<br />

hubo ninguna distinción material, en el primitivo pensamiento<br />

cristiano, entre resurrección, ascensión y exaltación 107. No hay<br />

motivo para suponer que esta comprensión física de la resurrección<br />

de Jesús fuera abandonada en algún grado por los creyentes<br />

centrados en Jerusalén. .<br />

histórico (en los acontecimientos de la primera pascua, al menos) y que,<br />

además, se trata de algo totalmente especulativo. Por lo demás, no da<br />

respuesta adecuada a las cuestiones que se plantean. ¿Cómo es posible<br />

que se atribuyera a las mujeres un papel tan importante como testigos o<br />

dentro de la celebración litúrgica (d. luego nota 131). G. SHILLE, Die<br />

Himmeljabrt, ZNT 57 (1966) 183·99, propone una tesis similar respecto<br />

a Heh 1, 9·11; pero véase S. G. WILSON, Tbe Ascension: A Critique<br />

and a Interpretation, ZNT 59 (1968) 269-74.<br />

107. Véanse, por ejemplo, Hch 2. 32 s.; 13, 33; Rm 1, 31; 10, 9;<br />

Flp 2, 8 ss.; Col 1, 18; Hb 1, 3-5.

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