JESUS y EL ESPIRITU

36. Introducción
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El Espíritu carismático.
La conciencia de la gracia
Ninguna característica de la cristiandad pnmmva permanece
fuera de la reflexión penetrante de Pablo. Cuando investigamos
la experiencia religiosa de Jesús y de las comunidades más primitivas
nos concienciamos de lo que nos separa de los acontecimientos
cruciales. De alguna manera, perdemos el contacto frecuentemente
con la historia y con las palabras y hechos que manifiestan
las experiencias llegadas a nosotros a través de una
segunda o tercera mano, mediante el lenguaje y el acento de
los intermediarios. Pero nosotros tenemos las mismas palabras de
Pablo; las cartas enviadas por él mismo. Y, precisamente, porque
son cartas, y no poemas o manuales de disciplina, o tratados filosóficos,
podemos lograr una comprensión de la mente y experiencia
del autor, tal como ninguna otra literatura del tiempo nos
pudiera proporcionar. En las cartas hallamos sus reacciones frente
a las situaciones muy humanas que aparecieron en sus diversas
Iglesias, hablando francamente de sus propias experiencias religiosas
y de las de los otros, y exponiendo su importancia, su
esperanza y riesgos, con palabras de consejo, de estímulo y de
precaución, cuyo valor es permanente. Pablo no vivió en una
torre de marfil, ni tampoco fue su estilo escribir conferencias
nebulosas sobre problemas hipotéticos o sobre cuestiones teológicas
interesantes. Su estilo es vigoroso, apasionado, expresando
siempre la vitalidad de su experiencia de Dios y la realidad de
su interés por sus lectores.
Por supuesto, esto no significa que tengamos el material para
un estudio biográfico completo de Pablo. Las cartas pertenecen