JESUS y EL ESPIRITU

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Jesús y el Espíritu
¿Qué era la profecía para Pablo? ¿La juzga él, de hecho, como
palabra inspirada? Surge esta pregunta porque en el mundo
griego propbétes no implica necesariamente alguien que hable
bajo inspiración. En particular, Platón distinguió cuidadosamente
dos clases de profecía 146. Una era la profecía mántica, la profecía
de inspiración, donde el profeta, poseído por el Dios, se convertía
sólo en un instrumento de la palabra divina. Otra era la profecía
de interpretación, el arte consciente de adivinación, donde la profecía
era un arte adquirido, la habilidad de interpretar los signos
y presagios, y donde el profeta permanecía completamente en su
autodominio. Así, en el caso del oráculo más famoso de los griegas,
el de De1fos, había una diferentecia evidente entre la Pitonisa
que hablaba en estado de éxtasis, y el profeta cuya tarea
era interpretar y examinar los dichos de la Pitonisa; uno hablaba
bajo el apremio divino, el otro, usando el discernimiento racional.
La importancia de estas distinciones en orden a la cuestión
anterior es evidente tan pronto como nos damos cuenta que Pablo,
a diferencia de Lucas, parece hacer una distinción análoga
entre glosolalia y profecía. Ciertamente, está fuera de su intención
distinguir y distanciar la profecía de la inspiración extática. El
nunca usó palabras como mántis y éntboysiasmás para la profecía
cristiana. Por el contrario, es obvio en 1 Co 14, 15. 19 que aprecia
la profecía porque es un «hablar con la mente», en contraposición
a la expresión no-racional de la glosolalia (y las «palabras
inefables» de 2 Co 12, 4). De manera semejante, en 14, 23 s. es
sólo la glosolalia la que el incrédulo intruso describe como locura;
pero incluso si «todos profetizáramos» (¿al mismo tiempo?)
la respuesta sería muy diferente. En consecuencia, hubo tendencia
en algunos campos a entender la profecía en las iglesias paulinas
según la forma segunda de profecía distinguida por Platón. Es
decir, la profecía simplemente como predicación, como exposición
de la revelación previa, como interpretación del material tradicional
(el Antiguo Testamento y las tradiciones de Jesús) en
orden a los tiempos y situaciones nuevas de estas Iglesias 147.
146. PLATÓN, Timaeus, 71c-72b; Pbaerus, 244a-d. Véase también E.
FASCHER, Propbétés, 66-70; G. FRIEDRICH, 6, 787 s.
147. A propósito de 1 Ts 5, 20 Calvino dice que «profetizar signfica
la interpretación de la Escritura aplicada a las necesidades actuales». Cf.,
por ejemplo, H. LEISEGANS, Pneuma Hagion, Leipzig 1922, 119 ss.; J,
KNOX, Gentiles, 121; G. BORNKAMM, Faith and Reason in Paul, en Early
Christian Experience, ET SCM Press 1969, 39; K. KERTELGE, Gemeinde,
120. Véase también p. 301 s,