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JESUS y EL ESPIRITU

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El Espíritu de Jesús 505<br />

6, 19; 1 Co 1, 29; 6, 16; 7, 28, etc.), permanece viviendo, al<br />

menos en cierto sentido, «en la carne» (2 Co 10, 3; Ga 2, 20;<br />

Flp 1, 22) 52. Por consiguiente, la obra redentora del Espíritu no<br />

ha hecho más que comenzar y está necesariamente incompleta<br />

(Flp 1, 6), porque el Espíritu ha venido a tomar posesión de todo<br />

el hombre, del hombre como cuerpo (cf. 1 Ca 6, 19); pero el<br />

cuerpo actual sigue siendo el cuerpo mortal, el cuerpo carnal (Rm<br />

6, 12; 7,24; 8, 10 s.). La obra del Espíritu estará completa únicamente<br />

cuando llegue la muerte o la parusía, porque es sólo<br />

entonces cuando el creyente deja de ser carne y cuando su cuerpo<br />

será resucitado como cuerpo espiritual (Rm 8, 11. 23; 1 Ca<br />

15, 44 ss.; Flp 3, 21), o sea, sólo entonces y por primera vez<br />

será cuando el Espíritu ejerza su poder sobre todo el hombre.<br />

Pero míentras dura el presente, el creyente es un hombre dividido,<br />

y su experiencia entera ahora se caracteriza no sólo por la<br />

tensión escatológica, sino hasta por la guerra) guerra entre las<br />

fuerzas del mundo antiguo y las del nuevo, guerra entre los<br />

deseos de su naturaleza adamítica y el poder del segundo Adán,<br />

guerra que se libra entre la carne y el Espíritu.<br />

La expresión más clara del pensamiento de Pablo al respecto<br />

se encuentra en Ga 5,13-26 y Rm 7, 13; 8,25. En Ga 5 se dice:<br />

«Andad en espíritu y no deis satisfacciones a la concupiscencia<br />

de la carne (epithymían sarkós). Porque la carne tiene tendencias<br />

contrarias a las del espíritu, y el espíritu tendencias contrarias a<br />

las de la carne, pues uno y otra se oponen de manera que no<br />

hagáis lo que queréis» (vv, 16 s.).<br />

«Si vivimos del espíritu, andamos también según el espíritu.<br />

No somos codiciosos de la gloria vana, provocándonos y envidiándanos<br />

unos a otros» (vv, 25 s.).<br />

No hay duda alguna de que aquí Pablo está hablando a creyentes<br />

y sobre creyentes. También está claro que se está refiriendo<br />

a la experiencia cristiana, como se ve por la terminología<br />

de «deseo» y «caminar en el Espíritu» 53. La experiencia cristiana<br />

es la de un conflicto entre carne y Espíritu, o sea, entre los deseos<br />

52. SCOTT, Paul, 142: «El seguía en sarki por más que estaba en<br />

Christo (Flm 16; d. Rm 8, 10)>>. Véase también luego p. 544. Para un<br />

estudio más detallado de sarx, aunque desde una perspectiva diferente,<br />

véase J. D. G. DUNN, [esus - Flesb and Spirit, 44-49.<br />

53. Sobre epithymía véase F. BÜCHS<strong>EL</strong>, TDNT 3, 171: «El rasgo<br />

esencial de epithymía es el de que es deseo como impulso, como moción<br />

de la voluntad». Véase también R. BULTMANN, Theology 1, 241. Sobre<br />

«caminar por el Espíritu», véase antes § 40, 5.

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