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JESUS y EL ESPIRITU

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512 Jesús y el Espíritu<br />

dida por sus contemporáneos judíos y gnósticos. Estos últimos<br />

no hay duda de que eran conscientes de la antitesis existente<br />

entre carne y espíritu, pero ya se había superado. Carne y espíritu<br />

no indicaban una división que atravesaba por el «yo» gnóstico,<br />

sino que para éste el verdadero «yo» era alguien encarcelado<br />

en la carne. Por ello precisamente podía mimar el cuerpo o dejarlo<br />

morir de hambre, puesto que a su verdadero ser nada le<br />

afectaba lo que hiciera con el cuerpo. De ahí la actitud que ataca<br />

Pablo en 1 Co 6, 12 ss. De ahí también la actitud que rechaza en<br />

1 Co 3, 1 ss.; 4, 8: el gnóstico creía que una vez conseguidos el<br />

conocimiento y la sabiduría ya tenía asegurada la salvación, ya era<br />

espiritual, ya estaba maduro, ya estaba colmado, ya estaba reinando<br />

72. Con otras palabras, resaltaban demasiado el ya, olvidando<br />

al todavía no.<br />

Es en cierta medida irónico que el mismo malentendido aparezca<br />

en los dos campos de la historia de las religiones en la<br />

interpretación que dan a Pablo. Por ejemplo, Bousset habló de<br />

que Pablo tenía «conciencia de la perfección de su condición<br />

actual de cristiano», «el ser natural ha muerto en él completamente»<br />

73. Y Schweitzer llegó a escribir: «Una de las consecuencias<br />

de estar en el Espíritu es que los creyentes son puestos por<br />

encima de las limitaciones del estar-en-la-carne» 74. Pero, jamás es<br />

Pablo el que habla de esa manera. Ciertamente que era consciente<br />

de que «estaba en el Espíritu», o dicho con más exactitud, era<br />

consciente de que el Espíritu estaba en él (el ya), pero también<br />

era muy consciente de su condición carnal, de sus deseos y preocupaciones<br />

tan carnales (cf., por ejemplo, Rm 8, 13; Flp 3, 8­<br />

14; Col 3, 5). El «pneumático» se encuentra confinado en el<br />

«todavía no» escatológico 75. Precisamente este todavía-no es el<br />

que distingue el concepto paulino de redención del que tenían sus<br />

oponentes gnósticos. Mientras que para ellos la perfección era<br />

una realidad presente, debido a que el cuerpo no importaba nada,<br />

72. Sobre teleíósis véase J. WEISS, 1 Co 73 ss.: R. REITZENSTEIN,<br />

Mysterien, 338 S.; V. WILCKENS, Weisheit, 53·60. Por desgracia me ha<br />

sido imposible consultar P. ]. DU PLESSIS, Teleios: the Idea 01 Periection<br />

in the New Testament, Kampen 1959.<br />

73. W. BOUSSET, Kyrios Cbristos, 170. 174;; también W. BOUSSET,<br />

[esus der Herr, Gottingen 1916, 47 ss.; d. R. REITZENSTEIN, Mysterien,<br />

340, ss.; H. WINDISCH, Das Problem des paulinischen lmperatios, ZNW<br />

23 (1924) 265-71; también Paulus und Cbristus, 269·72.<br />

74. A. SCHWEITZER, Mysticism, 167; d. p. 220.<br />

75. H. D. WENDLAND, Wirken, 461.

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