JESUS y EL ESPIRITU

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pirada confirma o está de acuerdo con el evangelio gracias al
cual se convirtieron, puede deducirse que tal expresión es un
oráculo de Dios. Y si, por el contrario, se opone a ese evangelio,
entonces hay que rechazarla 185.
Por supuesto que Pablo no pretende afirmar que ese es el
único criterio que se desprende del evangelio. La regla experimental
que aplica en 1 Ca 12, 3, muy probablemente procede
de la situación que se daba en Corinto, donde hasta en la asamblea
cristiana se oía el vocerío carismático de «¡Anatema sea
Jesús! », pronunciado bajo una inspiración innegable (cf. pp.
375 s.). A lo largo de la carta a los gálatas se ve, por otra
parte, que el criterio a aplicar partiendo del kerygma es la
prueba a que hay que someter la libertad cristiana y no tanto a
la cristología; criterio que aplica continuamente con gran eficacia
(Ca 1,6 ss.; 2, 3 ss. 14 ss.; 3, 1 ss.; 4, 1 ss.; 5, 1 ss.).
Además de esto es posible que en 1 Ca 2, 13 Pablo piense
en una prueba que consiste en «comparar unos dones espirituales
con otros, juzgándolos de ese modo» (d. cap. VII, nota 184),
es decir, que carismas anteriores, probados y comprobados, se
convierten en precedentes para juzgar nuevos carismas. Piénsese
también en las varias veces que Pablo remite en 1 Ca a lo que
se hace en sus otras Iglesias (d. más al respecto en p. 446).
Esto no quiere decir que Pablo considerara la tradición como un
libro de reglas lleno de precedentes y leyes, continuamente en
expansión y aplicable a todas las situaciones y circunstancias. Lo
que se mantenía siempre como norma era la tradición kery?,mática,
el evangelio y la enseñanza que fueron la base en la fundación
de sus Iglesias (1 Ca 11, 2. 23; 15, 3; 2 Ts 2, 15) 186.
Otras interpretaciones carismáticas anteriores de esa tradición
puede que ofrezcan orientaciones y contornos claros respecto de
185. Cf. C. H. DODD, History and tbe Gospet, 56 ss.; H. VON CAM­
PI'NHAUSEN, Authority, 294; W. C. VAN UNNIK, [esus: Anathema or Kvrios
(Co 12, 3), CSNT 113·26. intenta identificar el anáthema de 1 Co 12, 3
con el katára de Ca 3, 13, pero debe considerarse como fallido, pues en
tal caso Pablo jamás hubiera condenado tan claramente el anátbema
Iésoés.
186. Si «la fe» en Rm 12, 6 significaba kérygma o la «escucha creo
ventes de conversión (cf. Ca 3, 2; Rm 10, 17), añadiría importancia a
este aspecto kata tén anclogían: tés píste6s sería respecto de «profecía»
(Rm 12, 6) lo que «valoración de manifestaciones espirituales» es con
relación a «profecía» en 1 Co 12, 10 (cf. E. KXSEMANN, Romer, 326).
Pero véase también § 39, 4.